Que por un tecnicismo jurídico respecto a que la prueba del hecho criminal no se realizó “por un medio lícito ni con observancia de las formas y condiciones exigidas por las disposiciones procesales que rigen la materia”, la juez Patricia Padilla, del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, hubiese decidido desconocerla y liberando de ese modo de responsabilidad personal al autor del crimen, el vicealmirante retirado Félix Alburquerque Comprés, quien y por pruebas documentales presentadas en los medios de comunicación, mató al animador Manuel Duncan. De suyo genera una repulsa absoluta de parte de ciudadanos que entienden “que ni a un perro se le da trato semejante”.
Se recuerda, que el video publicado en el matutino Diario Libre, “muestra el momento en que la madrugada del 19 de agosto de 2022, a las 2:37 de la madrugada, Duncan huye y se esconde detrás de una banca de apuesta que se encontraba cerrada, mientras es perseguido por un individuo, supuestamente, el vicealmirante retirado. En esa situación Duncan trata de sorprenderlo, el agresor reacciona, le dispara, lo hiere y cuando Duncan está tendido en el piso, lo remata de un disparo”.
Ahora, lo menos que se espera, es que los familiares del occiso apelen y llevando el caso y si es necesario hasta el Tribunal Constitucional. No es posible que la condición de persona sea relegada a la situación de no haber existido y porque un tribunal hubiese decidido, que, al no cumplirse con determinadas disposiciones legales, el hecho criminal en sí debe darsele la condición de no sucedido.
Mientras tanto y de golpe, vuelve al debate público, si un criminal militar está por encima de cualquier acción criminal perpetrada por un ciudadano civil y al extremo, de que una juez se atreva a liberarlo y darlo como que no cometió un crimen. (DAG-OJO)
