Abinader y con su solicitud de colaboración a los tres expresidentes y en el caso haitiano, en cierta forma es un pedido de auxilio ante su propia búsqueda de soluciones pragmáticas, en tanto el PRM y su aparato de propaganda no trate de sabotearla y para que la reunión entre jefes de Estado no sea exitosa.
Con el presidente Luis Abinader y por más diferencias que haya con relación a sus políticas, una cosa sí que es cierta, que cuando el jefe de Estado y de Gobierno solicita públicamente una ayuda, consejo o asesoría respecto a un tema espinoso con la seguridad del Estado, lo correcto sea que ningún dominicano que se precie de tal, no puede ni debe ignorar la solicitud y, por lo contrario, deberá de acudir con buena y mucho mejor voluntad.
Que los tres expresidentes y el mismo Abinader, fácilmente que pudieran ser señalados por incurrir en las mismas culpas de ausencia manifiesta de responsabilidad para dilucidar o resolver definitivamente el tema haitiano, no es óbice para que ahora y ante el nuevo escenario que se presenta, que todos se reúnan en Palacio y dándole la característica propia de lo que es, un grave problema de Estado, cada uno haga saber su opinión y la confronten entre sí y vayan en auxilio del gobernante.
Lo mismo vale para todo el sector mediático, tradicional o en internet, en donde como hacedor de opiniones, ideas o propuestas, por razones de patria debería interesarse en contribuir a que el tema de Estado sea debidamente dilucidado y en paralelo ante la atrapada opinión pública.
Si es cierto, que en el ochenta por ciento de los casos en los lupanares mediáticos en internet y fundamentalmente en las redes sociales, hay tanta gente analfabetos funcionales, quienes, por pasión o ignorancia, tampoco alcanzan a entender el grave problema, que, con mucho sentido de la oportunidad, el presidente Abinader acaba de plantear y ante el cual, y lo recalcamos, nadie que se precie de dominicano nunca podría eludir.
No es asunto de salir con la penosa chotería del presidente del Senado, que camionero al fin y de disparatoso, salió a decir que los expresidentes no hicieron nada para construir el muro fronterizo y lo que no es cierto, pues bastaría ver los archivos periodísticos para confirmar, que los tres y cada uno de acuerdo con sus circunstancias, medidas y buena voluntad, trataron de hacer lo suyo.
Menos, el no querer entender, que desde el 2022 y con el magnicidio ocurrido en Puerto Príncipe, Haití se encuentra en un grave período de inestabilidad social, política e institucional de guerra interna y el que lamentable fue instigado y financiado por la alta burguesía haitiana, de la que algunos de sus miembros son socios de Abinader en su gobierno plutocrático y agravado por la insana penetración política de la ONU y organismos colaterales, quienes a jura de Dios quieren que el Estado haitiano se destruya y entonces se fomente y junto a colegas estadounidenses y europeos, una situación inmanejable de anarquía total que pudiera extenderse a territorio dominicano y que de suceder y por la dura respuesta dominicana, entonces la ONU clame por una intervención militar «para detener la acción criminal del ejército dominicano» y que sería el pretexto para obligar a la fusión de los dos estados.
Cuando lo anterior se analiza o como decimos los dominicanos, «se le da mente», por obligación esta nación y su pueblo deben de enfrentar la contingencia y por lo que entendemos, que en principio, en la reunión presidencial solicitada por Abinader y la que en principio debería de ser a puertas cerradas y para que los tres expresidentes y junto al presidente en ejercicio, esbocen libremente lo que cada uno entiende que debería de hacerse y de manera que luego ocurra una serie de reuniones más amplias, en las que asesores de los convocados o expertos de la sociedad civil, también presenten ideas y sugerencias.
Y esto así, porque cada día Haití se ha convertido en una grave situación de disolución del Estado haitiano propiamente dicho y lo que absolutamente a nadie en la isla, nunca debería interesarle que sucediera.
Incluso, vamos más lejos, que después que los presidentes lleguen a un acuerdo, se busque una reunión bilateral con las autoridades del gobierno provisional haitiano, no para enterarles de los pasos a dar de parte dominicana en el caso de que la anarquía se imponga en la parte oeste de la isla y que sea de interés y bien común y como ha habido experiencias al respecto con políticas propias para coordinar medidas colectivas y como ocurriera en el 2010 con los presidentes Preval y Fernández y luego en el gobierno de Danilo con las reuniones de Estado entre el ministro presidencial Montalvo y el primer ministro Lamothe y recientemente entre el presidente Abinader y el primer ministro Ariel Henry.
Que, si las mismas se tienen en cuenta, se comprobará, que no hay razones para temer, que ahora no se pudiera llegar a un principio de colaboración entre los dos Estados y para impedir que las pandillas armadas, logren apoderarse del gobierno haitiano. Situación que para nada conviene a los intereses permanentes dominicanos.
Desde luego, el asunto no es para exhibir mezquindades políticas o personales, sino para buscarle una solución real, a una problemática, que, si no se enfrenta y se resuelve, nos deparará a los dominicanos mucho peores dolores de cabeza que los que ya se han experimentado.
Más otro aspecto a tener en cuenta y como lo es y en la variable colateral que proponemos, de reuniones entre las autoridades de los dos países, un solo punto deberá acordarse y aceptarse: Que República Dominicana ejerce su derecho soberano a deportar a todo haitiano ilegal, en tanto las autoridades haitianas, que, en cuanto a asuntos soberanos, cada país y cada gobierno tiene sus propias políticas y manera aceptables de dilucidarlas.
Mientras tanto, abogamos como medio de comunicación y de información de masas con nuestra plataforma digital en internet, porque la reunión propuesta por Abinader sea aceptada por los expresidentes y no solo como razón de patria y si de servicio a favor de la República, que los tres vayan a la misma con el mejor espíritu de colaboración y junto a Abinader, sin sectarismos ni radicalismos de ninguna especie. Claro y si se sienten estadistas.
Con esa esperanza, es que decimos, que Abinader y con su solicitud de colaboración a los tres expresidentes y en el caso haitiano, en cierta forma, es un pedido de auxilio ante su propia búsqueda de soluciones pragmáticas, en tanto el PRM y su aparato de propaganda, no trate de sabotear que la reunión entre jefes de Estado no sea exitosa. Con Dios. 01.05.2025
Ultima actualización: 09:48 am