Lo cierto es, que la realidad más brutal revela el grave secuestro institucional que las 48 grandes fortunas de esta economía y sus instrumentos financieros de dominio, le han impuesto a una población dominicana totalmente domesticada por los 64 años de la dictadura partidocrática que hasta ahora se perpetua y gracias a la terrible degradación moral e institucional, hija de la prostitución a gran escala y la inversión de valores morales más escandalosa que propicia el gobierno plutocrático.
Hay instituciones, pero no son instituciones como las que existen en el resto de Occidente, sino que la especie de conjunto mafioso familiar que las domina, ha reducido a la nada toda posibilidad de que los dominicanos y básicamente, su clase media, pudiera liberarse del terrible encadenamiento de amoralidad extrema en la que se desenvuelven las instituciones y desde el momento, que en el 2017, el gobierno de entonces y prevalido del concepto presidencial autoritario, impuso el llamado Consejo Nacional de Competitividad, que en este gobierno que preside Luis Abinader y que conforma el PRM, ha escalado los niveles más altos para que realmente se le tenga que considerar como el verdadero gobierno tras las sombras que realmente controla la vida nacional.
Todo comenzó en el junio de 1966 con la ley de sustitución de las importaciones y el inicio de zonas francas para industria ligera y negocios de exportación, que, liberados durante veinte años del pago de impuestos, terminó consolidándose como la herramienta útil paran el enriquecimiento de mercaderes convertidos en comerciantes-contrabandistas y con un afán de lucro desmesurado.
Hablamos, que desde el 1966 a este 2025, son 59 años en los que una clase social y económica de traficantes de influencias, contrabandistas y evasores fiscales en gran mayoría, impuso a partir del 1978 un nuevo tipo de clase social y económica fundamentada en la gavilla de dominicanos residentes en Nueva York y la mayoría, estadounidenses de origen dominicano y casi todos lavadores de activos y quienes gracias al partido más corrupto y corruptor de aquel tiempo, el PRD, dio carta de legalización a la instalación de financieras y bancos hijos del lavado de activos a gran escala y dando por resultado, el fuerte nicho empresarial y delincuencial y de políticos buscavidas que ahora controla la vida dominicana y a un grado, que la mayoría de los ciudadanos de este país son esclavos económicos y carne de sexo, más consumidores de unos medios de comunicación prostituidos que responden a diez de sus dueños entre las 48 fortunas más importantes de esta nación.
Lo impactante del surgimiento de esta dictadura plutocrática que ya va por 64 años continuos y si contamos los cinco años desde que la vieja oligarquía se apoderó del gobierno de la República (1961-1964) y el lapso de un año en 1965 del estallido de una fracasada revuelta social ahogada em sangre en Abril de 1965 con la invasión militar estadounidense a raíz de la conjura que llevo a la celada en la que Trujillo termino muerto en el intercambio de disparos que se produjo el 30 de mayo de 1961.
En ese lapso de inestabilidad social de cinco años, donde el romanticismo de una juventud ignorante facilitó las cosas para que la baja burguesía se apoderara del movimiento social y haciéndolo abortar mediante la transacción que se hiciera con los grandes comerciantes, la mayoría españoles y árabes, quienes tenían sus mercancías en los depósitos aduaneros en la zona colonial capitaleña y quienes aquellos no las saquearon, por los pagos por extorsión que los comerciantes-almacenistas-importadores debieron de hacer a Caamaño como a Montes Arache y confesado esto último a quien escribe, por el oficial superior de la Marina de Guerra a que hacemos alusión.
Debido al antecedente anterior, fue ahí cuando esos comerciantes descubrieron que su dinero era la mejor arma de reglamento para conseguir lo que quisieran y por eso del apuntalamiento de su institución más importante del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) conocida anteriormente como Asociación Dominicana Independiente (ADI) y paralelamente, sus inversiones en la banca y en los medios de comunicación y ni hablar, de que vehementemente se opusieron a que las exenciones fiscales se eliminaran a los 20 años y lo que ya va por 59 años que no pagan impuestos, mientras a la población sí que se les cargan todos los impuestos y arbitrios habidos y por haber.
