Cuando un ciclo político se desplaza y destruye, el otro que nace es bajo riesgo, pero al final triunfa. De este modo creemos ver que está naciendo la Era Abinader, el nuevo ciclo para este siglo XXI dominicano

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Independientemente de que se esté o no de acuerdo con sus políticas y sus maneras tan heterodoxas de hacerse del poder, es evidente que el presidente Luis Abinader, a quien sus hechos le denominan como el magnífico, está surgiendo como la respuesta generacional a un país agotado por 58 años de caudillismo primario, democracia a medias y dictadura partidocrática al completo.

Para avanzar en semejante propuesta generacional que rompe con el pasado y aun cuando el mismo Abinader y como todos quienes hemos nacido desde el 1930, al 2006 llevamos el sello de un tiempo largo que ya va de paso, por lógica y lo que hay que puntualizar, la nueva visión de poder nace y como ha ocurrido en tiempos anteriores, de un hijo y de los últimos de las generaciones pasadas, que debe llevar la responsabilidad del cambio extraordinario que el nuevo ciclo político y social va a deparar.

En este sentido, que Abinader se esté imponiendo en base a consultas electorales, que de las mismas, más parecen y como dirían los abogados, de episodios de “ cámaras de consejo” y pese a lo que sus adversarios suponen, en lo absoluto, no es ni en mucho, una situación aislada que un país en proceso generacional de cambios como este, esté experimentando y en el que sí hay que verlo, como el resultado de la suma de errores y despropósitos en etapas de las clases, gobernante y política, que al final no supieron ejercer el papel determinante que el destino les cedió.

Ahora, este joven primer mandatario de 56 años y sorprendentemente, sin que el resto de la nación haya hecho conciencia de esta nueva realidad, parecería que no confronta rivales de temer y lo que no quiere decir, que a lo interno y a su momento, cuando muchos de los suyos se den cuenta del fenómeno que está ocurriendo, no presenten el poco juicio de oponérsele rabiosa y determinantemente.

Sin embargo y cuando ello suceda y como pasó en el 1930 con el ascenso de Trujillo y todavía en el 1944 y este blandiendo espada para imponérsele a los caudillos de la montonera a lo concho primo, también ahora y con otro nombre, igual es probable que esa situación se suceda.

Pero a ese momento, un país joven de conciencia nueva y de toda una generación alfa, será quien apuntalará al autor de la caída y desplazamiento de la vieja política y sus lideres ahora en tránsito de desplazamiento y desaparición.

Desde luego, nos hacemos cargo, de que cuando ocurre este fenómeno de transformación radical generacional, de entrada, la confusión parecería que se impusiera y al nuevo líder se le cuestionará con cierta acritud y como reflejo de que la vieja política todavía no abandona sus viejos hábitos.

Ante este sentido de la oportunidad de riesgo y con todo lo que se habla o se debate de uno a otro lado del arcoíris político, vemos, que el nicho desesperado de la oposición Rescate RD, la mayoría de sus miembros no ha caído en cuenta y menos sus dos lideres mayores, los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, que ya y hablando en criollo, su tiempo pasó y ahora les toca el reemplazo generacional.

Danilo no tiene heredero, Leonel sí, pero el suyo todavía tiene que guardar un tiempo en las cámaras legislativas y los dos expresidentes empezando hacer mutis.

A este punto, un razonamiento que a los partidarios de la alianza Avance RD no les gustará: Deberán morderse sus labios y al momento, que el Magnifico asuma el paso de elegir un vicepresidente también joven, pero de saludable experiencia de estado en las áreas legislativa como municipal, candidato potencial, que a nuestro modo de ver, recae en el actual candidato presidencial del PLD, Abel Martínez o uno nuevo y no partidista que el Magnifico tenga bajo su manga y dado que la mencionada candidata vicepresidencial, la vemos como la herramienta propia hasta las municipales y que será el factor, que frente a la mayoría silenciosa, agradará y desde el punto de vista de la paz institucional que ya esta nación requiere  y si  se quiere efectuar un paso transicional firme, seguro y sereno. Ahora, este criterio es parte de este análisis, no el de Abinader y lo que debemos recalcar.

Cómo en nuestra manera de analizar, no se trata, de una idea o una propuesta personal y sí de una perspectiva hija de un análisis de riesgo sobre la realidad objetiva que esta nación vive en este 2024 y que la proyectamos al 2028. Pues a ese año, una parte de la generación Y como también X proveniente del nicho alofoke que domina en los barrios de nuestras ciudades, querrá la parte más amplia del pastel del poder y ante lo cual, la otra parte cuerda de esas dos generaciones y cobijada a la sombra de Abinader, hará la diferencia para apuntalar al presidente en el poder.

Todavía más, en cierto modo, las mentes más sensatas serán las que le darán forma al drástico cambio generacional que viene y en cuyo tránsito no descartamos que lo más atrasado de la vieje política quisiera cobrar en la persona del Magnifico, los errores y estupideces de todos ellos y que permitieron que nuestro joven presidente haya podido consolidarse en el poder.

Teniendo esta visión, si se quiere maniquea, nada nos sorprenderá, si para apuntalarse de aquí a mayo en las presidenciales y legislativas, Abinader pusiera en duda los resultados de las mismas municipales ya pasadas y ofreciendo de ese modo una alternativa juiciosa de redención ciudadana, que impulse a los que votaron en contra del PRM, acercarse y descubrir las buenas intenciones del presidente y su reelección constitucional.

Desde luego, no tenemos una bola de presagios que mire la buena o mala fortuna que la República tendrá en estos próximos cuatro años, pero sí decimos, que sí todos nos esforzamos y ponemos nuestra buena voluntad primero, esta etapa tan inestable de una generación buscando su propio destino, ayudaría en mucho que a que nuestra nación no se nos vaya de las manos y no obstante los desastrosos augurios en contra que algunos derrotistas achacan.

Hoy, por lo tanto, toca escuchar y ver los actos de la reunión conjunta de senadores y diputados en el salón de la Asamblea Nacional y para escuchar la rendición de cuentas del presidente de la República, que para unos será de pocas realizaciones positivas y para otros muy esperanzadora, pero si con nuestros pros a favor o en contra le escucharemos, entonces será suficiente para entender que todavía hay patria.

Y lo que reforzará nuestro criterio, de que cuando un ciclo político se desplaza y destruye, el otro que nace es bajo riesgo, pero al final triunfa. De este modo creemos ver que está naciendo la Era Abinader, el nuevo ciclo para este siglo XXI dominicano. Con Dios. (DAG) 27.02.2024