EEUU, no conforme con el desastre de sangre y muerte que creo en Ucrania desde el 2014 y en su entonces guerra no declarada contra Rusia, ahora quiere inquietar al mundo con lo de los supuestos globos espías de aparente origen chino

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Desde que la humanidad existe, siempre se ha visto que, al crearse los conglomerados humanos, la ley del más fuerte es lo que impera y por lo tanto, a fuerza de tanto repetirse el mismo esquema, de hecho los seres humanos han entendido que semejante situación es parte de la misma idiosincrasia de pueblos y naciones.

Por esa pasividad y ya cuando las tribus empezaron a agruparse en función de costumbres e idiosincrasia, nacieron, no solo pueblos y naciones y sí los gobiernos fuertes y más tarde, su derivado natural de las grandes tiranías personales que terminaron por crear vastos imperios.

Gengis Kan fue el primero y quien como guerrero y conquistador mongol unificó todas las tribus de nómadas y creando el gran imperio mogol, el más grande de aquel mundo conocido y cuya movilidad a patas de caballo, era tal, que desde Mongolia (Asia) a Roma apenas mediaban siete días. Lamentablemente y para su desaparición, la piedra de choque fueron los múltiples hijos que se constituyeron en lo más parecido a una guerra civil entre hermanos.

Después y sucesivamente aparecieron nuevos pueblos, naciones e imperios y grandes dirigentes y ahí lo del imperio romano, poderoso arquetipo de gobierno universal premoderno y que desapareció desde el mismo momento que la esclavitud fuera abolida y la anarquía dio paso a una unidad territorial que luego invadida terminó entre las brumas del tiempo y casi dentro del mismo contexto, el imperio Otomano.

Ahora y si hacemos abstracción de los imperios, ruso con Stalin y alemán en su versión nazista con Hitler y sin dejar de mencionar el Inglés, el mismo napoleónico o el astro-húngaro, no así el de la corona ibérica de habla castellana, compuesto este último por el dominio de las peores miserias humanas de yos sobredimensionados y los menores de ciertas naciones europeas, la humanidad se encuentra ante la ira desatada del imperio estadounidense, quien al no advertir que las naciones y pueblos que contribuía a independizarse económicamente, daba paso a la entrada de nuevos imperios regionales de alcance global que terminarían disputándole hegemonías, ha entrado en pánico y prácticamente, sin importarle que con Washington, el resto del mundo se hunda.

De este modo nos encontramos, que como EEUU se durmió en sus laureles, hablamos de su clase dirigente, nuevos imperios emergentes han empezado a materializarse y con una fuerza propia y de tal dimensión, que los mismos EEUU se las ve y se las desea tratando se mantenerse y que ya creemos inútilmente, como la gran potencia unipolar.

En esa lucha por sobrevivir, EEUU comenzó su aventura y aprovechando la caída propia de la URSS el 26 de diciembre de 1991, más bien un inaudito colapso institucional hijo de la incapacidad e incompetencia de todos sus dirigentes y para de inmediato asentar bases en la siempre rebelde Ucrania, de atípica formación e idiosincrasia nazi, pero de origen eslavo como la misma Rusia.

Para el 2014, EEUU quiso darle forma a su solapada intervención, materializando un intento fallido de revolución que terminó en un golpe de Estado contra el dominio superior de Rusia allí y desde entonces, empeñado cada día más por derrocar a un imperio ruso emergente y que le sirviera de plataforma para imponérsele al chino y a otras naciones emergentes  y de grandes territorios continentales, como lo son las que conforman la asociación de los países BRICS.

Es por eso, que cuando Rusia invadió militarmente a Ucrania en febrero del año pasado y más que nada, para cortar de cuajo con el protectorado estadounidense en que había sido convertido aquella nación eslava y por el otro hecho cierto, de que Washington y gracias a su brazo armado mercenario de la OTAN ya tenía rodeado el inmenso territorio de la Federación de Rusia con más de 15 grandes bases militares y contaba además con la adhesión colectiva forzosa de muchas naciones que antes pertenecían a la soberanía e influencia soviética, era obvio que EEUU no se contentaría con ver los nuevos acontecimientos y de ahí que como potencia unipolar se decidiera por el contrario, atacar.

Y en esa estamos.  Prácticamente la humanidad se encuentra al borde de la Tercera Guerra Mundial y no de una simple guerra convencional y sí nuclear. Rusia entiende, que en ello se juega su propia existencia y actúa como tal. Europa y dominada y controlada por EEUU y al punto de perder colectivamente su soberanía, vía la Unión Europea y Reino Unido, participa en el siniestro desenlace, en tanto desde ultramar, las naciones BRICS y quierase que no, saben perfectamente que deberán hacer igual y mucho más.

Mientras tanto, en esta parte del mundo americano, Brasil todavía no se ha dado cuenta de que el intento subversivo de los seguidores de Bolsonaro, en realidad es uno desestabilizador y de puro intento obstruccionista institucional e instigado por Washington y con fines de ajustar cuentas y en el caso de que el gigante sudaca favorezca a Rusia en la guerra que parecería se avecina.

En tanto desde el lado caribeño y en concreto, en la Hispaniola, EEUU tiene ya dominio pleno del desorden haitiano, mientras y hablando en dominicano, agarra por el pichirrí al gobierno dominicano y el que se entretiene con unos aprestos electoralistas, que a juzgar por el fenómeno geopolítico, podría no concretarse en unas elecciones, que en caso de guerra global, quedarían descartadas y como en el pasado, el gobierno civil y por las circunstancias, pasando a lo más parecido a un gobierno de fuerza neo militar que sea confiable al Pentágono y al Comando Sur.

Pero tan ominosa alternativa, parecería que nadie dentro de la clase gobernante y fuerzas vivas dominicanas, nadie repara y con la historieta de si Abinader ganará o Leonel perderá, la chismografía criolla abre campo y sin que nadie en los mass media, tampoco atine a ver la realidad, ni en lo más firme del horizonte.

Así las cosas, EEUU aprieta el acelerador y ahora con el “descubrimiento” de un globo chino de “espionaje” y lo que, a nuestro modo de ver y entender, ha facilitado Pekín y como pretexto que le aleje de Rusia, Washington mete miedo al continente y agregando lo pictórico, de que supuestamente hay otro globo “vigilando” a Latinoamérica.

Ni que decir, que para POR EL OJO DE LA CERRADURA, EEUU, no conforme con el desastre de sangre y muerte que creo en Ucrania desde el 2014 y en su entonces guerra no declarada contra Rusia, ahora quiere inquietar al mundo con lo de los supuestos globos espías de aparente origen chino. ¿Qué más vendrá? (DAG)