Todo el mundo tiene derecho a disentir y lo que debe respetarse, pero cuando un subprocurador al que se le ha llamado la atención, insiste en sus críticas sediciosas contra los jueces, hay que apartarle de raíz y definitivamente

0
172

Para muchos, ha resultado absolutamente incomprensible que el subprocurador adjunto Wilson Camacho y después de la fuerte reprimenda que le hiciera  a él y  a su colega de rango, Berenice Reynoso Gómez y por parte de la procuradora General de la República, Miriam German, en cuanto a que el ministerio público no está para criticar mediáticamente las decisiones de los jueces y recordándole que solo les toca hacer ver su inconformidad recurriendo a los recursos que códigos y leyes les otorgan, el que ahora Camacho vuelva a las andadas y en lo que se entiende un abierto desafío a la autoridad principal del Ministerio Público, que definitivamente haya que entender que la única medida disciplinaria que a este funcionario público debe aplicársele es su cancelación pura y simple.

No es posible que estos funcionarios pretendan o insistan en cuanto a que sus asociados periodistas les ayuden a incoar juicios mediáticos paralelos y con fines de sabotear las decisiones legales, legítimas y soberanas del cuerpo de jueces de la República y lo que es absolutamente inaceptable e improcedente, toda vez que no es el papel que debe realizar un fiscal o subprocurador de la índole que fuere y mucho menos cuando el presidente de la Suprema Corte de Justicia y del orden judicial, llamó la atención sobre este particular en la apertura del año judicial iniciado el pasado día siete.

Con su rebeldía contra la ley, Camacho debe ser separado del ministerio público y por crear una perturbación política y social, que, si se la deja, podría afectar de forma nada correcta la majestad de la aplicación de la Justicia. Ahora bien, por lo que se observa, a Camacho debe exigirse su renuncia, pues es evidente que con su actitud rebelde, lo que está haciendo es propiciar un clima poco profesional y de eventual agitación social que el Poder Ejecutivo no debe ni puede permitir y menos , si como se sabe, parecería que Camacho es un agente político de bajo perfil adscrito a un partido opositor, cuyo jefe, un tres veces expresidente de la República, aspira a desplazar de malas maneras y vía las elecciones del 2024 al actual presidente de la República, Luis Abinader. Ojo pues. (DAG-OJO)