Si tienes mucho, da mucho, si tienes poco , da poco; pero da siempre”.
Libro de Tobías
“Quien nada arriesga, nada teme”.
Geofrey Chaucer
“La templanza es un gran capital”.
Cicerón
Jorge Allen Bauger, director ejecutivo de la Liga Dominicana de Fútbol (LDF) hizo un buen trabajo en la realización del torneo que concluyó el domingo.
Todo lo planificado fue realizado y se observó una labor como si fuera una liga de más de 50 años de nacimiento.
Los técnicos, entrenadores, directivos de los equipos y fanáticos, consideraron que la séptima edición de la LDF, que concluyó el domingo con la corona para Cibao FC, fue un gran éxito.
Los que criticaron al inicio la hora de juego, a las 2:30 de la tarde, luego reconocieron que fue una decisión adecuada.
Estoy convencido de que Allen Bauger tenía, junto a su equipo de trabajo, todo planificado.
Los detalles fueron ejecutados para recibir los elogios de aquellos que están atentos para resaltar o criticar a los organizadores de cualquier evento. Allen ha observado grandes eventos internacionales y eso da gran experiencia. Esa es la realidad.
Camisetas para los campeones.
Premiación con orden. Podium para las autoridades y el arco del triunfo para los campeones.
Ahí siempre estuvo presente Jorge Allen Bauger, un enfermo de fútbol y un trabajador incansable.
Su padre, Rolando Bauger, debe sentirse orgulloso de su hijo.
Recibí muchos mensajes para que resaltara la labor de Jorge Allen Bauger y estoy cumpliendo con esa encomienda que considero muy merecida.
Una vez más se ha cumplido mi tesis de que hoy en día hay que trabajar en equipo. Y eso fue lo que hizo el presidente de la liga, LDF, Manuel Estrella, al brindarle, junto a otros connotados miembros de la federación y personas allegadas al evento, todo el apoyo a Rolando Bauger. Y mérito a Rolando Allen, quien siempre estuvo dispuesto a recibir ideas y sugerencias.
Conozco desde niño a Jorge Allen y sé de su seriedad, amor por el trabajo y siempre ha sido un cumplidor de grandes retos.
¡Felicitaciones muchacho!
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.
Fuente: El Caribe
