Nunca y desde 1950 a la fecha, EEUU había tenido un presidente que se especializara en ganar enemigos antes que amigos y debido a ese lenguaje provocador que no permite ni siquiera que se pueda mantener algún tipo de diálogo constructivo y para procurar acercamiento.
Con Donald Trump eso ya no es posible y menos, cuando sus arrogantes funcionarios y desde su vice y pasando por el de Guerra, el lenguaje que emplean es entre patibulario y propio de cualquier gamberro de barrio que cree que insultando y amenazando podrá imponérsele a quien quisiera.
Sí hay casos y el dominicano es uno de ellos, que creyéndose más listo que los demás, asume, que plegándose y literalmente bajándose los pantalones cada vez que Trump lo sugiera, de esa forma podría ganárselo de amigo y cuando es al revés, que Trump desprecia a quien mucho se le acerca y procura halagarle y por una sola razón, que acostumbrado a jugar duro, desconfía totalmente de quien le pudiera dar muestras de amistad.
Al mismo tiempo y por ese comportamiento errático suyo, de no confiar en nadie, salvo si le entiende fuerte o más fuerte, el presidente estadounidense se ha convertido en la peor amenaza pública que cualquier país y mucho más los territoriales cercanos, pudieran enfrentar y sobre todo, por lo imprevisible de su política y lo absolutamente desquiciado de sus tomas de decisiones.
Recordamos, que desde hace rato que hemos planteado, que todo lo relativo a la zona geográfica caribeña, Trump y con el pretexto de combatir el narcotráfico de otros, pero no el suyo propio, lo que busca, es quedarse con el Canal de Panamá, imponer un veto a las rutas oceánicas e imponer también una especie de toque de queda, que impida, que barcos y toda clase de embarcaciones de los países caribeños, estos puedan utilizarlos libremente y actuando de ese modo, como la mejor forma de ocultar su renacida política de la vieja doctrina Monroe y abarcando ahora el cancelarle sus visados a cuanto latinoamericano y en especial caribeño, ose mostrarse crítico con sus políticas.
Y que es una situación inédita que nunca nadie había visto, que desde EEUU se practicara y con esa peligrosa tendencia de hacer ver, que para Trump, los países latinoamericanos no son tales y sí simples piezas de ajedrez por medio del cual vulnera países, asesina a sus ciudadanos e impone una drástica política de hacer ver y entender que estos países y con mayor interés, son sus vasallos.
Desde luego que con semejante proceder tan abusivo, insolente como arbitrario, Trump no va a ganar amigos para su país. Por supuesto, habrá gente de mentalidad esclava, que poco les importa ir contra sus propias raíces y orígenes y al actuar como serviles de EEUU se permiten hasta mostrarse enemigos de su propio país y ahí el caso de la señora venezolana que por presión del Departamento de Estado, el instituto Nobel le concedió el premio de la paz de este año.
Cómo también hay otros pueblos y naciones del área geopolítica que nos circunda, que nunca se doblegaran ante un gobierno infame como el actual estadounidense, cuyos funcionarios hablan con tanto desprecio de estos países y ni se diga de sus gobiernos.
He ahí el caso de la nueva embajadora estadounidense, experta en espionaje, que se está aguardando arribe a la capital nacional de un momento a otro. Pues se comprobará, que si esta señora entiende, que presentándose con un garrote, ella logrará la sumisión absoluta de esta nación, desde ahora hay que advertirle que ni lo conseguirá y por más que el gobierno de Abinader sea capaz de romper la medida del servilismo más abyecto.
Trump actúa como un matón y como tal se entiende y en su ego desproporcionado, asume, que con estos países pudiera hacer lo que le venga en ganas. Tomó en su boca a Venezuela y pisoteando su gobierno y ahora la emprende contra Colombia y en ambos casos, advirtiendo que los pisoteará, invadirá si es necesario y hasta secuestrando a sus presidentes y lo que piensa por su absoluta falta de sentido común.
Pues y para hablar específicamente, ¿entenderá el inquilino de la Casa Blanca que los pueblos venezolano y colombiano y nos referimos a sus inmigrantes en EEUU, se quedarán de brazos cruzados, viendo como este dislocado mandatario asume que podría controlarlos?
Estamos seguros, que no menos de un millón de venezolanos y colombianos en EEUU y desde el momento que Trump le marcha a sus gobiernos y países, reaccionarán violentamente en los propios EEUU y si igual sucediera contra otras naciones cercanas, no dudamos que la reacción de rechazo de parte de sus ciudadanos sería la misma.
Sin embargo, dudamos que la población que se cree dominicana en EEUU, tendría parecida reacción violenta y por una sola razón, que la mayoría del millón y medio de estadounidenses de origen dominicano, absolutamente serviles a su nueva patria y dado que abogan, porque su país de origen se convierta en un estado asociado de la Unión Americana, apoyarían a Trump y ni que decir de sus familiares directos en este país y estos últimos, porque entienden que si se ven impedidos de tener el visado estadounidense serían capaces de matarse.
Entonces y al hacer esta excepción tan penosa, se podrá comprobar y lo que ya se está viendo en el tratamiento que sobre el tema dan los medios de comunicación dominicanos y aquí la gran mayoría e incluyendo los de las redes sociales, quienes acostumbrados al arrullo de las cadenas, nos obliga a entender, que si hay un país latinoamericano que se iría de rodillas detrás de Trump sería este….y lo que precisamente Trump va a provechar y que manteniendo a un Haití ocupado militarmente, obligará a que República Dominicana acceda a todo lo que se le pida, menos a que se le invada….Por eso nuestro criterio se refuerza y al ver la reacción nacional de ni siquiera inquietarse o molestarse cuando la guardia costera estadounidense eliminó a tres supuestos narcos en una embarcación pequeña y que del sur caribeño ya estaban llegando a las aguas territoriales dominicanas en donde fueron bombardeados y asesinados.
Pues en vez de gritar y protestar por semejante violación de nuestro territorio, fue el gobierno dominicano el primero que justificó la intromisión y diciendo que la incursión asesina fue perpetrada gracias a su apoyo y como se ha visto, aquí nadie dentro de las fuerzas vivas, la sociedad civil y el sector mediático, todos callaron y asintieron.
Es decir, con semejante muestra de vasallaje tan extremo, es imposible suponer que el gobierno de esta nación y parte de su pueblo, saldrían en defensa de su soberanía.
En consecuencia y al hacer abstracción del desvergonzado comportamiento dominicano, es que decimos, que mientras en EEUU haya un presidente de ultraderecha, que encima se cree lo mejor del mundo y de paso, con un lenguaje insolente y provocador, en Washington no pueden esperar que al sur del Rio Grande se le entienda amigo…salvo la excepción dominicana y quisiéramos equivocarnos. Con Dios. (DAG) 20.10.2025
última actualización: 10:23 am.
