Escuchar a menos de diez días de unas elecciones presidenciales y legislativas que supuestamente el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ganó “limpiamente”, pero que para la generalidad de la ciudadanía fue en base a compra y trampas “y como nunca se había visto”, arroja la terrible situación y solo hay que escuchar los programas de comentarios en la radio y para darnos cuenta que hay un mal de fondo, que si el nuevo gobierno no lo enfrenta con sentido realista y de la oportunidad y como dice la gente, “nadie sabe en que es que esto va a parar”.
Las críticas son tan amplias, diversas como sostenidas, que de inmediato, quienes escuchan, se dan cuenta de que realmente el gobierno no ha sabido o no sabe el abc de como gobernar, mientras y a cambio, los ciudadanos se dan cuenta de que la corrupción política y administrativa prácticamente se ha adueñado de la mayoría de las instituciones públicas y su parasitaria burocracia.
Para colmos, la gente desconfía extremadamente de la policía y no tiene en buena estima a la mayoría de sus agentes, quienes, y en amplio grupo y como se observa en los medios de denuncias en internet, están extorsionando a diestra y siniestra y cuando no, se dedican a violentar totalmente los derechos y fueros de los ciudadanos.
Al mismo tiempo, nadie entiende el por qué, extranjeros indocumentados y la mayoría haitianos, de buenas a primeras se están comportando en absoluta rebeldía frente al estado de derecho y lo más alarmante, ver que copan calles, avenidas y hasta carreteras y con cualquier pretexto, actuando como si ellos fueran ciudadanos de este país.
Solo hay que ir a la parte este del territorio nacional y en concreto en la provincia de La Altagracia y particularmente en el distrito municipal de Verón, donde poco falta para que la población flotante haitiana llegue el momento de atreverse a declararlo una especie de territorio libre de dominicanos y ante la actitud de absoluta rebeldía que muestran con la nación que les ha dado acogida.
Inclusive y contraviniendo todo principio legal colocando la bandera de su país exhibiéndola desafiantemente desde sus propias casas y negocios.O lo increíble, que las escuelas públicas están ocupadas a nivel nacional con más de un 70 % de alumnos haitianos y lo que significa que en el país hay una población flotante haitiana e ilegal de más de un millón de personas.
Lo increíble, es ver como las mismas autoridades nacionales, provinciales y municipales, dejan que esos haitianos alzados contra el orden legal o escuchar y de parte de los agentes de migración, que desde el gobierno supuestamente se les ha ordenado que no los enfrenten con la dureza de la ley y sí que traten de conciliar con quienes tan abusivamente quieren actuar cómo chivos sin ley.
Agréguese a lo anterior, la terrible crisis de capacidad de administración de los organismos públicos para realizar las imprescindibles labores de mantenimiento que permitan que las infraestructuras estén a salvo, el deterioro del 911 es paradigmático, más la ausencia de disposición de servir de la mayoría de los empleados públicos y esas patrullas policiales y militares que como ladrones en acecho compiten en maldad y extorsión con la delincuencia que acosa a quienes se movilizan en las carreteras y principalmente en la zona este y provocando, que a ciertas horas del día y pocas de la noche, los conductores rehúsan viajar en las carreteras y menos con la nueva modalidad, de que los efectivos de uniforme se colocan diez metros después de cada peaje y para de inmediato detener vehículos y hasta registrar de malas formas a los pasajeros.
En pocas palabras, es un desorden descomunal que hay en el país y nadie se explica por qué desde el Poder Ejecutivo para abajo, nadie hace por corregir tantas fallas, mientras desde los programas de radio y televisión, el clamor solicitando que el gobierno corrija la situación es una sola voz.
También y para mayor sorpresa, es observar, que gente que debe estar con el gobierno por obligación y porque son empleados públicos, son los que poco a poco están elevando sus voces y reclamando que el país funcione y planteando en voz baja y hasta tímidamente, que no entienden por qué todo se ha deteriorado y la calidad de vida ni se diga y que en el gobierno nadie haga nada para tratar de solucionar tanto entuerto y el que directamente está llevando a la República a un inicio de peligroso estado de ingobernabilidad, que si se desata, generará un ambiente peor que aquel terrible de abril de 1984.
Mientras tanto y en la medida que las criticas arrecian, se ve al aparato de propaganda oficial exigiendo a los prostitutos y sicarios mediáticos que les paga, que defienda más en firme al gobierno y quienes están haciendo de tripas corazón y viendo que la República se le ha ido de las manos al PRM y a los popis del gobierno, así como a los capitostes del partido en el poder.
Realmente, la situación de deterioro es tan dura, que ni siquiera quienes estamos en el periodismo independiente y para evitar un mal mayor, nos atrevemos a unirnos a los miles de voces que reclaman a Abinader que haga su trabajo y enfrente sus responsabilidades, pero también, nos encontramos desconcertados, viendo como si a las autoridades poco les importara, que un día la República amanezca con un estallido de poblada a gran escala y del que nadie sabría cómo podría terminar.
Y es que, en definitiva, se está pasando hambre, no hay dinero y el poder adquisitivo del peso se reduce miserablemente y la rabia sorda de la ciudadanía ya se hace sentir, ¿hasta dónde el gobierno se atreverá a arriesgarse a enfrentar un estallido social? En consecuencia, solo nos atrevemos a decir, que en todo el territorio nacional hay un solo grito por la falta de calidad en los servicios públicos, el incremento de la delincuencia y la notoria incapacidad del PRM para gobernar. Presidente Abinader, por amor de Dios haga algo, demuestre que usted sabe gobernar. Con Dios. (DAG) 29.05.2024