Faltan solo cuatro días para que inicie el Plan Piloto de la Semana Laboral Reducida, que buscará mejorar la salud y el bienestar del trabajador, así como la productividad de las compañías.
Este plan propone la reducción de las horas de trabajo semanales de 44 a 36, lo que se traduce a ocho horas menos.
El programa, que iniciará el primer día de febrero, operará durante seis meses, dividido en dos fases: tres meses de ejecución en cinco empresas: “Claro, IMCA, EGE Haina; Seguro Nacional de Salud (Senasa), y el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben)”, donde unos 400 empleados recibirán el 100 % de su salario, una reducción de un 20 % de su jornada y el mantenimiento del 100 % de la productividad.
Los otros tres meses se tomarán para el levantamiento y procesamiento de los resultados del plan piloto, cuyo análisis lo hará la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, la institución educativa analizará la salud y bienestar del trabajador, la conciliación entre la vida laboral y familiar, el absentismo laboral y la contribución al medioambiente.
Algunas empresas ya han asumido ese modelo de trabajo (cuatro días de trabajo y tres de descanso) el cual supuestamente les permite “mantener un ritmo constante de productividad”.
Con esta reducción de horas y de acuerdo a los burócratas del ministerio de Trabajo, “los trabajadores podrían tener más tiempo para compartir con sus familias, atender asuntos personales, reducir el ausentismo laboral y aumentar sus capacidades de salud, tanto física como psicosocial (mental)”. [OJO-LD]





