Desde hace unas tres semanas el gobierno federal estadounidense ha disminuido sus labores administrativas y financieras en más de 60 por ciento y debido a carencias financieras atribuibles al tira y jala entre demócratas y republicanos quienes han hecho de la ciudad de Washington un fiero campo de batalla político.
Tal situación, que nada tiene que ver con República Dominicana, el mediocre ministro de Turismo quiere aprovecharla a modo de justificación del por qué los flujos de turistas han disminuido, cuando lo que está ocurriendo, es producto de las políticas erráticas de David Collado, quien más se ha centrado en incentivar el turismo sexual antes que el de familia y también, porque el llamado turismo “todo incluido” ha comenzado a demostrar que ya está de paso.
Collado, quien llegó a diputado, luego a alcalde capitaleño y ahora ministro de Estado, siempre en esas posiciones gracias al apoyo de su familia putativa, los Vicini e inclusive, cuando daba sus primeros pininos en la vida pública como productor televisivo.
Ahora se le ha metido en su cabecita de oportunista de primera, que pudiera ser presidente de la República y como tal se quiere vender. Sin embargo, no hace absolutamente nada para impedir o controlar el continuo trafico de drogas y de personas y de amplia prostitución sexual en el sector hotelero, donde hay un nicho de refugio de capos de la droga, el comercio ilícito y la corrupción en otros países y que vienen aquí a buscar refugio.
Precisamente por ese tipo de “anomalía formativa”, fue que muchos entendieron lo dicho ayer por el presidente Abinader, en cuanto a que no quiere turistas delincuentes.
Pese a los rasgos anteriores, es una persona decente y de familia también decente, altanero como pocos y con una ambición que no se ajusta a sus propias capacidades. (OJO-jj)
