Una derrota electoral aparentemente no prevista, solo se entiende, si entre PLD y FP y por aquello de la “enemistad” entre sus dos lideres, se llega a un plan común estratégico en mayo y de esa forma adiós Abinader. ¿Será?

0
255

Llorar sobre la leche derramada es lo peor que un derrotado pudiera hacer y cuando la ley electoral facilita opciones de recomposición a futuro corto y que bien manejadas puedan garantizar un triunfo sorpresivo y retaliador, para quienes como fuerzas políticas y nos referimos al PLD y a la FP, sus seguidores se sienten terriblemente desalentados.

En un entramado de tal naturaleza y por el empuje y uso de fondos propios que implicaría un reajuste de cambios de candidatos a nivel presidencial y legislativo, seguro que la única opción que tendrían el gobierno como su PRM, es el de gastar el doble de los dineros utilizados para hacerse con el dudoso triunfo electoral que ahora tienen.

Y la razón es una y determinante, que el encono, rabia oculta y resquemor que la parte del electorado no a favor de ninguna de las fuerzas políticas exhibe y al sentir que el oficialismo les robó las elecciones, es de una magnitud tan significativa, que realmente no sería nada extraño el asumir que mientras el PRM va aparentemente seguro a terminar de aplastar a sus adversarios, el voto silente, en cambio, le destroce sus planes y junto al ímpetu retaliador opositor, se termine sacando del poder y de mala forma, a Abinader, su gobierno y su PRM. ¿Se encontrará el oficialismo ante un callejón sin salida?

Es decir, tal como están las cosas, el análisis político mejor entendido, nunca podría ignorar la posibilidad de alternativas que aquí presentamos y en particular, porque si algo nos ha llamado la atención, es el coraje mal disimulado que estamos observando en la parte de la población que se siente frustrada por lo que la mayoría de la gente solo acierta a decir: “el gobierno se robó las elecciones”.

Por lo pronto, solo a nivel del factor mediático y tanto a favor como en contra de la partidocracia y sus formaciones, ahora será muy difícil mostrarse amigo propagandista o amigo crítico y principalmente del gobierno, aparte de que la trulla de comunicadores, periodistas y productores de radio y televisión como en los lupanares mediáticos en las redes sociales, que se hundieron hasta el cuello a favor de Abinader y del PRM, han quedado desenmascarados y sin autoridad moral para sostener sus criterios de apoyo, salvo que los cañonazos de papeletas de los popis oficialistas, les hicieran arriesgarse y seguir hasta el final.

Para comprobarlo, solo hay que chequear todo cuanto se dice en el sector mediático en su conjunto y se entenderá porque la rabia sorda que mucha gente tiene ya ha hecho presencia y en una atrapada opinión pública que en gran proporción clama por venganza y retaliación.

Esto y si lo tratamos de mirar lo más objetivamente posible y que avalado porque la gente se siente burlada y todavía más, extremadamente irritada, al escuchar y ver a los personeros oficiales, sintiéndose orgullosos del robo que hicieron de la voluntad popular o a un Abinader con una sonrisa de oreja a oreja y que se entiende burlona y hasta malévola, que impulsa a que los observadores independientes tenemos que entender, que de parte de la ciudadanía  hay una profunda irritabilidad y como la muestra más hiriente de lo que debe entenderse como reacción popular extrema.

¿Cómo puede hablarse de que el gobierno y el PRM arrasaron en las elecciones, cuando todo el mundo sabe, que, de menos de cuatro millones de electores, Abinader y el PRM no obtuvieron ni dos millones de votos, en tanto la oposición pasó de un millón 600 mil votos y si incluimos contar el caso de los 300 mil votos del acápite de “otros partidos” y que la JCE registró? Habría que ser muy tonto para que no se vea o que nadie se dé cuenta de esta realidad.

Al crearse esta situación y en consecuencia, se entiende que el triunfo del oficialismo es uno pírrico, que ni siquiera “lideres de opinión” de esos que en base a comprar reproducciones en internet y que se muestran con cientos de miles de “seguidores” se atrevería a prodigarse en extremo a favor del régimen y su partido.

Simplemente, parecería que, para ese periodismo pirata y mercancía, el problema es mayor. Sus integrantes deben mantener sus privilegios y tratar de hacer lo posible por hacerse gratos a la oposición y “por si las moscas” Abinader y el PRM perdieran en mayo, lo que generaría una sensible pérdida de canonjías y privilegios oficialistas. O sea, cada uno tratará ahora de resguardar lo suyo y lo que es duro, cuando como comentarista radial, televisivo o en las redes se tienen ingresos oficiales y mensuales, que fluctúan entre uno y cinco millones de pesos, que, por demás, la misma atrapada opinión pública conoce al dedillo.

Existe también otra situación e incómoda para la misma Junta Central Electoral, la que todavía no presenta el boletín final, porque al estar desbordada por “la intrepidez” del gobierno, al arrasar con la mayor cantidad de votos manipulados y alquilados depositados en las urnas, parecería que sus jefes no encuentran como justificarlo todo y sin salir perjudicados y menos se atreven los “jueces electorales”, cuando el gobierno le bloqueó la entrega a tiempo a los partidos de los recursos financieros que por ley les corresponden.

Entonces, el triunfo pírrico del gobierno, el PRM y Abinader le ha generado un fuerte dolor de cabeza a los miembros del tribunal electoral de primera instancia y porque, a fin de cuentas, ante la nación ha quedado demostrado que la JCE y como tal se encuentra moralmente descalificada para terminar de dirigir el proceso electoral en mayo.

Veamos este otro panorama, probable, posible o probabilístico, de que tanto los expresidentes, Leonel Fernández como Danilo Medina han sabido manejar y hacerlo entender, sus supuestos odios personales y hasta lograr hacer caer en la trampa que entendemos idearon, de encontrarse ya mismo el gobierno el gobierno y el PRM con el resurgimiento cierto de una oposición Rescate RD, que no solo no le dará tregua en los próximos meses hasta las elecciones de mayo, sino que de ñapa, va con el propósito de arrebatarle y como oculta salvaguarda, el Poder Legislativo y en su totalidad,  al oficialismo.

Pensando en esta hipótesis, creemos ver, que la variable de campaña electoral presidencial y legislativa, no será el paseo ya amargo que Abinader y su PRM ahora se encuentran transitando después de las “ventajistas”, no ventajosas, elecciones municipales.

Al gobierno pues, más le vale no dormirse en sus laureles y por lo obvio, que entre la mayoría silenciosa, las fuerzas vivas, la sociedad civil  y los militantes políticos adversos, ninguno está por facilitarle nada y por eso, ya el oficialismo está peleando entre las cuerdas y casi en un callejón sin salida y al empezar a entender, que no solo se pasaron de las manos y subestimaron a todo el mundo, sino que por estar borrachos del “triunfo”, no supieron dejar la puerta entornada y ni siquiera para tender puentes.

Ni que decir, que, frente a semejantes resultados tan atrevidos, solo nos resta plantear, que una derrota electoral aparentemente no prevista, solo se entiende, si entre PLD y FP y por aquello de la “enemistad” entre sus dos lideres, se llega a un plan común estratégico en mayo y de esa forma adiós Abinader.  ¿Será? (DAG) 22.02.2024