Desde que el PRM llegó al poder de manera fraudulenta en agosto de 2020 y luego repitiendo “la hazaña” para el mismo mes, pero en el 2024, el presidente de la República, Luis Abinader se ha convertido en el responsable directo de y mal contados, quinientos y pico de asesinatos policiales que se han sucedido a lo largo de los últimos cinco años.
La última barbaridad colectiva de cinco ciudadanos asesinados a mansalva y solo por rumores y no confirmaciones ciertas de que estuvieran cometiendo algún delito o transgresión, es la representación bochornosa e incalificable de hasta donde se ha llegado en materia de un cuerpo policial convertido en el nicho más execrable, criminal y prostituido que tiene esta nación.
Pero si lo anterior da vergüenza, peor es cuando se comprueba que semejante ola de criminalidad compartida también es producto de la irresponsabilidad social colectiva y la complicidad abusiva y continua de la mayoría de los medios de comunicación y de información de masas, quienes en la generalidad de los casos, callan esos crímenes o los encubren, mientras en paralelo, el ministerio público a nivel nacional ha sido convertido en el detestable grupo de sicarios de oficio judicializado y el que en base a jueces amanuenses y amorales, tampoco les importa justificar lo peor y si a cambio, sus responsables obtienen el apoyo vil para ser promovidos.
La prueba mayor del derrumbe moral que se vive desde el sector ciudadano, la tenemos en lo acaecido en la discoteca Jet Set. Allí mueren 236 personas y 180 heridas y un sin número de desaparecidos y que ocurriera el pasado 8 de abril por negligencia criminal y 6 meses después no hay nadie detenido ni encauzado ante los tribunales y sí mucho de complicidad oficial y mediática y lo más grave, de familiares vendiendo sus muertos para favorecer a los autores de aquel grave desastre y lo que retrata miserablemente al dominicano.
Ahora bien, toda esta ola de criminalidad desde el poder es tal y por la que se puede decir, que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) no solo es un sector de ladrones, gente corrupta y de criminales en potencia, sino que el mismo pueblo dominicano de estos últimos 64 años, es la fuente viva del porqué el Estado ha sido convertido en uno delincuente y al ser la mayoría de la ciudadanía cómplices directos de la sociedad anónima crimen de Estado y de la incurría directa que comete y es responsabilidad del mismo presidente Abinader, a quien poco le falta que la gente le pudiera tachar de “asesino”.
Nunca anteriormente había ocurrido una ejecución sumaria perpetrada por la policía, como esta de ahora en la Barranquita, en la ciudad de Santiago, donde una banda de doce policías y dirigida por oficiales superiores, se constituyó en banda criminal que públicamente asesinó e hirió a ciudadanos indefensos y sin que las autoridades no hicieran lo correcto de haberles detenido, investigado y detenido al primer momento de la ocurrencia criminal.
Que recordemos, debemos remontarnos a los años 1966-68, cuando la policía cometió un crimen colectivo parecido y atribuido también a elementos policiales y de los servicios de seguridad y lo que de inmediato -horas- recibió la recia respuesta condenatoria del presidente de aquel tiempo, Joaquín Balaguer, quien ordenó la desintegración de esa célula criminal al margen del poder y el envío sumario de sus autores ante la Justicia y de lo que luego, el Estado represor y ya en la cárcel, les aplicó la llamada “ley de fuga”.
Hoy, ni esa drástica medida condenatoria para todo criminal de uniforme o civil y que se imponía automáticamente, ni siquiera se aplica y como ahora los derechos humanos de los delincuentes están por encima de los derechos humanos de la ciudadanía, el gobierno de Abinader siempre hace por esconder las tropelías y los crímenes policiales de su policía represiva o de sus organismos apéndices como esa policía de tránsito imponiendo multas abusivas y reprimiendo con dureza a los conductores, mientras el Dicrim se lleva la palma en materia de asesinatos policiales sumarios.
