Por supuesto, no se trata solo del pensamiento de riesgo del presidente Donald Trump, sino que el mismo, refleja el criterio distorsionado que tiene la clase gobernante estadounidense, que no se resiste a aceptar, primero, que el mundo unipolar de los últimos ochenta años ya va en declive y segundo, respecto a que las naciones al sur del río bravo, que hasta ahora han sido entendidas como parte del supuesto “patio trasero”, pudieran no tener libre albedrío al ejercer sus respectivas soberanías.
Todos sabemos que EEUU es una nación de comerciantes y militarista, que en todo este lapso no ha tenido nada de escrúpulos para apoderarse de las riquezas de otras naciones, tanto por declaratorias unilaterales de guerra o por propiciar los asesinatos de jefes de Estado y de Gobierno o imponer “revoluciones” y golpes de Estado.
Conocemos también, que para el caso de este continente de habla “latina”, uno de sus cinco ejércitos repartidos en el globo terráqueo, el llamado Comando Sur, su única misión es impedir que las naciones latinoamericanas y caribeñas ejerzan sus soberanías apartadas de los lineamientos siempre coercitivos que les trace Washington y lo que se ha vivido con las más de diez invasiones que el militarismo estadounidense ha propiciado en los últimos 60 años.
Al mismo tiempo, todos estamos contestes que estos países no tienen libertad de ejercicio económico y menos de mercados, los de la parte sur del Continente, sujetos a la banca inglesa, en tanto el resto y hasta llegar al Caribe, de la banca estadounidense, donde la mayoría de los bancos comerciales son corresponsables de la City londinense o de Wall Street.
Lo anterior quiere decir, que el sistema financiero de cada país tierne un manejo de dependencia colonialista, ejercido por banqueros, en nuestro caso, estadounidenses de origen dominicano y por lo tanto, individuos, quienes para nada les responderán a los intereses dominicanos o el mismo caso en los de los otros países del Continente.
Para más dominio colonial, la economía dominicana y en su aspecto financiero, depende de la estadounidense y al grado, de que ya se conocen de las actitudes asumidas por ciertos bancos que se han resistido a responder a los países en donde se encuentran registrados y tan pronto desde la capital estadounidense se les ordena que asuman políticas restrictivas que no facilite que los dineros que tienen bajo control pudieran ser utilizados por sus dueños.
Paralelamente, ya sabemos que los empresarios locales, que ejercen y con complicidad oficial ese capitalismo salvaje y explotador hijo del robo sistemático de la riqueza nacional que no permite que la nación se beneficie de su propio crecimiento y desarrollo económico y al extremo, de que más del sesenta por ciento de la población se encuentre en estos momentos casi marcando su realidad de comenzar a encontrarse bajo la línea de pobreza, mientras en pobreza extrema, de los 11.5 millones de dominicanos, cerca de 2.5 millones de consumidores no llegan a fin de mes.
Por eso y sin abocarnos a adentrarnos en los tejes y manejes de la política local y ciñéndonos a la realidad económica que se vive y con un gobierno que es compinche de Trump y casi a nivel de vasallo, es poco lo que los dominicanos podemos tener en materia de libre albedrío y de ahí que la alta burguesía, ahora convertida en “trinacional” por partida repetitiva, pues ahora capitalistas estadounidenses y haitianos y ya dentro del gobierno plutocrático de Abinader y el PRM, manipulan y distorsionan el destino nacional y gracias a la perversa complicidad mediática.
Sus miembros son quienes en verdad dan las pautas de lo que debe hacerse y sino, solo hay que adentrarnos en la composición del Consejo Nacional de Competitividad, que convertido en el verdadero detentador de la riqueza nacional desde que Abinader le concedió el control de las finanzas y las designaciones públicas, en la práctica, la economía nacional ha sido convertida en el curioso “fideicomiso” que ha sustituido e ilegal y abusivamente al Estado Dominicano.
Hasta ahora la ciudadanía no ha caído en cuenta de esta realidad y dado que la alta burguesía es la dueña de todos los medios de comunicación y de información de masas tradicionales y tanto medios escritos como electrónicos y también en internet, logrando y a lo absoluto, manipular y moldear a la atrapada opinión pública y este control, reforzado por el gasto sobredimensionado en publicidad y propaganda que impone Abinader y ahora a más con la pretensión de poner en vigencia vía su congreso, de una ley contra la libertad de prensa independiente y la libre información ciudadana y contentiva dentro del anunciado Código Penal y que de suceder, significaría, que la alta burguesía habrá consolidado la dictadura partidocrática que ya lleva 64 años.
Sin embargo y en un alarde de creativa suicida, desde Washington y vía su nueva embajadora en este país, se anunció una especie de amago «para defender la soberanía nacional del riesgo que representa el fallido Haití» y lo que a nuestro modo de ver, es una especie de subterfugio con el que el gobierno de Trump quiere encarrilar los odios dominicanos contra el haitiano ilegal, en otras palabras, para entretener a los dominicanos, en tanto el gobierno de Abinader continua entregándose a más a los requerimientos coloniales de EEUU y justo en el momento, que quiere su escalada de agravios y secuestro de soberanías contra todas las naciones “latinas” de este continente.
Y lo más delicado, imponiendo a este país y con la máscara de ser un estado totalmente subordinado y al extremo, de que como a Abinader y la alta burguesía, poco les importaría que esta nación quedara enemiga y apartada de las demás naciones hermanas, la nación dominicana terminara siendo vista como enemiga del resto de Latinoamérica y el Caribe y por ser cómplice directa de la pretensión de imponer la fallida doctrina Monroe, capitulo Trump. Obligándonos entonces a advertir sobre este particular.
En resumidas cuentas, debemos enfatizar en cuanto a que si Trump cumple su amenaza de invadir a Venezuela con el pretexto de derrocar al régimen legal allí, automáticamente abre las puertas para la peor confrontación que EEUU tendrá con toda Latinoamérica y el Caribe, y la que le generará no menos de 500 mil millones de dólares en pérdidas de esos mercados. Con Dios. (DAG) 06.12.2025
última actualización: 10: 00 am.
