Pese a que algunos medios y periodistas han querido hacer creer que el Fiona fue una “catástrofe” para esta nación. Los hechos evidencian que no fue así y precisamente por eso el Gobierno ha podido mostrarse tan diligente y efectivo y el empresariado, la ciudadanía y la sociedad por igual.

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Fue muy cierto que en la víspera de la amenaza concreta de la tormenta tropical Fiona, convertida luego en nuestra frontera marítima este como huracán, que era un meteoro del que fácilmente se podía especular sobre la probabilidad de su impacto en el territorio nacional, sin embargo y gracias a nuestras cadenas de montañas que retuvieron más del 40 por ciento los efectos destructivos de sus vientos, al final nuestra orografía se encargó de amortiguar los daños.

Entonces y por esa circunstancia natural y como también ha ocurrido con otros fenómenos naturales anteriores, que la Republica Dominicana se salvó de enfrentar el impacto directo del peligroso huracán y con todo y nivel uno, que se esperaba nos rozara.

Por ello, los daños materiales fueron menores y lo que no significa, que en términos amplios no pudieran cuantificarse en no menos mil millones de pesos y que viene siendo la posible suma que la economía tiene y debe afrontar.

Sin embargo, nuestra realidad ha sido, que al disponer de unas infraestructuras realmente notables e hijas de los empeños de gobiernos anteriores y que si las unimos a la dinámica acción de trabajo dentro de una emergencia general y a la que se abocaron las autoridades y en particular el mismo presidente Luis Abinader y concretando todos esos planes de trabajo hacia el sector agrícola como de carreteras y viviendas, más el desempeño de cientos de miles de dominicanos de buena voluntad, a este jueves, los efectos más negativos de las aguas y el viento desatados  han sido realmente superados.

A media mañana de hoy jueves, para más señas, el 90 por ciento de las redes eléctricas han sido restablecidas y se va en una dinámica excelente restableciendo los servicios de los acueductos temporalmente suspendidos en su funcionamiento, a la vez que nuestras redes de carreteras y caminos vecinales y en un 90 por ciento están funcionando y también como antes del fenómeno atmosférico.

¿A qué se debe que se hubiese trabajado tan rápido? A la implementación de los protocolos a seguir en estos casos y que son las razones de que, en nuestra red hotelera, más de 500 establecimientos, solo tres hoteles todavía no están funcionando plenamente y del mismo modo por todo el tremendo respaldo de empresas, fábricas y comercios, todos aunados con el solo objetivo de demostrar que nuestras infraestructuras funcionan a cabalidad y bien.

Y naturalmente que es menester congratularnos, cuando se conoce el grave desastre en que quedó con sus infraestructuras la vecina isla de Puerto Rico y sin embargo, los dominicanos y con unas mucho más amplias y extendidas infraestructuras y gracias al personal actuante, pudimos superar lo que se creía sería una gran contrariedad.

Por eso, ahora se está en el paso correcto: El Gobierno motorizando los mecanismos de ayuda y asistencia para restablecer los predios agrícolas y vacunos, líneas de crédito para la agricultura y suspensión temporal de pagos a los que tienen deudas bancarias por capital de trabajo, al mismo tiempo que las grandes fortunas empresariales, arriman el hombro facilitando más de 400 millones de pesos  en donaciones y los grandes grupos bancarios haciendo igual y liberando de compromisos momentáneos,  deudas a pagar de los negocios, empresas o fábricas que por prudencia sus líneas de producción quedaron interrumpidas.

¿Qué nos dice todo este afanar de colaboración reciproca a gran escala?, que tenemos una economía emergente y desarrollista de valor inestimable y cuya mano de obra en su empleomanía y destrezas técnicas y profesionales de sus ejecutivos, nos demuestran y desde luego, a quien quiera entenderlo, que los dominicanos nos bastamos por sí mismos y que viene siendo la mejor muestra, de que la natural mentalidad egoísta de cuando éramos un país subdesarrollado, ya no existe y en cambio, todas las fuerzas vivas muestran una aptitud positiva digna de elogios.

De ahí, que entendamos también, que tantos aspectos positivos haya que resaltarlos y como la mejor muestra, de que todos hemos cambiado de mentalidad y también de que cada uno valora lo suyo y su nación. Incluso, hay que reconocer y aunque fuera regañadientes o por pura hipocresía y oportunismo de su parte, que hasta los principales partidos políticos que conforman la partidocracia que nos gastamos, hasta ellos y aunque cueste creerlo, aportaron lo suyo en apoyo moral y obteniéndose la gran respuesta de solidaridad por parte de la misma ciudadanía.

Al mismo tiempo es de lamentar y entender, que solo quienes dirigen o componen los medios dentro de la prensa mercancía amarillista  y no obstante que sus dueños son parte de esa burguesía que se abrió a mitigar dolores y sufrimientos, fueron los únicos y nos referimos a la mayoría de directores, jefes de redacción y reporteros de la prensa escrita o productores de la prensa radial y televisiva, que desde el primer momento se negaron a valorar los esfuerzos que el gobierno, la sociedad y el pueblo estaban haciendo y con miras de que nuestro país saliera bien y rápido de lo que se creía sería una gran prueba de infortunio.

De esa manera, los titulares y textos periodísticos rivalizaban para ver quien era el más escandaloso y amarillista propagando noticias falsas y tantas hubo, que hasta el papa Francisco fue engañado y al extremo, que emitió una declaración mostrando congoja por lo que creía que nuestro país había sido diezmado y tal como quedó Puerto Rico. Habría que esperar que en situaciones del futuro inmediato y por nuevas tormentas tropicales o huracanes que pudieran afectar el territorio nacional, esos ejecutivos periodísticos y sus periodistas, se mostraran con muestras reales de madurez cívica y para nada caigan en la estupidez desinformativa que la mayoría cayera y junto a las difamatorias redes sociales.

Razonamiento más que suficiente y sí entendemos que una gran mayoría nacional actuó positivamente y también amparada en Dios Nuestro Señor y la virgencita de La Altagracia, que consideremos que todos debemos felicitarnos y por sí mismos, reconozcamos nuestro gran valer ciudadano cívicamente responsable y con la gran demostración de unidad de propósitos en aras de proteger nuestra nación.

Lo que obliga a que digamos, que pese a que algunos medios y periodistas han querido hacer creer que el Fiona fue una “catástrofe” para esta nación. Los hechos evidencian que no fue así y precisamente por eso, el Gobierno ha podido mostrarse tan diligente y efectivo y el empresariado, la ciudadanía y la sociedad por igual. Con Dios. (DAG)