Acostumbrado a manejar, manipular y controlar mentalidades dóciles, Leonel Fernández se despachó ayer con un discurso dirigido a socavar la sentencia TC-0788-24 y a modo extremo para que sus parciales se alcen contra el derecho ciudadano de votar independiente a la partidocracia y de ese modo, confundir al resto de la atrapada opinión pública y a la que ahora le habla de que supuestamente, las candidaturas independientes a los partidos fácilmente pueden ser dominadas por “fuerzas nocivas” y lo que rotundamente no es cierto.
Si se repasan sus discursos de doble moral e intención de los años setenta del pasado siglo, nos daríamos cuenta, de que el entonces izquierdista con ínfulas de comunista y agitador social de los barrios periféricos capitaleños que era como se caracterizaba el ahora expresidente de la República, se entenderá como y sibilinamente, quiso debilitar desde el primer momento la institución conocida como democracia representativa y en aras de hacerle creer a quienes atendieran sus palabras, que el castrismo era la mejor vía para derrotar a una democracia representativa que este hijo de la juventud barrial periférica y tanto de Nueva York como de la capital nacional, asumía el devenir político en función de socavar totalmente las instituciones.
Gracias a ese discurso de doble moral tan falso y con el cuento de que él no era un líder de masas y sí el aspirante disciplinado de un bochismo que ya venía en decadencia, hasta que a lo interno del PLD se dio la conjura de juventudes progresistas, que entendieron, que, con el apoyo al castrismo, la aparente lucha de clases de la izquierda no iría a camino.
De esa manera, el PLD experimentó su segundo mecanismo de desgarrapatización, eliminando de cuajo todo izquierdismo radical que le mantuviera excluyente de las corrientes políticas y sociales preponderantes y que tuvo su culminación cuando el líder nacional y caudillo del presidente Joaquín Balaguer y para estabilizar su discutido triunfo electoral del 1974,que fuera decisivo para su proyección hacia el 1996, le otorgó al PLD el control de la Cámara de Diputados, en la persona del silencioso y casi inexistente diputado, Danilo Medina (1986-1990-1994) y mediante esa decisión, forjando al futuro nuevo líder institucional del partido morado, el legislador Medina Sánchez. Pero antes se dio el tiempo del diputado Norge Botello, quien fue diputado desde el 1982-1994 y presidente de la Cámara de Diputados por cuatro años consecutivos (1990-94).
Para ese tiempo, Danilo emergió con un poder fáctico referente en un PLD cuyo líder máximo y por razones de enfermedad terminal comenzaba a abandonar el escenario público y en el que, hasta ese momento, Leonel era simplemente el joven licenciado en Derecho que aspiraba a un cargo secundario dentro de la estructura de gobierno de ese partido.
Quienes conocemos de aquellos acontecimiento y porque como quien escribe sabíamos perfectamente del clima de desasosiego generacional que se daba en el comité político, al punto de que con la autorización del mismo Bosch, el político más allegado en lo familiar al expresidente, Franklin Almeyda Rancier, nos invitó a una reunión “abierta” y en su apartamento familiar en el sector Gazcue, con “miembros importantes del partido” y dada la condición de quien escribe, de ser uno de los cinco más importantes analistas políticos a nivel nacional de aquel tiempo y el único identificado públicamente con Balaguer.
Ocurría, lo que por naturaleza debía de presentarse en un partido cuyo líder y presidente, daba signos de cierto alejamiento de su realidad y sus discípulos buscaban los puntos que pudieran ayudar a que en el partido no se diera una especie de desbandada, que no tenía por qué ocurrir, pero a la que inteligentemente, todos esos jóvenes políticos y la mayoría de la pequeña burguesía, querían entender que tipo de acontecimiento futuro podrían sobrevenirles y nos atreveríamos a decir, que el mismo Bosch mostró interés en esa búsqueda.
La reunión fue casi de hora y media y por lo que quien escribe observó, lo que se buscaba era la búsqueda de una especie de puente directo de comunicación con fuerzas diferenciadas a las de un PLD, en aquel momento cubriéndose con la sábana del castrismo y el izquierdismo más contradictorios.
