Contradecir a un presidente, que como Luis Abinader, por primera vez en los últimos 24 años tiene todo el poder del Estado concentrado en sus manos y debido a la cobardía de quienes le temen y el estado de necesidad de los que dicen que le siguen y unido al hecho, de que el liderato opositor se siente maniatado para enfrentarle con firmeza, parecería que se ha convertido en una especie de peligro público.
Ante lo cual y sin duda, que todo medio, periodista o vox independiente debe asumir y si realmente quiere aportar su criterio, por lo menos y para que sirva de contrapeso ante el afán continuista que impulsa al joven como arrojado gobernante y para manifestarle que está totalmente errado y absolutamente perdido en el criterio que cree que enarbola.
Y esto así, porque Abinader y creyendo que hace lo correcto y lo que hay que decir, porque todavía le damos el beneficio de la duda, es evidente que antepone sus intereses y ambiciones personales a los de la República y que entendemos, que vemos como si el presidente estuviese demasiado interesado en una próxima reelección, pero no para seguir en la presidencia de la Nación y sí para dar el primer paso como el caudillo que, para este siglo, nos ofrece la impresión de tener todos sus empeños.
Por lo pronto, todos los lupanares mediáticos que responden a sus intereses, de buenas a primeras ya no se inclinan por favorecerle y lo que de entrada significa, que todos ellos y quienes los dirigen y producen y sus influyentes, han visto más allá de la curva y han caído en cuenta, que gobernante con poder autocrático tan aplastante, es uno hay que necesariamente hay que hacerle ver una recia oposición a su proyecto de reforma constitucional y el que es innecesario, porque la última reforma constitucional vigente, ofrece las garantías necesarias para mantener la institucionalidad absolutamente fuera de peligro y la no continuidad del presidente y gobierno que estén en ejercicio.
Pero también hay algo más y que estamos viendo desde hace unos quince días, que por lo menos el 95 por ciento del mundo mediático, ya ha empezado a entender, que si a Abinader se le deja imponer su proyecto de reforma constitucional y teniendo como espada de Damocles, la abusiva como autoritaria ley 1-24, que vigente, le da la facilidad para imponer una democracia autoritaria, no habrá medio, periodista, influenciador, productor de radio y televisión, opinante, comentarista y analista, etc., que en algún momento podría decir que no será silenciado, reprimido publicitariamente o simplemente apresado y debido a ello, ya no hay persona o institución ligado al periodismo, que ya no elucubre sobre tan ominosa posibilidad.
En consecuencia, no debe dudarse, que, si quienes de antemano nos sentimos amenazados en nuestros fueros y libertades, nos vayamos a quedar de brazos cruzados, esperando que el hacha que Abinader tiene en sus manos, en algún momento no fuera a caer y dando un rudo golpe a quienes tenemos el periodismo como una vocación y servicio público institucionalizado y frente a todos los poderes públicos y privados.
Todavía más, el temor ha empezado a esparcirse, viendo el comportamiento de salto de guinea, que como se conoce, sucede, cuando esta se siente sin nido y que tienen los millonarios dueños de los medios dentro de la prensa mercancía, quienes saben, que por todos sus otros negocios y riquezas, son más susceptibles de ser presionados y desde el momento que al nuevo César o Califa, asuma que sus medios quieran criticarle o hacerle la necesaria oposición institucional a favor de la República y que la mayoría de los ciudadanos esperan para su salvaguarda.
Entiéndase, no estamos elucubrando y sí razonando sobre una deducción cierta respecto a hechos y políticas contrarias al estado de derecho y que, en el fondo, es de lo que ahora mismo se está tratando.
De ahí que sea preferible, que los pocos medios y voces que nos atrevemos a ser crudos en nuestras críticas, pero dentro de los parámetros del aceptable respeto a la persona del primer mandatario, emitamos nuestras opiniones y consideraciones, cuando aún se está a tiempo para evitar que en algún momento Abinader quisiera imponer su esquema de democracia autoritaria.
Por eso, vemos con satisfacción que hace dos semanas y mediante un artículo semanal, el expresidente Leonel Fernández fijó su posición respecto al proyecto oficial de reforma constitucional y que ayer, el expresidente Danilo Medina hiciera igual y categóricamente manifestara, que tal proyecto es absolutamente innecesario y pernicioso para la institucionalidad.
Ahora quedaría, que todos los miembros de las fuerzas vivas nacionales, así como de la sociedad civil, no dejen de manifestar sus opiniones respecto al peligro que representa un proyecto de reforma presidencial, que cuenta con el apoyo tácito de unas cámaras legislativas que Abinader controla a lo absoluto y cuyos miembros, por ser vasallos del Poder Ejecutivo, ya no representan a los ciudadanos que en gran mayoría nunca les eligieron y porque todos y junto al Poder Ejecutivo, provienen de un masivo fraude electoral del que todavía tanta gente no ha caído en razón de que fuera perpetrado.
También a nuestro modo de ver, la nación no puede confiar en un poder político que controla los tres poderes supuestamente interdependientes del Estado y los que ya se está viendo, que en gran medida el Poder Legislativo es un súcubo del Poder Ejecutivo y a un grado tan vergonzoso, que si lo que queda de prensa independiente no trata de hacer su papel de contrapeso del poder político desbordado, está nación experimentaría un retroceso institucional absolutamente inquietante.
A Abinader y esto hay que decírselo claramente, no se le dejará que imponga un fuerte retroceso político y menos la dictadura y ante lo cual, instamos a toda la ciudadanía cívicamente responsable a oponerse a su pretensión absolutamente inconstitucional en la forma como en el fondo. La forma, la vemos en el fraude electoral que se perpetró y el fondo, en el texto mostrenco del proyecto de reforma constitucional.
Lo último ha sido, que ayer, Abinader y continuando por tratar de ganar tiempo, anunció y de manera indirecta, pues se refirió a los empresarios en sentido general, que ha convocado “el congreso de los empresarios y millonarios”, el Consejo Económico y Social (CES) y del que se conoce, que para nada está a favor de la población y menos de su clase media.
¿Tiene sentido que planteemos, que su problema es, que a Abinader, el culto a su personalidad ya le domina y por lo tanto, es incapaz de hacer lo correcto: Retirar su propuesta de reforma constitucional y de lo que está a tiempo? Con Dios. 27.08.2024
