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Antes que los haitianos, vinieron los cocolos (caribeños de origen inglés) se adaptaron a nuestras costumbres y nunca nadie los ha discriminado. Los haitianos ilegales en cambio y de abusadores e ingratos, quisieran sacarnos de nuestro país

Los dominicanos nacidos a partir de 2007, parece que lo desconocen, Pero antes que la “difusa” inmigración haitiana de ahora, hubo una a principios de la década de los años veinte, de los cocolos,  descendientes de migrantes afrocaribeños de habla inglesa que llegaron a la República Dominicana principalmente para trabajar en la industria azucarera a finales del siglo XIX y principios del XX y quienes se establecieron en Samaná y San Pedro de Macorís, nunca crearon problemas y se distinguieron por ser una inmigración ordenada y que se adaptó de inmediato a nuestras costumbres.

Cómo gran contraste, para el 1920 y el censo nacional de población y familia, este registró 30  mil ciudadanos haitianos residentes legales, cuyos hijos y todos, son dominicanos de origen haitiano y ante la inmigración moderna de braceros haitianos desde el 1967 (hace 58 años) en adelante y bajo firma de un acuerdo de los dos estados en las presidencias Balaguer-Duvalier, tampoco nunca hubo ningún tipo de situación irregular y siendo establecidos en los llamados bateyes propiedad de los ingenios de corte de caña de azúcar y donde crearon familias que también y con cierta timidez se adoptaron a nuestras costumbres y muchos ya  residentes legales, sus hijos son dominicanos de pleno derecho.

Sin embargo con los inmigrantes haitianos de los años 2012 en adelante, la “nueva” migración ilegal haitiana, se caracteriza por un comportamiento absolutamente distinto y en la mayoría de los casos de odio profundo hacia todo lo dominicano.

Quienes la patrocinan, el PNUD (entidad de la ONU) y el abanico de las oenegés anti dominicanas que ahora el gobierno de Abinader-PRM-Competitividad incentiva, de hecho, sus miembros han sido convertidos en una especie de ariete que tira directo contra la idiosincrasia, cultura y soberanía dominicanas y teniendo de apoyo exterior, a un amplio grupo de haitianos desarraigados en EEUU y Canadá, quienes utilizando las redes sociales, mantienen un discurso absolutamente mentiroso y de odio contra República Dominicana, al tiempo de imponer una grave desinformación de corte racista, que como ya se está viendo, está afectando emocionalmente la perspectiva positiva que los dominicanos teníamos de apoyo humanitario a los inmigrantes ilegales haitianos.

La situación ha llegado al extremo y de amplio consenso nacional, de que los ilegales haitianos sean entendidos como nuestros enemigos y como fuerza oculta que sus instigadores de la ONU y de los dos países norteamericanos arriba mencionados, utilizan para presentar una desafortunada imagen nacional de racismo puro y la que no se aviene con la idiosincrasia dominicana.

Lo desconcertante, es entender, que desde agosto de 2020, es el gobierno del presidente Abinader y sus socios en Competitividad y con su absurdo apoyo de la agenda 20-30, es el fundamento y razón de que semejante actitud y discurso anti dominicano haya aumentado y llevado el gobierno, de esa interpretación errónea y  equivocada suya, de incentivar al inmigrante ilegal y como trabajador esclavo para el uso del empresariado, la agroindustria, la manufactura ligera y la construcción y ahora entrando de lleno a sustituir la empleomanía de campo dominicana en los hoteles y básicamente los que se encuentran en la zona este del territorio nacional, donde por el apoyo del sector turístico, fácilmente se localizan no menos de 100 mil trabajadores ilegales haitianos y con sus familias y para un conjunto humano de cerca de 300 mil personas y provocando, que ahora el odio haitiano contra lo dominicano ha aumentado a mayor.