Allí solo habló Bosch por la vía telefónica y Franklin Almeyda de interlocutor intermediario, todos los demás asentían y algunos tímidamente intervenían. En principio se nos quiso hacer creer que se sondeaba la posibilidad de que ayudáramos al PLD y lo que conocíamos que nunca sería una propuesta a discutir, por los lazos cercanos que en aquel momento la política nos llevaba a encontrarnos más cerca del presidente Balaguer que de cualquier otro líder político.
Salvo Franklin Almeyda, nadie más habló y cuando al expresidente le pareció que su curiosidad quedaba satisfecha, terminó abiertamente el curioso conversatorio a tres voces y fue suficiente para que entendiéramos, que aquel PLD supuestamente izquierdista y con ínfulas doctrinarias de castrista tanteaba su futuro y en lo que Bosch fue visionario. Que recordemos, ni Danilo y menos Leonel no dijeron ni jí. Sin embargo, ambos y como todos, nos dimos cuenta de que el PLD buscaba un acercamiento a largo plazo con Balaguer.
Al salir del edificio que está en la calle que baja al Hotel Jaragua, fue significativo, que abajo nos esperaba un militar del cuerpo de ayudantes de Balaguer, quien solo nos dijo: “Dice el presidente que vaya de inmediato a verle” y ahí nos dimos cuenta, de que definitivamente los dos lideres y siempre amigos personales, buscaban el cómo aliarse sin que hubiese necesidad de demostrarlo….y lo que ocurrió de cara a las elecciones de 1996, que para la segunda vuelta la ganó el PLD con Leonel de presidente y Jaime David Fernández Mirabal de vicepresidente electos respectivamente y…. Danilo de presidente de facto.
Desde ese triunfo electoral impulsado por aliado tan especial, el PLD se preparó para su gran salto a partir de las elecciones del 2004, cuando con su retorno al poder y al derrotar al PRD que pretendía la reelección del presidente Hipólito Mejía, que había llegado en el 2000 a la presidencia y gracias a Balaguer, el PLD dio el gran salto y al convertirse en la primera fuerza política nacional hasta el 2020, cuando la arrogancia e insensatez de su liderato provocó la pérdida del poder y la entrada a tambor batiente e impulsado por una manipulación propagandística extrema, del PRM y el presidente Luis Abinader, quien en el 2024 demostró que su estrategia abrumadoramente propagandística y nada escrupulosa en el manejo de los recursos públicos le aseguró su continuidad hasta el 2028, al menos técnicamente hablando.
Trazada la anterior perspectiva, tenemos entonces la razón del porqué el sinuoso de Leonel Fernández, se expresó ayer hablando del supuesto “temor” que tiene de que “fuerzas nocivas” pudieran entrar a las candidaturas independientes y como ciertamente esa fue la situación que estableció la partidocracia en estos últimos 20 años y con la complicidad de todos los partidos y sus lideres y comenzando por el mismo Leonel y pretendiendo ahora quitarle autoridad moral a la sentencia TC-0788-24 y lo que es un riesgo para sí mismo, conociéndose, que en su condición de líder indiscutido de una parte significativa de la sociedad, pudiera atreverse a tratar de ridiculizar la referida sentencia y de la que técnicamente ninguna fuerza política puede atreverse a declararse en contra del Tribunal Constitucional. Salvo, que en la República estallara una insurrección abierta contra la partidocracia que ahora Leonel defiende y pregona.
Pero Leonel y ahora con el ropaje de aquel joven agitador político supuestamente castrista e izquierdista, trata de meter una pérfida cuña en el animo ciudadano y para ver si en base a esa manipulación, el TC se volviera hacia atrás y que, de suceder, que es absolutamente hipotético, sería el tiro de muerte para la partidocracia y el intento más artero de destruir el sistema político democrático de esta nación.
Suerte que Danilo está ahí como expresidente de la República y presidente en activo del PLD para contrarrestar la maniobra burda, de un Leonel Fernández, aterrorizado con una sentencia que le alejaría definitivamente del poder político constitucional directo como líder político, pero no así, como ciudadano candidato independiente y que es la misma calidad que ahora tienen todos los expresidentes y el mismo Abinader y con ellos y sobre ellos, toda la ciudadanía en edad electoral. Con Dios. (DAG) 27.12.2024





