Breve historia de las causas de tensión en la relación de RD y Haití

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Breve historia de las causas de tensión en la relación de RD y Haití

A pesar de que la República Dominicana y la República de Haití han mantenido “Relativamente” buenas relaciones tras la época de la “Primera República”, y la política exterior de ambas naciones con respecto a la otra ha sido oficialmente la de mantener relaciones comerciales y el respeto a la soberanía de cada país, la historia de ambos pueblos se ha matizado por la tensión.

Las condiciones socioeconómicas de ambos países han orillado al pueblo haitiano a tratar de emigrar en más de una forma a la República Dominicana en busca de una mejora en su calidad de vida, lo que ha orillado a la nación criolla a tomar medidas para tratar de frenar, al menos, la migración ilegal.

Según in informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe  (CEPAL), del 2010, la migración masiva de haitianos a la República Dominicana inició a principios del siglo XX con el otorgamiento (tras la ocupación militar de Estados Unidos) de contratos de trabajo regulados principalmente para trabajar en los ingenios de esta parte de la isla.

Sin embargo, con el devenir de los años, varios son los temas que han causado la tensión en las relaciones de ambos países. Entre estos se cuentan:

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La migración ilegal:

Para 2021, se estimaba que la población haitiana en la República Dominicana ascendía al menos a 500 mil haitianos, pero que más del 70% no residen de manera legal.

Recientemente, las relaciones entre ambos países se encaminaron a un destino más hostil con la llegada al poder del presidente, Luis Abinader, que asumió una posición más radical respecto a la de su antecesor, Danilo Medina, quien auspició el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en el que se le otorgó permisos de permanencia a nacionales de otros países (en su mayoría haitianos) que se encontraban en una condición de irregular en la República Dominicana y que fue criticado porque se denunció ante la prensa que esta acción había sido “Boicoteada” porque el proceso se realizaba con documentación falsa.

Además, República Dominicana fue criticada por la comunidad internacional por la resolución del 168-13 del Tribunal Constitucional en la que se establecía que dejarían de ser dominicanos aquellos nacidos en el territorio de padres indocumentados o en condición irregular. El conflicto surgió por la contradicción de esta resolución con lo establecido en la Constitución Dominicana (para ese entonces) de que eran dominicanos todos aquellos nacidos en territorio dominicano. Hoy en día, la Carta Magna establece ciertos requisitos para otorgar la nacionalidad, entre ellos ser hijos de extranjeros que residan de manera legal en el país.

Lejos de esto, el presidente Abinader asumió la posición oficial de que la situación socioeconómica haitiana debe ser afrontada por el colectivo de la comunidad internacional y no solo por la República Dominicana, por lo que tomó una serie de medidas para enfrentar la situación entre las que se cuentan: 1) Construcción de una verja perimetral en los 380 kilómetros de frontera que separan ambos países; 2) la suspensión temporal de visas a estudiantes haitianos becados en las universidades; 3) la suspensión de los servicios médicos a ilegales; 4) la solicitud a la comunidad internacional de apoyo para ayudar a Haití, entre otras.

Secuestros en Haití

Otra de las situaciones que ha generado tensión en las relaciones bilaterales de ambos países ha sido los secuestros de dominicanos en el territorio haitiano que parecen haber aumentado desde el magnicidio de Jovenel Moise.

Tras el asesinato del mandatario, Haití entró en otra crisis socioeconómica y política que desestabilizó la nación y debilitó las estructuras del Gobierno, la ley y el orden en ese país, facilitando que bandas armadas tomen el control de la cotidianidad.

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Según datos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana (MIREX), desde enero de 2021, en Haití, las bandas criminales han secuestrado a seis dominicanos.

El caso más reciente, es el del agregado comercial de la Embajada dominicana en Puerto Príncipe, Haití, Carlos Guillén Tatis, quien fue liberado la madrugada de este miércoles luego de que se atribuyera su rapto a la banda 400 Mawozo. Trascendió que por el diplomático se pedía un rescate de 500 mil dólares; hasta el momento se desconoce si se pagó el rescate.

A Carlos Guillén, se unen los hermanos Michael Enrique y Antonio Gerer Campusano Feliz, secuestrados en febrero de 2021 mientras trabajaban en la filmación de un documental. En septiembre del mismo año fueron secuestrados Luis Díaz, Joel Pineda y Wilson Montero, camioneros.

Estos casos guardan la similitud de que se desconocen las condiciones reales en las que fueron liberadas las víctimas y si hubo una intervención directa del Gobierno dominicano o si se pagó el rescate.

Cierre comercial de la frontera

Tras la llegada de la COVID todos los países del mundo se vieron obligados a cerrar sus fronteras al menos por un tiempo, Haití y la República Dominicana no fueron la excepción. Sin embargo, al ser uno el mayor y más cercano socio comercial del otro la pandemia tensionó las relaciones de transacción comercial de las naciones.

