El domingo, hay que votar por un Poder Legislativo independiente al Poder Ejecutivo y el que, sin importar partidos o primeros mandatarios, se entiende imperial. Hay que derrotar a la partidocracia

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La guerra fría (1947-1991) fue el espacio de 44 años continuos en base al cual, la mayoría de las jefaturas de gobiernos y de Estados tenían características de funcionamiento de guerra y totalitarias y debido a ello, en República Dominicana se tuvo una dictadura militar hasta el 1961 y de ese año al 1965 una mascarada delictiva de gobiernos civiles y militares provisionales que nunca dieron espacio para que naciera un verdadero, como creíble proceso de gobernanza democrática.

Incluso y debido a esa realidad, desde el primer gobierno de Balaguer (PRSC) en el 1966 y siguiendo hasta el 1978 y luego con los gobiernos “democráticos” del PRD (1978-1986), la nación experimentó las sofocantes realidades de gobiernos civiles de corte autoritario castrense, que empezaron a atenuarse un poco en los gobiernos del lapso 1986-1996 (PRSC) y habiéndose entrado entonces en la fase flexible hija del cierre de la guerra fría en el 1991.

De esta manera, a partir de ese último año y hasta el 1996, la República experimentó un periodo gubernamental lo más extraordinario posible en materia de un Estado menos autoritario y en el que, quienes gobernaron, primero Balaguer y el PRSC y siguiéndole, Leonel Fernández, en el cuatrienio 1996-2000, es decir, el PLD, se caracterizaron por establecer un sistema democrático de apertura, que tuvo cierto retroceso entre los años 2000 al 2004, en el que por poco el presidente de entonces, Hipólito Mejía y proveniente del PRD, intentó dar un vuelco perpetrando una iniciativa autoritaria desestabilizadora y al llevar a la quiebra al primer banco desarrollista de la nación y este, arrastrando tres bancos comerciales más y con el objetivo secreto de imponer una reelección presidencial fallida.

Entonces, fue a partir del 2004 hasta el 2020 con los períodos de gobiernos del PLD y sus dos presidentes, Leonel Fernández y Danilo Medina, que la nación realmente vivió un lapso lo más parecido a gobiernos democráticos y desarrollistas  y el que electoralmente colapsó, cuando estos dos gobernantes se enemistaron  y el primero y como expresidente, conspiró contra el segundo y aliado al hijo putativo del PRD, el actual partido oficialista PRM, ayudó a que el PLD experimentara una bochornosa derrota de la que todavía esa formación política y su líder guardan resentimiento.

Al dividirse el PLD, el partido con menos posibilidades electoralistas, el PRM, logró resurgir como el nuevo partido oficial para el espacio 2020-2024 y en cierto modo, gracias al ímpetu de trabajo y ganancia en popularidad de su candidato presidencial, el entonces opositor Luis Abinader.

A tropezones, en este periodo de cuatro años, la llamada “presidencia imperial” (imposición del Poder Ejecutivo sobre el Poder Legislativo y ambos sobre el Poder Judicial) hizo presencia y de tan definida, que de buenas a primeras y cuando un año atrás se sabía que el presidente Abinader iría en busca de su reelección constitucional, la sombra del autoritarismo desde el poder se ha hecho presencia y el que ahora ha llegado tan lejos en materia de imposición del poder, que las pasadas elecciones municipales de febrero 18, sus resultados fueron obtenidos por ese abrumador poder corruptor hijo de una presidencia imperial que no se frenó ante nada.

Debido a semejante perversión inconstitucional, el PRM y abiertamente, haciendo uso de todos los recursos habidos y por haber que ofrece el poder, desde uso abusivo de los dineros públicos a la compra más indecente de candidatos, banderías políticas y candidaturas, parecería que quiere repetir el fraude colosal que llevó a efecto en febrero y lamentablemente, con el apoyo de la Junta Central Electoral (JCE) la que se plegó absolutamente y por lo que ahora, de cara a las elecciones del domingo 19, experimenta una fuerte desconfianza por parte del electorado y de las formaciones políticas.

Sin embargo, recién y en una rueda de prensa periodística en la que el principal barón mediático, Pepín Corripio, inusitadamente hiciera presencia, parecería, que el pleno del tribunal electoral de primera instancia aceptó parte de las quejas de los partidos opositores y de las fuerzas vivas y empezando a dar a entender que el domingo próximo no repetirá sus condenables errores de procedimiento de febrero.

Justo y porque entendemos que de las elecciones del domingo 19, si los electores nos empeñamos, perfectamente que podría darse el conocimiento de un cambio de actitud ciudadana y que haga, que de esas elecciones surja un Poder Legislativo independiente al Poder Ejecutivo y sin importar quien resulte nuevo presidente de la República, es que en POR EL OJO DE LA CERRADURA nos animamos a recomendar a los electores, que voten  por el sector más joven o de mentalidad abierta de los candidatos a los cargos legislativos y de manera, que al resultar gananciosos, no exista la posibilidad de que el Poder Ejecutivo y actuando como presidencia imperial, pretenda hacer vasallo al Poder Legislativo que resulte de la consulta ciudadana.

A nuestro modo de ver y entender, se presenta ahora la oportunidad, para que la mayoría de los ocho millones y pico de electores, voten por los candidatos a cargos legislativos, que entiendan no se dejarán corromper por la dictadura partidocrática que pretende mantenerse cuatro años más y lo que sería más que importante, para que cuando se llegue a las elecciones del 2032 o mejor a las del 2028, la partidocracia pudiera ser extirpada de la vida política partidarista nacional.

Se necesita pues, que el voto joven y sin importar partidos o banderías políticas, se proteja así mismo como nuevo Poder Legislativo y si es que efectivamente los dominicanos queremos darnos un gobierno constitucional y realmente democrático y nada cesáreo.

En función de esta aspiración es que decimos, que el domingo, hay que votar por un Poder Legislativo independiente al Poder Ejecutivo y el que, sin importar partidos o primeros mandatarios, se entiende imperial. Hay que derrotar a la partidocracia. Con Dios. (DAG) 16.05.2024