A cincuenta y cinco días de las elecciones municipales y todavía no hay candidatos que se perciban como ganadores y lo peor, con una campaña sucia por la que el honor de quienes la emiten queda hecho girones

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Esta nueva campaña electoral y con miras en las elecciones municipales del 18 de febrero y si es que la Junta Central Electoral no vuelve y las interrumpe como hiciera en el 2020, evidencia, que de una u otra forma, la crispación cunde entre los bandos y lo peor, ver el batallón de bots, propagandistas, manipuladores de opinión y productores de radio y televisión y redes sociales en puro desespero y tensión y que, de seguir, no augura nada bueno.

En realidad, ¿qué es lo que realmente está ocurriendo?

Por un lado, el oficialismo, que todavía no tiene candidatos definidos en las principales plazas, se muestra terriblemente inquieto y al comprobar que la alianza opositora y por la percepción popular a su favor, parecería que está dando palos de ciego y sin saber o no querer articular un proceso firme de campaña proselitista de propuestas y políticas definidas.

Más bien el Gobierno y el PRM han estado haciendo tanteos y todo enmarcado en lo que parece pudiera ser su principal recurso, la reelección presidencial y su añadido de culto desmesurado a favor de la imagen del presidente Luis Abinader. Esta circunstancia y a razonamiento a contrario, da la impresión de debilidad y tanta, que bastaría comprobar la campaña sucia de los sectores publicitario y propagandístico del oficialismo, para razonar que el PRM no se siente seguro, no solo de ganar sino de saber si lo está haciendo bien.

Esa abrumadora contrapropaganda de encuestas por encargos sin ningún tipo de sentido racional y solo pretendiendo obligar a que la ciudadanía, solo atienda la tanta de insultos y groserías que sus fieles propagandísticos emiten a cada hora desde sus redes sociales, nos obliga a que entendamos, que desde el sector oficial y por lo menos a este día, todavía ninguno de sus estrategas ha estado dando ni siquiera pie con bolas.

Y es, que esa sensación de que hay que abrumar insultando y descalificando, mientras a lo interno del partido oficial, simplemente se amparan en lo que Abinader dicte cada lunes en su rueda de prensa, no ayuda en nada para que el Gobierno reeleccionista al pleno, se sienta seguro de que está actuando con corrección.

Por ejemplo, este gobierno ha hecho obras materiales de infraestructura, pero la mayoría no se conocen, cuando se supone que debería de haber un despliegue de difusión amplia de las mismas y al menos, como soporte de los candidatos municipales de cada jurisdicción.

Para la capital, todavía hay un “digo y tú me dices” con relación al candidato final de la alcaldía distrital, mientras que en los municipios adyacentes que conforman la provincia de Santo Domingo, no que el ambiente esté mejor, pero no tan arrebatado de como se ve en la capital de la República.

La alcaldesa Mejía, da la desagradable impresión de que no tiene idea de lo que debería de estar haciendo a favor de ganar para su partido, mientras que su estrambótico padre -reputado como aparente “líder natural” del PRM-  da más signos de disgusto y en base a ese mensaje corporal que inequívocamente muestra y desde que fuera evidente que Abinader la impuso para repetir en la alcaldía y para colmos, lo nuevo que ahora se está viendo, que como la señora va con una tasa de rechazo cada vez más creciente, ya se habla y se pregunta de si no sería mejor cambiarla.

Entonces, la hoya de grillos en que se ha convertido la campaña oficial en el Distrito Nacional, parecería que los estrategas oficiales no tienen como salir del entrampamiento en el que la candidatura se encuentra y peor, cuando ya se conoce, que “el asesor de imagen” que la funcionaria tiene, es un expresidiario e influencer quien con su plataforma en redes e internet, a lo alofoke, paralelamente está aprovechando su posición para desplegar  una especie de propaganda institucional subliminal y de cara a las elecciones del 2028 en donde el iluso cree que se pudiera destacar.

Ahora bien, tampoco no desestimamos un hecho real: El peso fáctico de la presidencia de la República y volcado a favor de determinado candidato municipal y este factor nos obliga a considerar, que todavía es mucho lo que en este aspecto Abinader podría hacer y de las malas artes de su partido, ni hablemos.

Mientras tanto, la oposición luce más ligera y también preocupada por la fuerte campaña de descalificaciones que se está lanzando contra su candidato a senador en el distrito, quien, siendo el candidato con la menor tasa de rechazo a lo absoluto, se pretende crearle una y artificial y que dentro de 55 días de el fruto de presentarlo ante el electorado como una especie de fraude hijo de un expresidente extremadamente conflictivo.

Hasta ahora, lo que los observadores vemos, es que el candidato al senado, Omar Leonel Fernández Domínguez y diputado en la actualidad, lo único que tiene que hacer y sin descuidarse desde luego, es continuar con lo que ahora está haciendo como tarjeta de presentación para ganar prosélitos y entender, que los enemigos de su padre harán lo imposible por desprestigiarle en lo personal y para lo cual deberá cuidarse de amigos y allegados cercanos, que es desde donde podría salirle la puñalada trapera.

Paradójicamente, a este joven candidato, le acompaña otro punto y político, de que, por vía de su mamá, es primo cercano del expresidente Mejía y lo que por lo menos, frenaría que el expresidente del último gobierno del PRD le atacara fieramente. De todas maneras, la Oposición no puede ni debe descuidarse, pues el oficialismo pretende pasarle el rodillo de los ataques más sucios, burdos y difamatorios, que siempre deberá esperar.

Son 55 días, determinantes para llegar a los comicios y de los que los 31 días de enero serán decisivos, pues los 18 de febrero serán de reposicionamiento y cálculo de expectativas, en tanto los seis que quedan de este mes son de arrebato emocional extremo.

Ante esta abrumadora realidad, hoy, nos atrevemos a decir, no señalar quien o quienes podrían ser candidatos ganadores, pues aparte de que no es la función de este análisis político de Estado, solo queremos especificar, que después que pasen los comicios y tanto estos municipales de febrero como los presidenciales de mayo, siempre queda y hay patria y las heridas tendrán que cerrarse y los bandos reconciliarse.

Enfatizamos entonces en lo que nos preocupa, que a cincuenta y cinco días de las elecciones municipales y todavía no hay candidatos que se perciban como ganadores y lo peor, con una campaña sucia por la que el honor de quienes la emiten queda hecho girones. (DAG) 27.12.2023