Si el presidente Luis Abinader no hubiese aprobado la llamada agenda 20-30 de la ONU y tampoco hubiese permitido la implementación de su descarada política de haitianización progresiva de la vida dominicana, hoy los dominicanos no estaríamos siendo víctimas de los ataques más feroces como abusivos contra nuestras leyes como estado soberano.
Solo así se explica, que agencias de la ONU y en particular la llamada PNUD, que Abinader ha permitido que empleados de la misma tomen decisiones que violentan la soberanía nacional y con su arma de reglamento de más de 100 oenegés locales que funcionan como testaferros que viven continuamente afectando el buen nombre de nuestra nación y atreviéndose a presentarnos como estado supuestamente esclavista y hasta racista y como una manera de impedir que ejerzamos nuestros fueros y calidades soberanos.
De seguro que ahora los dominicanos no tuviéramos recibiendo la campaña de inexactitudes y mentiras que haitianos residiendo en EEUU, Canadá y Bélgica, mantienen en sus redes sociales, denigrando a lo absoluto a nuestro país, cuando de lo que se trata, es que la ONU quiere impedir y a como dé lugar, que sobre la inmigración ilegal haitiana no ejerzamos nuestro derecho ciudadano a expulsarles hacia su país y siempre respetando sus calidades como personas y nunca realizando los graves ataques de agentes estadounidenses contra ilegales en su país.
Es por eso por lo que la ONU, sus agencias y sus voceros y duro admitirlo, con apoyo cierto de instituciones dominicanas de la sociedad civil y hasta de ciudadanos, que se supone que deberían de ser los primeros en mantener el enfrentamiento correcto contra quienes como extranjeros ilegales quieren y a la mala, radicarse en nuestra nación y abusivamente como supuestos dominicanos.
El PNUD y por las informaciones que se tienen, ha logrado penetrar la Junta Central Electoral así como determinadas oficialías del Registro Civil y gracias a dominicanos sinvergüenzas que merecerían ser fusilados, se prestan a copiar y falsificar actas de nacimientos de extranjeros ilegales como dominicanos y al extremo, de que tanto sacerdotes católicos como pastores evangélicos, abogados tramitadores de expedientes, han llegado a “documentar” no menos de 100 mil haitianos ilegales y como esa situación, de una señora a la que un cura católico utilizó su documentación para declarar 24 haitianos como hijos suyos y logrando que se le entregaran actas de nacimientos como dominicanos.
A todo esto, lo doloroso es comprobar, que los dueños de la mayoría de los medios de comunicación tradicionales, quienes a su vez son grandes empresarios en la construcción y la agroindustria, se han convertido en los apoyadores y beneficiarios del oculto mercado ilegal de trata y tráfico de indocumentados y lo peor, contando con el apoyo gubernamental via la dirección de migración.
Es decir, es el mismo gobierno y sus funcionarios y agentes, quien se encuentra patrocinando la haitianización progresiva de este país y sin que en el Poder Legislativo no haya una sola voz y de cualquier bando político, que haga suyas las denuncias y procure una ley de castigo firme para quienes están traficando, desde el gobierno con nuestra nacionalidad.
Abinader, que es un dominicano de segunda generación con un padre de origen libanes y una madre de origen haitiano y ambos nacidos en el territorio nacional, parecería que está decidido a implementar a como dé lugar su abusiva política de haitianización y la que ya estamos viendo en miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como el haber integrado a su gobierno plutocrático a las principales cabezas de la burguesía haitiana y la que tiene a uno de los suyos y con rango equivalente de ministro de Estado, mientras en materia de inversiones, empresarios haitianos tienen el monopolio de los combustibles con más de 165 estaciones en todo el país y ya están incursionando hasta en medios de comunicación, con un periódico especializado solo en asuntos de dinero.
Para más angustia, el grueso de la población dominicana luce anestesiada y sin reaccionar a lo que en toda regla es una invasión de haitianización progresiva y que si aquí hubiese un Congreso Nacional realmente autónomo e independiente, ya debió de haberse formulado la elaboración -por lo menos- de una instancia que impulse a un juicio político contra Abinader y por traición a la patria y de destitución condigna.
En la misma tesitura deberían de estar todos los medios de comunicación y de información de masas y tanto tradicionales como en las redes sociales y en estos últimos y a modo de justificar su inanición, alentando una propaganda suicida y trastornadora de odio contra los haitianos y que es un asunto que nadie en sus cinco sentidos puede apoyar y sabiendo que en el país tenemos más de 200 mil haitianos legales y cerca de medio millón de dominicanos de origen haitiano.
Es decir, todos esos traidores a la dominicanidad, prefieren utilizar sus medios para desviar la atención del público, queriendo imponer una política de odio y también racial y que formulan, por su complicidad con el tráfico y trata de personas ilegales que tienen los dueños de los mass media en sus otros negocios y empresas y abarcando hasta el sector turístico y sus negocios y empresas auxiliares, con cerca de 100 mil trabajadores haitianos y la mayoría ilegales y lo que se comprueba con ir a la provincia de La Altagracia y visitar Punta Cana-Verón-Bávaro y Cap Cana y en donde para colmos, sus empleados de entretenimiento, que son haitianos, ante los clientes turísticos los hacen pasar como dominicanos.
De esta manera, caemos en la situación, de que por defender la dominicanidad y soberanía de nuestra nación, desde la ONU y la mayoría de sus agencias así como de sus oenegés anti dominicanas y sus cómplices en el gobierno y en concreto en la presidencia de la República y siguiendo con nuestras Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y Migración, más el apoyo mediático y empresarial, el proceso de haitianización progresiva que tiene cinco años puesto en ejecución, lo que vemos, es que en nuestras propias caras y por cobardía o calculo vil, los dominicanos estamos dejando que nos roben nuestro país y sin que para nada la ciudadanía se levante insurreccionalmente.
Ante esta desintegración y anulación de nuestra nacionalidad, solo advertimos, que mientras en EEUU, sus autoridades vejan groseramente a los inmigrantes ilegales, Amnistía Internacional solo mira y señala a República Dominicana y olvidando, que este país es libre y soberano y su pueblo y aun cuando no lo parezca, no acepta y en esta materia, chantaje alguno. Con Dios. (DAG) 18.11.2025
última actualización: 11:53 am.
