El analista financiero Diego Sosa presentó un panorama económico marcado por fuertes señales de alerta de cara a 2026, tanto a nivel global como en República Dominicana.
Sosa advirtió que la economía dominicana muestra señales claras de desaceleración. El crecimiento acumulado rondaría apenas el 2 % en diez meses, apoyado en gran medida por medidas extraordinarias como la liberación de encaje legal, lo que describió como una economía «dopada».
La inflación mantiene una trayectoria ascendente, especialmente en alimentos, mientras que las recaudaciones fiscales crecen muy por debajo de lo proyectado. A esto se suma un aumento sostenido de la deuda pública, que ya ubica al país entre los más endeudados de América Latina, con un peso creciente del servicio de intereses sobre los ingresos del Estado.
El presupuesto de 2026, que sería inferior al actual, implicaría menos gasto público en un escenario donde aumentan las obligaciones financieras. Sosa alertó además sobre el incremento de la morosidad bancaria y la presión que esto ejercerá sobre las tasas de interés pasivas y activas.
Entre los indicadores internacionales, destacó la caída sostenida del precio del petróleo (más de 20 % interanual), la alta volatilidad del Bitcoin, y el repunte histórico del oro, impulsado por compras masivas de países como China, Rusia e India, que buscan reducir su dependencia del dólar.
En paralelo, los principales índices bursátiles de Estados Unidos, incluido el Dow Jones, operan en máximos históricos, una paradoja frente a un contexto internacional marcado por conflictos geopolíticos y tensiones comerciales.
Un 2026 marcado por la incertidumbre
“Es de sabios prever”, advierte al describir un escenario donde la economía dominicana entra en 2026 con poco margen de maniobra. Sostiene que un escenario de bajo crecimiento, inflación persistente y un Estado cada vez más comprometido con el pago de deuda dibujan un panorama complejo para hogares y empresas.
Advierte el analista que, mientras el mundo observa precios récord en los mercados financieros y tensiones políticas en Estados Unidos, en República Dominicana la advertencia es clara: habrá menos dinero circulando y más presión sobre el bolsillo del ciudadano común.
Qué recomienda el analista
Sosa llamó a actuar con cautela: proteger ahorros, evitar endeudamientos innecesarios y buscar generar más ingresos en un contexto donde el crédito seguirá caro y la liquidez será limitada. Para él, 2026 no será un año de expansión, sino de resistencia y planificación estratégica.
Ante este escenario, indiste, la pasividad no es una opción. La supervivencia financiera exigirá tres acciones estratégicas e inmediatas para que el ciudadano común pueda prepararse y actuar.
- Generar más ingresos:«No es momento de acomodarse» señala, recomendando buscar nuevas fuentes de ingresos, porque «hay que buscársela como la garza entre los toros».
- Ahorrar más:Ante la previsible escasez de liquidez en la calle, sostiene Sosa que es fundamental «guardar más (…) Fortalecer el colchón de ahorros es la principal línea de defensa»
- Estar atento a las oportunidades (y a las trampas):Finalmente, sostiene que es previsible que las tasas de interés pasivas suban, ofreciendo mejores rendimientos para el dinero guardado. «Sin embargo, hay que estar alerta: el gobierno podría intentar crear una falsa liquidez con más estímulos («fondos liberados»), una medida muy peligrosa porque eso lleva a devaluación del dólar».
El crecimiento económico dominicano cerraría 2025 cerca de 2.4%.
La inflación repunta, especialmente en alimentos.
La deuda pública y el pago de intereses presionan el presupuesto 2026.
Menor dinero en la calle impactará consumo y crédito.
EE.UU. enfrenta alta incertidumbre política y financiera. (EC-at / OJO)





