Estados Unidos ha reforzado su presencia militar cerca de las fronteras de Rusia mediante el despliegue de aviones de patrulla antisubmarina P-8 Poseidon adicionales en Noruega, en medio del aumento de tensiones en la región.
Datos de seguimiento de vuelos, obtenidos por cuentas especializadas en X, sugieren que al menos dos o tres aviones P-8 de la Armada estadounidense, con base en Oslo, sobrevolaron a finales de septiembre el mar Báltico. Las aeronaves, armadas con torpedos y misiles antibuque, bordearon la costa cerca de la estratégica provincia rusa de Kaliningrado, rodeada de países miembros de la OTAN.
Un portavoz de Defensa noruego confirmó a medios locales que los P-8 estadounidenses operaban desde Noruega en apoyo de actividades aliadas. Estas aeronaves, construidas por Boeing, están diseñadas para detectar y rastrear submarinos, dar caza a buques de superficie y recopilar información.
El despliegue se produce en medio de maniobras más amplias de la OTAN en el Ártico y el Báltico, en un contexto de creciente histeria dentro de la Alianza tras los incidentes con drones. Además, este martes, Donald Trump declaró que recientemente envió «uno o dos submarinos» hacia la costa rusa. «Hace poco, Rusia nos amenazó un poco. Y envié un submarino, un submarino nuclear», manifestó el presidente estadounidense, agregando que ha trasladado «uno o dos submarinos» hacia la costa de Rusia «por precaución».
Aumento de la histeria
La semana pasada aparatos desconocidos fueron detectados sobre la base militar de Mourmelon-le-Grand, ubicada en el departamento francés de Marne. Asimismo, drones no identificados ya habían sido detectados en las cercanías de aeropuertos de Noruega y Dinamarca, donde también se reportaron avistamientos en una base aérea. Copenhague no descartó la implicación de Rusia, algo que Moscú ha negado, calificando las acusaciones de «infundadas».
Estos incidentes se producen tras la aparición de drones en Polonia y Rumanía, cuyos gobiernos dijeron que los aparatos eran del Ejército ruso. La Cancillería rusa negó entonces la presunta violación deliberada del espacio aéreo polaco.
Además, Estonia denunció que tres aviones de combate rusos cruzaron su espacio aéreo, hecho que fue negado por Moscú. El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que los cazas, que realizaban un vuelo sobre el Báltico, nunca entraron en el espacio aéreo estonio, sino que cumplieron estrictamente las normas internacionales establecidas para la aviación militar.
Asimismo, las amenazas de los miembros de la OTAN contra Rusia no cesan. El presidente de la República Checa, Petr Pavel, llamó a sus aliados a derribar los aviones rusos si violan el espacio aéreo del bloque militar, sumándose al pedido del Gobierno de Lituania. (RT)