Para consuelo de algunos, cada uno trata de justificar sus inconductas, pero lo cierto ha sido, que como nunca, la vida de esta nación ha sido degradada y desde el momento que la alta burguesía dueña de los medios de comunicación tradicionales, decidió que la moral y cívica fueran enseñanzas de museos cerrados y de forma que una nueva moral, mejor dicho actitud amoral, se le inculcara a las fuerzas vivas y como la mejor vía para que empresarios, financistas, industriales y ricos, pudieran tomar por asalto al Estado y todas las instituciones públicas.
Oficialmente, todo comenzó desde el momento que el presidente Danilo Medina recibió las cartas credenciales del primer embajador gay que se acreditara ante el gobierno nacional, James «Wally» Brewster, Jr. y junto a él, acogiéndole, lo más granado de la sociedad y burguesía dominicanas y lo más significativo, aceptando y todos los medios de la prensa tradicional, que ese diplomático utilizara su cargo y residencia oficial para escenificar dilatadas reuniones sociales que muchos entendían promiscuas y no propia de su cargo. A partir de ahí, lo que ahora se ha visto de un diputado, Brian Vargas, captado en una habitación con un prostituto sexual y peor, que en Santiago lo hubiesen recibido después con alegría y abrazos, debería de entenderse como la consecuencia «normal» en un país cuya moral ha sido degrada al extremo.
Debido a esa inconducta, cuyo escudo principal ha sido el mediático y prostituido al extremo, en lo que podría decirse que en un dos por tres y ahora exponiendo su desnudez moral, la generación zeta (13-28 años) que conformada dentro del patrón de los nativos digitales a los que domina el internet y la tecnología, se tiene, que desde sus inicios a finales de la década de 1990 hasta finales de la década de 2000 o principios del 2010 y según las estadísticas más elaboradas, en el caso dominicano tomaron expresión concreta con la ya ida generación milenials y la que estuvo precedida de la alfa y que en conjunto, ha sido la matriz de la generación criolla de ahora. toda esa de los teteos, el amor libre, la desvergüenza y la amoralidad extrema.
Por eso y en función de imponer la nueva moral del enriquecimiento ilícito, la droga y crear el nuevo tipo de inconducta desvergonzada de hacer dinero y sin importar cómo, la detestable clase gobernante y gracias a la debilidad de conducta de los políticos, reflejada en el hecho de la degradación moral de los medios de comunicación de masas tradicionales, sus periodistas y comunicadores, la población ha perdido el pudor y a partir de este hecho, naciendo una generación que ha culminado como la peor expresión de un país en el que la condición moral de la persona ya no es el referente cierto para vivir en sociedad.
Todo ha sido afectado, ni siquiera las iglesias han podido salir indemnes del desorden amoral que abate a la República y por eso, todos los gobiernos que se han tenido y con más énfasis en el actual, han sido la muestra patética de como un país cae prostituido por las inconductas de los que mandan y la complicidad de la mayoría de sus medios y periodistas y comunicadores.
Si se hace un repaso, desde el año dos mil, no ha habido gobierno que no haya hecho “su aporte” a favor de la degradación moral que se vive y tal es la situación, que los escándalos vienen y van en materia de robo continuo de los bienes públicos y con unas instituciones absolutamente entregadas desde el poder a las prácticas más repugnantes de cohecho, prevaricación, robo de los bienes nacionales y uso del poder en función de practicar los peores latrocinios contra la misma República.
En ese vergonzoso afanar, más de un billón de pesos y desde el año 2000, políticos y empresarios han logrado robarle a la ciudadanía y principalmente a los contribuyentes y no solo saqueando a la nación, sino imponiendo nuevas reglas de conducta, pervirtiendo las instituciones e imponiendo con marcado énfasis, una dictadura partidocrática y plutocrática, la que desde agosto del 2020 y proviniendo desde junio de 1961, todos los gobiernos han contribuido y con auxilio empresarial, ha generar un déficit en las cuentas nacionales casi cercano a otro billón de pesos…y nadie preso y sin que las inconductas inmorales más descriptivas desde el poder, en particular desde el Poder Legislativo, hubiesen afectado en lo más mínimo, a toda la plebe que se entiende poder, tanto desde el gobierno central o instituciones auxiliares como Indotel
Precisamente por esta realidad, el poder fomenta los desvaríos y las inconductas amorales de toda especie y género y como la mejor manera de distraer a la atrapada opinión pública, los escándalos de conductas anómalas se suceden unos tras otro y nadie en el poder y desde el presidente de la República para abajo, se escapa de ser cuestionado y por eso el escándalo de hoy lo oculta el de mañana y así sucesivamente.
Generándose la grave situación, de que desde el Gobierno y pasando por el empresariado y el mundo financiero, muy pocos tienen autoridad moral y encima, el nuevo brote de amoralidad generacional extrema en un sector periodístico o de nueva comunicación que se creía limpio, las redes sociales, donde los lupanares mediáticos han roto toda medida de prudencia y decencia ciudadana y llegándose al colmo, de que las autoridades -que en muchos aspectos dan lecciones continuas de amoralidad- están al grito ante lo que consideran, que el discurso basura que aplaudían cuando no eran gobierno, ahora que lo son, entienden que debe ser combativo y ahí la grave situación, de que como los funcionarios y la mayoría no tienen autoridad moral, todos los medios, periodistas y comunicadores y aun todos con sus fallas morales, se les resisten y dispuestos a enfrentar todo el entramado de ley mordaza y afectación de la libre expresión desde el gobierno central y organismos auxiliares como el Indotel.
Mientras todo esto sucede, el presidente de la República se entretiene y creyendo que nadie se da cuenta de su siniestro plan de alzarse con todos los poderes del Estado y como mecanismo para imponer su partido, el PRM, el más delincuente de todas las organizaciones políticas y para colocarlo a las puertas de una nueva reelección fraudulenta y como han sido las del 2020 y la del 2024.
De ahí que se haya empecinado en alzarse con el control del Poder Judicial y teniendo ya los dos anteriores del Legislativo y el Ejecutivo y como para colmos, los ciudadanos han dejado de ser tales y sí dóciles siervos del poder que los aprisiona con los actos de corrupción a gran escala, el gobierno lo manipula todo y con su discurso, se muestra de embaucador y ya mismo pretendiendo hacer creer que no ha elevado la deuda externa a los niveles fantasmagóricos de ahora y queriendo provocar una discusión que oculte lo que gesta en su pretensión de descabezar el Poder Judicial y hacerlo suyo, al destruir las reputaciones de jueces calificados en las vistas públicas, para evaluar, que jueces de la Suprema Corte de Justicia podrían ser considerados aptos para continuar….o lo más seguro, para imponer un rosario de jueces políticos que les sirvan de pie de amigo para su reelección en el 2028 y sin importarle violar el artículo 181 de la Carta Magna y como no hay Congreso que lo enfrente, parecería que la nación se dejará violar una vez más.
La nación va mal, terriblemente mal y por lo visto, sin que haya gente decente, integra y honesta y mucho menos, fuerzas tutelares que detenga tanta depredación institucional y moral. Por eso y sin ser una voz agorera, decimos, que desde el año 2000 a este 2025 el país político y junto al empresarial, se convirtió en la especie de “mecanismo introductivo” de lo que debe ser la corrupción desde el poder y el fundamento de la terrible corrupción y degeneración moral de los dominicanos. Con Dios. (DAG) 07.10.2025
imagen, proveniente de la obra: República Dominicana, una ficción. Del escritor y político: Juan Isidro Jimenez Grullón.
última actualización: 09:30 am.
