Ser amigo o colaborador firme de Abinader, a ojos de la alta burocracia, es entenderlo como enemigo a bloquear y destruir

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De buenas a primeras, a la administración pública la está azotando el cáncer de los egos super inflados y de parte de muchos altos cargos burocráticos, a quienes tan pronto les llega alguien de la sociedad civil que es tenido en gran estima por el presidente y este le autoriza a efectuar determinada diligencia en su nombre.

En este plano, no solo que no aceptan que Abinader utilice a terceros y en determinadas circunstancias para comunicar algo, sino que automáticamente toda esa gente se posiciona en una de chismes e intrigas, que ni la intervención divina les salva de ser agresores de alguien que solo porta una encomienda casi privada del gobernante y que desconoce como las luchas de poder entre altos burócratas le están haciendo un daño terrible a la gobernabilidad.

Hace dos meses, el mandatario encomendó a alguien determinada iniciativa y al portador de esta, le ha sido absolutamente imposible que al administrador bancario que va la encomienda, “tenga tiempo” para recibirle. Una gran lástima ¿Y así es que los del gobierno apoyarán la reelección presidencial constitucional? (OJO)