Para cuando el presidente desarrollista Joaquín Balaguer concluyó su lapso gubernativo de 12 años hasta el 1978 y quien mantuvo a raya las ambiciones sin límites de esa clase económica depredadora, ya el empresariado se entendió con la fortaleza suficiente para tomar por asalto las instituciones del Estado y lo que logró en base a la más formidable compra de conciencias de una inmoral clase política acostumbrada a que sus miembros vendieran y si era necesario su alma al mismo Diablo.
Fue por eso por lo que para el 2017, cuando ya era más que evidente que el poder económico se había convertido en una verdadera clase social económica que tenía bajo su puño a cerca de dos millones de empleados y trabajadores y ejercía una influencia absoluta dentro del liderazgo político y al extremo, de que desde el 2000 no ha habido gobierno dominicano que no sea dependiente de ese poder económico plutocrático, más lo evidente, que el 70 por ciento de los dominicanos se encontraban bajo su absoluta independencia y los medios de comunicación los manejaban en base a una férrea autocensura, que el CONEP y la asociación de industrias (AIRD) le exigieron al presidente Danilo Medina que les creara una institución oficial, mediante la cual, no solo que podrían controlar al Estado, sino que la misma tendría poder de fiscalización absoluto sobre las finanzas públicas y las instituciones financieras tanto públicas como privadas y teniendo a la gobernación del Banco Central como sello gomigrafo particular.
Así nació el Consejo Nacional de Competitividad, instrumento oligopólico de control absoluto y el que se proyectó como un poder plutocrático tan aplastante, que en la actualidad, de los 8.5 millones de dominicanos que nacieron a partir de junio de 1961, más los 2.5 millones que ya habían nacido, cerca del 90% se encuentran bajo el dominio total de esas 48 fortunas y teniéndolos de hecho como sus esclavos económicos y quienes al ser drogadictos la mayoría o, livianos de conducta, han terminado como serviles instrumentos de apuntalamiento de dominio del ente de Competitividad y agravado por la prostitución absoluta de dominicanos entre 10 y 22 años que conforman la «clase social» juvenil de teteos y sexo y droga desenfrenados y que es la herencia maldita de los dominicanyorks de los años setenta del pasado siglo.
A este día, nada escapa a su control y el gobierno de Abinader menos que nadie y salvo que no ocurra un sorpresivo levantamiento social que termine en un gran derramamiento de sangre, es evidente que la plutocracia está preparada para continuar gobernando tras bastidores 64 años más.
La única esperanza, es que quienes nacieron en el 2007 y quienes ahora tienen 18 años y que están menos contaminados por la ola de amoralidad que ahoga a este país y los nuevos que ahora están naciendo y quienes para el 2050 tendrán 25 años, sea en esos dos segmentos poblacionales y el intermedio de los que ahora están entre 27 y 45 años, donde se encuentra la única probabilidad generacional de arrebatarle el poder a la plutocracia y crear el Estado Dominicano de antes del 1978, cuando el único poder era el del Estado y todos los demás estaban bajo su férula de control y castigo.
De lo contrario, los de Competitividad continuarán ejerciendo su dictadura y ahora peor, teniendo a socios de la oligarquía haitiana, ejerciendo aquí parte del poder dominante y todos, con el mismo interés de crear un solo estado binacional y que si el pueblo dominicano con sus nuevas generaciones no despierta, para el 2075, la plutocracia de Competitividad habrá creado el Estado Binacional Quisqueya y lo que hemos estado pregonando y para hacer conciencia y con nuestros análisis políticos de Estado de los días 2 y 5 de este mes particularmente.
¿Se entiende por qué advertimos, que mientras en Europa EEUU y Asia los grupos económicos no debilitan al Estado? Aquí es diferente, lo asaltan y hasta quieren suplantarlo y por la corrupción generalizada que han creado, todos esos capitostes mafiosos que se llaman dizque «empresarios».
A nuestro modo de ver, pues, tanto el gobierno de Abinader como el Consejo Nacional de Competitividad se han constituido en los enemigos más terribles que la nación, idiosincrasia, nacionalidad y cultura dominicana tiene y quienes no quieran verlo ni entenderlo, entonces y por tener mentalidad de súcubos y esclavos, que se postren. ¡Pobre país! Con Dios. DAG. 17.06.2025
última actualización: 01:01 pm.