Se ha llegado tan lejos, que a Abinader, ninguno de esos reporteros de tres por cuatro se atreven a preguntarle por su responsabilidad moral e institucional en estos casos y peor, que cuando ocurre, el sarcasmo y la burla velados son la infame respuesta, mientras toda una grande mayoría nacional anestesiada por la droga, el robo así mismos desde el Estado, la corrupción generalizada, la prostitución colectiva dentro de la adultera, sucia y prostituida clase media hacia pueblo y los subsidios “sociales” masivos, hacen como que no ven y tampoco entienden del origen y porqué de esta ola criminal desde el poder.
Ayer, que decíamos en nuestro análisis político de Estado, que “esto no puede continuar. Abinader corrige su gobierno o él y la partidocracia y los suyos deberán irse. Ya basta de tanto latrocinio desde el poder. Estamos perdiendo nuestra nación”, ocurrió en horas de la tarde y como si se quisiera que la menor cantidad de ciudadanos se enteraran, hubo un reporte del ministerio público, mediante el cual se decía, que se dio, “prisión preventiva para cuatro de los policías implicados en los asesinatos de cinco ciudadanos en Santiago” y de lo que a esta mañana se conoció, que todo fue una pantomima para que los de menor rango y salvajismo asumieran las culpas por toda esa sangre derramada y para que la oficialidad implicada recibiera penas menores, que al conocerlas, da vergüenza que un tribunal pudiera haber llegado tan bajo.
Y esto así, porque se descubre, que para este gobierno, la vida de los dominicanos no vale nada, que con la bochornosa sentencia de prisión preventiva de 18 meses, lo que se busca es que el asunto criminal se diluya en el tiempo y de esa manera, a su término, todos los asesinos directos o indirectos puedan salir de prisión o condena en base a atenuantes fabricados, que esa corrupta prensa tradicional hará por ocultar.
¿Se puede vivir así, con un gobierno propiciando la matanza de ciudadanos, una prensa asquerosamente vil y una ciudadanía cobarde y sumisa?, ni hablar de que toda esta sinrazón es absolutamente inaceptable y la que continuará, en razón de la orgía de robo, latrocinio y corrupción que se ha apoderado de las fuerzas vivas y la sociedad civil y lo más hiriente, viendo y comprobando como ciudadanos nacidos desde el 2007 a la fecha, son los primeros en aplaudir el terrible derrumbe moral que asola a la República.
Cómo a este medio de comunicación de 53 años de fundado y 25 años como medio digital y ejerciendo a la brava el periodismo privado que nuestros adversarios gratuitos nos han impuesto mediante el ostracismo que nos marca y por no encubrir lo mal hecho y al ejercer un periodismo absolutamente independiente a todos los poderes públicos como privados, es posible que no mucha gente se entere de lo que decimos, pero en cambio, sí estamos seguros, que otros pocos y fieles, se encargarán de reproducir estos análisis político de Estado y lo que de alguna manera llegará a lo poco de gente decente, honesta e integra que todavía en este país tan corrompido, aún existe.
Esta nación y lo decimos enfáticamente, no puede ni debe continuar en el derrumbe amoral al que está sometida por una clase gobernante rastrera y vil compuesta en gran mayoría por delincuentes de cuello blanco. De alguna parte y esta nuestra secreta esperanza, debe salir la respuesta justiciera de un nuevo orden moral que rescate a la República y viéndose, que con Abinader, el PRM y Competitividad y toda esa prensa tradicional infame, ya es imposible que tanda amoralidad pudiera ser erradicada.
No se tienen instituciones tutelares, tampoco iglesias y menos orden moral civil, la mayoría ciudadana está compuesta por sabandijas de la peor especie y la República, ante los ojos de todos, se nos desmorona y ya a punto de perderse y encima con dos graves amenazas para su existencia: La haitianización progresiva de la vida nacional y el afán demencial de los estadounidenses de origen dominicano porque nuestra nación desaparezca como estado libre asociado de su patria, EEUU. Al final, parecería que ni Dios quiere saber de los dominicanos.
Con razón entonces que digamos, que cuando la República tiene un gobierno al que no le importa cuanta de su gente la policía asesine o abuse de su integridad física, las ejecuciones extrajudiciales y los asesinatos se suceden con total impunidad. También por la irresponsabilidad social colectiva. Con Dios. (DAG) 15.10.2025
imagen de Maribel Zambrano
última actualización: 09:33 am.