El representante permanente en funciones de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianksi, acusó este lunes a países occidentales de violar la libre navegación en alta mar, advirtiendo que ello podría desembocar en una escalada bélica.
En una reunión del Consejo de Seguridad, Polianski evocó el incidente ocurrido en mayo pasado en el mar Báltico, cuando la Armada estonia interceptó a un petrolero que, según las autoridades del país báltico, era uno de los buques de la llamada ‘flota en la sombra’ que Rusia supuestamente usa para evadir las sanciones a las exportaciones de petróleo. El representante ruso insistió en que ese motivo «no tiene base jurídica internacional alguna».
Ese hecho constituye una «violación […] a las libertades marítimas fundamentales, como la libertad de navegación, el derecho de paso inocente y el derecho de tránsito», señaló, agregando que las acciones del país báltico sentaron un precedente «muy peligroso». «Si otros Estados siguen su ejemplo, se interrumpirán las cadenas de suministro mundiales y se paralizará el comercio marítimo», agregó.
«El uso de las fuerzas y medios navales de la OTAN para este tipo de acciones ilegales es un camino directo hacia la escalada bélica y la creación de nuevos riesgos para la seguridad marítima», puntualizó.
- A finales de julio, el asesor del presidente ruso y el jefe del Colegio Marítimo Nacional, Nikolái Pátrushev, denunció que Occidente ha lanzado una cacería contra barcos rusos, organiza provocaciones con uso de fuerza y lleva a cabo una activa militarización del mar Báltico.
- En este contexto, especificó que «con el objetivo de bloquear el mar Báltico para la navegación comercial rusa, Bruselas ha puesto en marcha la misión ‘Centinela del Báltico’, que en cualquier momento puede convertirse en una misión de bloqueo«.
- «Teniendo en cuenta que la mayor parte del tráfico marítimo de comercio exterior pasa, precisamente, por el noroeste ruso, nuestros adversarios se están lanzando a una ‘cacería’ contra los barcos rusos y las naves de terceros países con nuestras cargas; preparan y ejecutan provocaciones con el uso de la fuerza; intentan revisar de manera unilateral las normas del derecho marítimo internacional y, además, llevan a cabo una activa militarización del mar Báltico», denunció.
El bloque militar baraja planes de ocupación de la provincia rusa, calificada por expertos occidentales como «la peor pesadilla» y de «portaviones insumergible de Rusia en las profundidades del territorio de la OTAN».
Las fuerzas de la OTAN últimamente han intensificado los ejercicios militares a gran escala en las cercanías de la provincia rusa de Kaliningrado. Sus escenarios incluso prevén una eventual ocupación de esta región, cuya posición estratégica y capacidades de defensa le quitan el sueño a Occidente.
Políticos y expertos occidentales hablan sobre la desmilitarización de Kaliningrado, su renombramiento o hasta el aislamiento del resto de Rusia. Estas ideas empezaron ya mucho antes del inicio de la operación especial militar rusa y siguen cobrando fuerza.
Posición estratégica
La provincia de Kaliningrado es uno de los principales puertos rusos con acceso al mar Báltico. Tiene una ubicación geográfica excepcional: está separada del resto de Rusia por unos 800 kilómetros de distancia y se encuentra rodeada por naciones de la Alianza Atlántica: al sur limita con Polonia y al norte y este con Lituania. Con ello, las capacidades de defensa del enclave le permitirían a Moscú dar una respuesta contundente al agresor en caso de un hipotético conflicto.
Kaliningrado cuenta con un importante contingente de la flota y agrupación terrestre de tropas rusas que disponen de varias armas para contener una posible agresión, incluido el sistema de los misiles táctico-operativos Iskander, capaces de transportar ojivas nucleares.
La provincia de Kaliningrado fue formada tras la Conferencia de Potsdam de 1945, donde se decidió que la parte norte del territorio de Prusia Oriental de Alemania se transfiere a la URSS.
Allí se estableció el Distrito Militar Especial de Königsberg que el 7 de abril de 1946 fue transformado por el gobierno soviético en la provincia de Königsberg y posteriormente renombrada en honor del funcionario soviético Mijaíl Kalinin. (RT)