Al detenerse el comercio aumentó la inestabilidad económica de ambos países, siendo Haití quien se llevó la peor parte. Además, la nación vecina tomó acciones contra los productos dominicanos que se pasan por la frontera utilizando la pandemia como justificación.

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Asimismo, la frontera dominico-haitiana ha sido cerrada en varias ocasiones por varios días en los últimos meses por los conflictos originados por la inseguridad social que se vive en ese país a raíz del magnicidio de Jovenel Moise, lo que ha afectado el clima comercial y pacifico que se vive en el área limítrofe de ambas naciones.

Construcción del canal

Otro hecho que mantuvo en tensión recientemente a finales del año pasado e inicios de este 2022, fu la construcción de un canal de riego por parte de las autoridades haitianas que desvía parte del río masacre que corre por territorio de la República Dominicana. Esta situación fue presentada ante organismos internacionales, pero aún no se conoce cuál será la respuesta final sobre el tema, sin embargo, las autoridades haitianas se han resistido en todo momento a desistir de la construcción.

¿Hay posibilidad de una acción militar de República Dominicana hacia Haití?

En una entrevista realizada a principios del pasado mes de abril en el programa Uno + Uno, el ministro de relaciones exteriores, Roberto Álvarez, dijo que la política de la República Dominicana con respecto a Haití es la de “La buena vecindad” debido al carácter transitorio que tienen las actuales autoridades de ese país.

A esto se suma, que la política exterior de Quisqueya es la diplomacia y el diálogo, posición evidenciada por el propio presidente Luis Abinader cuando llamó a Rusia a deponer las armas e invasión a Ucrania y asumir una actitud de diálogo y entendimiento, al tiempo que condenó las acciones del presidente Vladimir Putin.

No obstante, ante los secuestros de dominicanos en Haití y el asesinato de Moise, en más de una ocasión, las autoridades nacionales han organizado equipos de búsqueda y rescate conformados por efectivos militares del Ejército Nacional, además de mantener (según informaciones oficiales) a miembros de las instituciones castrenses en la frontera dominico-haitiana como refuerzos para controlar cualquier situación que atente contra la seguridad nacional que se produzca en la zona. Esto sin intenciones de invadir por razón alguna a Haití.

Anteriormente, posterior a los tiempos de la “Primera República”, se han producido acciones militares dominicanas en contra de lo haitianos. De las más destacadas son la infame “Matanza del perejil”, acontecimiento histórico ocurrido en 1937 (durante la dictadura de Trujillo) en el que tropas militares dominicanas caminaban con un ramo de perejil es sus manos solicitando a aquellos que parecían haitianos decir el nombre de la planta; esto como forma de comprobar (por la dificultad que les representaba a los vecinos haitianos pronunciar la palabra) la nacionalidad del cuestionado y si resultase ser extranjero era fusilado inmediatamente y su cuerpo arrojado al río Masacre. Historiadores aseguran que la cantidad de muertos por esta acción ordenada por Trujillo oscila entre los 9 mil y 20 mil muertos.

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También, en 1963, durante el gobierno del profesor Juan Bosch se originó una crisis entre ambas naciones que llamó al presidente dominicano a prepararse en armas ante cualquier eventualidad.

Historiadores concuerdan en que el conflicto  de 1963 entre ambos países se originó porque el entonces presidente de Haití, François Duvalier, permitió que su país fuera refugio para exmilitares que servían a la dictadura de Rafael L. Trujillo Molina.

Además, el Gobierno dominicano denunció la presencia de la policía militar secreta de Duvalier, conocida como los “Tonton-Macoute”, en territorio de la Embajada dominicana en Puerto Príncipe luego de que el teniente François Benoit se refugiara en ella tras el atentado de asesinato de los hijos de Duvalier, del que fue acusado.

“Hemos sido insultados sin haber provocado nosotros el insulto; se ha invadido nuestra embajada con fuerzas armadas, lo cual equivale a una invasión a nuestro país y es una ofensa imperdonable a nuestra dignidad. Se nos ha faltado el respeto y las naciones pequeñas que permiten eso, no son dignas de ser naciones, porque lo único que puede mantenernos como país soberano es la decisión de hacernos respetar de los pequeños y de los grandes, de los que pretendan abusar de su debilidad y de los que pretendan abusar de su fuerza. La dignidad dominicana ha sido ultrajada en Haití de manera indignante. Y no estamos dispuestos a tolerar esa situación y no la toleraremos por ningún motivo”, declaró Bosch sobre el hecho. 

No obstante, el hecho no pasó a mayores debido a la presión diplomática de la Organización de Estados Americanos y la movilización militar en la frontera ordenada por el Gobierno dominicano.

Históricamente, la  República Dominicana y la República de Haití se han visto obligadas a convivir y a pesar de que su historia se ha desarrollado entre la hostilidad y desdén mutuo, los intereses comerciales y económicos, así como, el sentido común han primado en sus gobernantes y gobiernos.        

Fuente: Hoy