Por lo que hemos podido percatarnos y en la medida que la ansiedad, la frustración y el desasosiego se apoderan de muchos que entendían y como siempre ocurre con cada cambio de gobierno, que podrían tener un acercamiento a las fuentes del poder y por lo tanto a lograr subir en la escala social gubernamental.
Sin embargo, parecería, que el hecho de que las autoridades reeleccionistas y al actuar con cierta cautela, están dejando que cada uno se exprese en sus críticas más allá de lo prudente, pues al fin y al cabo e independientemente de que la reelección forzada de Abinader no ha gustado a muchos, no es menos que las normativas del debido respeto a la autoridad presidencial, no deberían ser dejadas de lado y aun cuando en este país siempre ha existido un sector levantisco contra todo lo que significa poder.
Pero, que para colmos y porque los ánimos están encrespados, el mismo presidente electo, no se ande en chiquitas tratando de imputar los cortes eléctricos que están azotando a una gran parte de la geografía nacional al gobierno del periodo 2016-2020 y sabiéndose, que Abinader presidió el siguiente del 2020 al 2024, no ayuda en nada para que los ciudadanos no se irriten con el mismo primer mandatario.
Nadie cree que los apagones son producto del calor intenso o del consumo eléctrico mayor y sí de la incompetencia e incapacidad de los funcionarios que dirigen el desacreditado sector eléctrico. Todavía más, ¿puede algún consumidor de clase pobre y al que se cobraba un consumo estandarizado, pero que ahora ha sido duplicado o el de clase media, que de mil quinientos pesos ha pasado a que se le facture sobre los cinco y hasta ocho mil pesos cada mes y para no hablar en los niveles altos de la mediana de burguesía con montos de facturación que no se compadecen con el poco consumo de los hogares y pasándose de 20 mil hasta 50 mil pesos cada mes, estar contentos con el gobierno o específicamente con el presidente?
Entonces, el gobierno debería respetarse y tratar de no tirarle más leña al fuego, que la animosidad popular la entendemos más que preocupante y si la gente entiende que el gobierno no los escucha, necesariamente debería asumirse que cualquier día pudiera estallar una protesta generalizada y fundamentada en un solo hecho: El terrible estado de necesidad que está afectando a más del cincuenta por ciento de la población.
No es posible cerrar los ojos ante la cruda realidad que ahoga a tantos: para conseguir un dólar estadounidense hay que tener sesenta pesos, los productos de primera necesidad, cada día aumentan de precio y que es el peor indicador de que el comercio se está preparando para cuando la reforma fiscal arbitraria sea impuesta, los salarios y para quienes trabajan, no cubren los gastos de las familias del mes entero y la gente se las ve y se las desea queriendo entender de qué manera cierta tienen para protegerse del vendaval inflacionario “micro” que la azota.
Incluso, es evidente que el sistema social se está tornando injusto o que no hay familia de la baja burguesía que no esté con el grito al cielo.
¿Quiénes son los que se están beneficiando de este desbarajuste?, los miembros de la alta burguesía gubernamental, los traficantes de drogas como los suplidores del Estado, el sector mediático y los traficantes de influencias, de trata y tráfico de personas y el muy estrecho circulo de los amigos del poder en el que los capitostes del PRM son los grandes beneficiarios.
Ya no se habla de que una fuerte mayoría nacional no votó por la reelección, sino que los insatisfechos se viven preguntando en qué nos hemos metido por alquilar conciencias y votos y encima de todo esto, se observa con irritación que los funcionarios no tienen humildad y que, por lo contrario, evaden dar respuestas y siempre achacándole las culpas del desastre actual al PLD que mandaba en el 2016 al 2020 y lo que por sentido común no debe ni puede ser.
He ahí la última puesta en escena, de que encima que la ciudad sanitaria fue abandonada tan pronto el PRM llegó al poder en el 2020 y durante estos cuatro años se dejó que aquella infraestructura se convirtiera en un desastre y que es el leit motiv de un ministerio público político que quiere justificar sus acusaciones de corrupción, para que lo que se hizo en el PLD y en particular familiares del entonces presidente Medina Sánchez comprando a troche y moche como suplidores del Estado, todos los equipos que la ciudad sanitaria requería y ahora la mayoría inoperantes, la ciudadanía y manipulada en extremo, entienda, que la mayoría de las acusaciones de corrupción son ciertas y lo que rotundamente no es así.
Pues si la ciudad sanitaria no ha sido terminada, es producto de la dejadez del gobierno del PRM y no de nadie más. Entonces y a los ciudadanos darse cuenta de que en el gobierno los quieren agarrar de tontos, la gente está reaccionando molesta y al ver que se les está insultando su inteligencia.
Así se tiene, que la irritación colectiva ha empezado llegar a un nivel, en el que el irrespeto a la persona del presidente de la República ha empezado a presentarse y de ahí que mostremos preocupación extrema sobre este particular y por lo que el hecho significa y de cara a una ruptura de la gobernabilidad.
Y es que es muy bueno que los burócratas estén tirándole las culpas de sus yerros al mismo presidente Abinader y que sea este el que deba defender a todo el gobierno, cuando realmente y si venimos a ver, el mismo Abinader no es culpable directo de todo lo que en errores el gobierno provoca y menos, cuando el expresidente Hipólito Mejía controla más de cinco ministerios, un paquete de diez direcciones generales y casi cien mil empleos de bajo nivel.
En consecuencia, solo queremos plantear, que aquí hay gente que está perdiendo la compostura y a los que la derrota fabricada les está llevando a extremos de irrespeto a la imagen presidencial. Pero el gobierno también tiene mucho de culpa. Con Dios. (DAG) 19.06.2024
