El fenómeno y de gran atraso social, impide que la mentalidad de algunos dominicanos, acepte que la República Dominicana de ahora, ya hace rato que dejó atrás a aquel país de estructura mental concho primesca y trujillista, acostumbrado a que el Estado les dictara las normas más coercitivas y atentatorias contra la libre expresión y difusión del pensamiento y que es la razón de que esa mentalidad autoritaria, todavía norme el comportamiento y mentes de algunos y entre ellos de personas de ambos sexos y nacidos para las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo.
Y que es la otra razón para que los nacidos en el 2007 y con 18 años y 2010 con 15 años se encuentran absolutamente incomprendidos por aquellos otros nacidos en las décadas de los años 1970 y 1980 (45-55 años) y quienes ahora y casi irracionalmente, quisieran que el Estado y en función dictatorial, castre las mentes de esas nuevas generaciones, que como es norma de cada ciclo civilizador, presenta a cada nueva generación con su propio afán, ánimo y búsqueda de su propia razón de ser.
Primero fueron los teteos, expresión popular bullanguera originada en los barrios populares de la periferia capitaleña y antes, el creer que no tiene importancia la ingesta de drogas ilícitas en nuestra juventud y ahora, la expresión que a esa nueva generación la marca, su forma de hablar, su grosera actitud de no tener prejuicios y desafiar lo existente y hasta caer en el fenómeno de la telerrealidad o realities televisivos, en donde la nueva cultura rebelde hace presencia apabullante y en nada menos que en un promedio de cuatro millones de jóvenes entre 12 a 25 años y fundamentalmente via internet y sus canales en you tube.
Desde luego, no es razonable y sí una muestra de mentalidad reaccionaria, el oponerse a esta nueva libre expresión de palabras, costumbres y pensamiento de la juventud, que para el 2050, tendrá un control efectivo y de realizaciones de grandes cambios, para el país que la juventud quiere.
En este sentido, es un absurdo y hasta una estupidez, que gente que ahora tiene 40 a 45 años y quienes en el 2025 estarán rondando los 65 y 70 años y que es un sector poblacional de menos de dos millones de individuos, consideren y tan atrevidamente, que a la nueva juventud de 12 a 25 años, quienes les critican, pudieran ponerle una camisa de fuerza que impida su libre albedrío.
Claro está, reconocemos que los mayores y en la mayoría de los casos y en principio, no entendíamos el nuevo fenómeno generacional, pero a corto tiempo nos dimos cuenta de que es un fenómeno generacional indetenible y que a los de mayor de edad solo nos obligaba entenderlo y de alguna manera hacerlo suyo y para guiar a una juventud de mentalidad abierta y cosmopolita y compuesta por individuos que ya han conocido el choque de culturas con sus viajes incesantes al exterior y quienes tan significativamente consumen la nueva comunicación hija de internet y en las redes sociales y que justamente es el factor que los hace cosmopolitas.
Por eso nos ha sorprendido, que una entidad social denominada Movimiento Matrimonio Feliz, se haya permitido el exceso y de gran y atrevida ligereza, de solicitarle al Ministerio de Cultura que intervenga el programa de telerrealidad “La Casa de Alofoke 2” y porque a su entender, considera el programa “contrario a principios éticos y morales”.
El argumento del grupo que protesta se puede resumir en el siguiente parámetro: las «expresiones, mensajes y dinámicas públicas resultan contrarias a los valores éticos, morales y familiares» y en base a tal prejuicio, se reclama la imposición de un mecanismo de censura, que solo en una dictadura militar o ideológica podría ser aceptable.
Es decir, lo que el susodicho grupo ultraconservador y “cristiano” expone y que dice promover los valores, lo único que le interesa es que se impida “la proyección de modelos negativos a la juventud dominicana y que afecta la formación moral y espiritual de la sociedad” y enfatizando sobre lo de la supuesta «protección a la niñez y a la juventud».
Y como entienden que todo cuanto se presenta en el mencionado programa de temporada del productor Santiago Matías, es uno que supuestamente proyecta “mensajes negativos”, se permitieron solicitar al Ministerio de Cultura «tomar las medidas necesarias para suspender o regular contenidos como «La casa de Alofoke».Suerte que el organismo oficial les respondió pragmáticamente: “Tenemos leyes muy anticuadas y esas leyes no contemplan ningún elemento vinculante a las plataformas que hoy están desarrollando este tipo de acciones, por consiguiente, del punto de vista legal está un poco inconcluso el asunto”
Es lamentable pues, que puedan existir personas que no aceptan la libre expresión ciudadana y que solo la entienden si esta es condicionada o reprimida de acuerdo con una especie de pensamiento oficial. Hablan de “principios cristianos” y a modo de chantaje emocional contra quienes discrepemos de su exceso. Y los que nos induce a suponer, que cuando en este siglo se realicen públicamente los encuentros entre seres extraterrestres con quienes vivimos en este planeta y de lo que hay ya indicios sobrados, este tipo de mentalidades atrasadas y reaccionarias a cualquier tipo de cambio dentro de la sociedad, pondrán el grito en el cielo y al presentarse el cambio fundamental, ese, que entraña el dialogo de todas las formas de vida, humanas o no y que de suceder, automáticamente todas las religiones quedarían en entredicho.
De ahí que entendamos, que las personas siempre debemos de estar abiertas a los cambios naturales que todo ciclo civilizador entraña y que no hay porqué rasgarse las vestiduras y mucho menos, cuando en el caso dominicano, lo que hay, es un principio de contraposiciones culturales entre generaciones y mucho más, cuando las nuevas, siempre son las que forjan el futuro que las anteriores dejaron en un punto de evolución.
Ya que sí venimos a ver, el programa de telerrealidad aludido, lo que hace, es impulsar un nuevo renacer de expresión y cultura. En inicios, atrevido, pero yendo en la dirección correcta de contribuir a formar una nueva sociedad y pensamiento, que en la medida que el tiempo pase y como la historia humana enseña, tenderá a acomodarse y para hacer un nuevo ciclo civilizador que en el caso dominicano, será fundamental para los nacidos ahora y quienes en el 2050 tendrán 25 años en adelante.
Cerramos y solo diciendo, que genéticamente, la mentalidad dominicana de autoritarismo extremo y con inclinación a impedir la libertad de expresión, todavía aprisiona a mentalidades reaccionarias y no evolucionadas para este siglo XXI que se vive. Con Dios. (DAG) 19.11.2025
última actualización: 05:07 pm
