Viendo la forma francamente penosa de como el presidente Luis Abinader se comporta, dejándose manejar por gente menos inteligente que él y por muchachos treinta añeros que se creen lo último de los muñequitos, a quien escribe, nos dan deseos de ser el abuelo joven de un primer mandatario, que, viéndolo bien, requiere de un buen jalón de orejas y con tal de salvarlo de su propia autodestrucción y eventual fracaso como gobernante.
Y es que en estos momentos, el gobierno Abinader-PRM se está convirtiendo en el peor factor de desunión y para una nación que requiere con urgencia de una reconducción libre de las ataduras y complicidades que deja una partidocracia abusadora y criminal que durante los últimos 24 años, ha hecho del país lo peor en materia de corrupción y de atentado directo desde el poder contra las instituciones y al extremo, de que cada día es más que evidente la complicidad del oficialismo con el bajo mundo criminal del narcotráfico y tanto dominicano como estadounidense y este último de los peor de la criminalidad proveniente de EEUU y de origen dominicano.
Para colmos y como si lo anterior no fuera suficiente, toda la nación es testigo de cómo Abinader y sabiendo que desde la versión dominicana de las redes sociales y sus lupanares mediáticos, está dominando ese gansterismo popular juvenil, que aposentado en las redes y con sus programas de radio y televisión en su peor versión de la prostitución de ideas, personas y conceptos, que volcadas al extremo y bajo una sola premisa: Alofoke, ha convertido lo que en principio fue un gran esfuerzo de comunicación renovada con interés en la farándula, en la peor sentina de amoralidad a gran escala y que teniendo de público a una parte de los tres millones de adolescentes y jóvenes, ha impuesto la degradación moral a niveles realmente desorbitados.
Abinader y en vez de que, como presidente de la República, debió de velar por impedir que aquella nausea ablativa colectiva influenciara pésimamente en nuestros jóvenes, decidió aliarse a la misma y con su cabeza principal y a partir de semejante asociación de intereses espurios, la delincuencia juvenil entró en tropel al ejercicio de la política y utilizando el poder para afectar sobre manera la idiosincrasia de todos los dominicanos.
Fue de esa manera y en base al pillaje aportado por este sector de arrebatados dentro de los lupanares mediáticos, la herramienta que el gobierno utilizó para imponérsele al país político y a un grado tan significativo, que Abinader obtiene su reelección, no porque hubiese ganado limpiamente una mayoría de votos, sino por el uso desmedido y abusivo de los recursos públicos y comprando lealtades de todos los inmorales que se dejaron comprar y por lo visto, sin tampoco importarle la fuerte abstención electoral de más de un 45 % que su accionar atropellante provocara.
Por ello y al haberse prostituido a la mayoría de los medios de comunicación, comentaristas y opinantes politiqueros, quienes, en base a una propaganda masiva de mentiras, insultos y provocaciones, es que Abinader y su PRM se alzan con el dudoso triunfo electoral y para todo un gobierno, que ya arrastraba las peores de las inconductas de administración desde que se instalara en el 2020.
Ahora y a treinta días del último amaraco de elecciones, ya empieza a verse una significativa parte de la atrapada opinión pública, dándose golpes de pecho al haberse dejado sonsacar por un oficialismo sin honor y escrúpulos, que, para colmos, se gastó más de 10 mil millones de pesos de los contribuyentes para agenciarse su continuidad en el gobierno.
Solo hay que ver como lo mejor de la atrapada opinión pública desde las redes sociales independientes, comienza a tener una actitud fuertemente crítica y la que se agrava, en la medida que ya se observan los inicios de una rebeldía social, ahora apenas contenida y la que, por lo visto, como reacción primera y porque el gobierno haya creado la ley 1-24 con evidente interés para reprimirla.
Simplemente lo que estamos viendo y ya que la inflación comienza a golpear los bolsillos y presupuesto de los ciudadanos y lo más significativo, en todas las clases sociales, el inicio de un intento subversivo abierto contra un gobierno al que se le entiende sin autoridad moral y poca credibilidad.
Si quien escribe fuera el abuelo-joven de Abinader, haríamos lo imposible porque volviera sobre sus pasos y si se quisiera evitar el inicio de poblada y final de guerra civil que la animosidad latente de la ciudadanía está indicando que pudieran suceder y al entenderse, que el gobierno no está en eso de hacer las paces con la República.
Como ayer decíamos, lo pragmático es, que Abinader convoque a un referéndum y con miras de que la Junta Central Electoral anuncie ese tipo de consulta especial y con el único propósito de indagar si se quiere un gobierno tramposo o en cambio uno nuevo y provisional para que la nación se pronuncie y diga que es lo que realmente quisiera.
Y al decirlo, poco nos importan las reacciones represivas del oficialismo y sí el mantenimiento de la gobernabilidad y la paz social, pues la República no puede seguir con un gobierno que no respeta a nadie y que cree que puede hacer lo que le venga en ganas.
Abinader y lo reiteramos, se merece que se le de una oportunidad, que se le perdonen sus errores, pero a cambio de que limpie su gobierno, de ese PRM que se ha convertido en su peor cáncer y organice un gobierno dominicano para todos los dominicanos y no el escandaloso régimen de plutócratas que se están robando la República.
De ahí que sea menester, que antes del 16 de agosto se organicen todo tipo de respuestas y acciones contestatarias pacificas, pues tal como las autoridades se manejan, terminarán metiendo en una encerrona a la República y que, de suceder, seguro que provocará un gran derramamiento de sangre.
Entre tanto, el gobierno debe frenar su reforma fiscal, que no es necesaria y como tampoco la reforma constitucional que pretende para que el PRM se quede en el poder por cuatro periodos más y que con el anuncio de Abinader de que no se presentará en el 2028 y como si la Constitución no se lo impidiera en su artículo 124, el interés presidencial está claro que su oculto objetivo es impedir y junto a Abinader, que ningún expresidente pudiera presentarse como candidatos a nuevas elecciones.
El reclamo que hacemos y que no es ninguna petición, sencillamente, que Abinader entienda que lo está haciendo mal y que como ganó las elecciones mediante fraude absoluto, el terrible daño que para la República significaría tener un gobierno que no tiene origen legal y tampoco legítimo, le costará a la nación un duro y fuerte sacrificio en vidas y propiedades.
Recordamos, que son 23 años que median entre quien escribe y el presidente y lo que nos da calidad de abuelo-joven y avalados por 52 años de ejercicio continuo en el análisis político de Estado, por lo que encarecidamente le decimos: Poco que mucho, el Gobierno se está cerrando puertas y los dominicanos, como nación, nos estamos destruyendo. Con Dios. (DAG) 22.07.2024