La mayoría de esos trabajadores haitianos, en la práctica no representan una carga para esta economía, puesto que la mayoría trabaja, pero lo hacen sin protección legal. Unos, porque los empresarios que los tienen como trabajadores esclavos no le dan legitimidad a su quehacer y el gobierno, porque sistemáticamente se niega a otorgarles siquiera permisos temporales de trabajo y para trabajar en cualquier sitio de la geografía nacional como era hasta el 2019 y ahora, los pocos que se facilitan, quedan limitados al lugar de trabajo y generando entonces la terrible persecución anti derechos humanos de los inspectores de migración, al acecho para robarles lo que posean y meterlos abusivamente a sus camiones cárceles, donde entonces opera el infame “negocio” del tráfico de influencias vía sobornos y que a esos inspectores y también a sus jefes, les genera ingresos millonarios cada mes.

Al descubrirse entonces, que son el gobierno y los empresarios y todos de Competitividad, los propiciadores de esta violación sistemática del estado de derecho y quienes apoyan la inmigración ilegal que perjudica a la mano de obra nacional, se ha desatado una reacción de ánimo persecutorio de parte de la población dominicana en las redes sociales y que a juzgar por los indicadores que se muestran, tiene que ver con la pretensión del gobierno plutocrático que encabeza Abinader y con sus socios de la alta burguesía haitiana y esta en alianza con la dominicana, de poner en ejecución su plan de fusión de ambas economías y para que eventualmente, la haitianización progresiva de la vida nacional pueda facilitar las cosas para fusionar a las dos Repúblicas que comparten la misma isla y de ahí los ataques rastreros y sistemáticos de oenegés y estadounidenses y canadienses de origen haitiano, lanzando una abusiva como desconsiderada campaña de odio, difamación e injurias contra la nación dominicana y dando por resultado, que gran parte del pueblo dominicano y ante el peligro que le acecha como nación, se haya decidido por enfrentar y atacar de raíz.

Todas las advertencias les han sido hechas a Abinader, pero este y tercamente no hace caso y que es una actitud suicida, que temprano que tarde, obligará al pueblo dominicano a tomar las armas si es necesario para defender su derecho a vivir en su propio país.

Si lo anterior es grave, peor es comprobar, como poco a poco, a todos, el gobierno y los empresarios nos están llevando hacia un callejón sin salida y agravado ahora con la percepción, de que ya no son solo los haitianos ilegales a los que hay que sacar del país por las vías que fuere, sino que se está llegando a lo peor, de no discriminar entre el haitiano ilegal, del que no lo es y más grave todavía, de ni siquiera querer separar la realidad que representan, más de medio millón de dominicanos de origen haitiano nacidos en el territorio nacional y siendo dominicanos de pleno derecho al ser sus padres residentes legales, más la otra situación testimonial histórica, de que dominicanos de origen español, cocolo (inglés antillano oriental), haitiano, chino y japonés, son quienes conformamos esta nación dominicana y gracias a las diversas como continuas inmigraciones.

Todavía creemos que se está a tiempo para reordenar la situación, pero si el gobierno, el mismo Abinader y sus socios del empresariado en CONEP-COMPETITIVIDAD, insisten en proseguir con sus planes anti dominicanos, tenemos el pálpito de la otra amenaza silente, la de un EEUU de Trump y queriendo que se arme una especie de guerra civil binacional y para que de golpe, entonces anular a las dos naciones como países libres, soberanos e independientes, plan tan siniestro, que en Washington tienen sus esperanzas, en el apoyo militante de los estadounidenses de origen dominicano, quienes en estos momentos son la quinta columna que Trump tiene para destruir nuestra nación.

Clamamos pues, porque los mejores cerebros de este país, entiendan que la amenaza que se cierne contra nuestra paz social conlleva un seguro enfrentamiento fratricida entre los dos países y debido a la grave conspiración oculta que patrocinan gobierno y empresarios dominicanos, el PNUD y la mafia de oenegés anti dominicanas financiadas por ellos  y lo que también es incentivado por la irresponsabilidad y falta de sentido común de los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales de los dos países.

De ahí que recordemos, que antes que los haitianos, vinieron los cocolos (caribeños de origen inglés) se adaptaron a nuestras costumbres y nunca nadie los ha discriminado. Los haitianos ilegales en cambio y de abusadores e ingratos, quisieran sacarnos de nuestro país. Con Dios. (DAG) 28.10.2025

última actualización: 09:37 am.

 

 

 

 

 

 

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