No se trata de especular y con el malsano propósito de fastidiar, pero sí que es evidente que, en menos de tres semanas de las elecciones del 19 de mayo, el ambiente en las redes sociales se muestre peor que un mar crispante y que sin duda es un indicador de que la paz social se empieza a encontrar en veremos.
Y que suceda, es una gran lástima y porque ello indica, de que ni siquiera allí la gente tiene una vía de escape para su gran frustración al impedírsele ejercer su derecho a la libre escogencia, en consecuencia, creemos que hay razones para sentirse preocupado y mucho más, cuando los altos cargos públicos no se comportan con la humildad necesaria y mucho menos para admitir que el furor del PRM en su afán continuista, realmente se pasó de los limites más elementales.
Entonces y si a lo anterior le añadimos la andanada de vituperios, obscenidades, irrespeto y afán de zaherir que se ha desatado entre los principales propagandistas oficiales dentro de los medios de la prensa mercancía y quienes todos a una tratan de acallar a las voces críticas que estamos advirtiendo el fenómeno de molestia social grave que ya empieza a presentarse, que definitivamente haya que decir, que mal van las cosas cuando el mismo gobierno trata de no dar su brazo a torcer y ni siquiera entender que en materia de los resultados electorales actuó mal y con mucha desconsideración.
Lo lógico habría sido que el presidente Abinader y en su última conferencia de prensa semanal, se hubiese mostrado humilde, reflexivo y contemporizador y para lograr ganar tiempo, a la vez que frenaba las voces contestatarias, hubiese dado el paso político racional, de que entregaría a partir del 16 de agosto venidero, la presidencia de la Cámara de Diputados a la oposición y en la bandería política que más votos obtuvo en los comicios y como la mejor forma de satisfacer los requerimientos ciudadanos de que tenga un contrapeso de poder independiente a su PRM.
Sin embargo, el primer mandatario, todavía está dejando escapar esa brillante oportunidad para hacerse amistoso con la parte del país político que ahora y sin ambages se le muestra contestatario y lo decimos por una razón política muy elemental, Abinader requiere y necesita comenzar su nuevo periodo de gobierno sin encontrarse ante una realidad terrible y contrastante, de que 70 de cada 100 ciudadanos le entienda un poder usurpado.
Esto lo planteamos, por la determinante razón de que, viendo más allá de la curva, lo único que se nota, es cierto tipo de agrupamiento opositor contra el PRM, pero desde las fuerzas vivas y la sociedad civil y con mayor fuerza o determinación que todo lo que de oposición política multipartidaria pudiera enfrentar.
Es decir, el ambiente se muestra con mucha irritabilidad y descontento, ahora sordo pero no ciego y de parte de sectores poblaciones que tenían más de tres años otorgándole el beneficio de la duda a Abinader y a su gobierno, aunque no tanto al partido oficial y el que, sin pudor alguno, estuvo claro que hizo lo imposible en materia de trampas, estafa, fraude y engañifas, para escamotearle a los electores su derecho a decidir por sí mismos y con relación a quienes quería ver en el Poder Legislativo, igual en el Municipal y sorprendentemente en el Poder Ejecutivo.
Porque a todo esto, lo grande era, que la mayoría de la gente estaba de acuerdo con que el presidente tenía derecho a optar por buscar su reelección constitucional, pero no así, a que el PRM se apoderara de la mayoría de los cargos públicos en los tres poderes del Estado y que por lo visto, todavía los capitostes del PRM y ni se diga entre los popis del gobierno han caído en cuenta y a peor, que con esa arrogancia que les caracteriza, en verdad se creen que nadie se dio cuenta del tremendo fraude colosal que fraguaran para las elecciones municipales de febrero y continuaron en las de mayo con las elecciones presidenciales y congresionales.
De esta manera, han cosechado un tremendo error de perspectiva, que muchos rogamos a Dios, que no se convierta en la semilla de una reacción popular parecida a la poblada de 1984 y la que desde ahora el gobierno podría impedir y si dejando su arrogancia a un lado, busca las maneras y formas de llegar a acuerdos tácticos con la oposición política y la que y en la medida que la población airee su encono y rabia, no tendría otro camino que ponerse al frente de quienes no están de acuerdo con el triunfo-fraude que ha sucedido.
También debe resaltarse, que el único culpable de que se esté levantando esta oposición silente y sorda, es el mismo gobierno y ni siquiera el PRM que no tiene responsabilidad directa en lo relativo al mantenimiento de la gobernabilidad.
Para más encono, ahí viene la declaración -a nuestro juicio torpe- del ministro de la presidencia, anunciando el impulso “renovador” de que el gobierno quiere darle a la policía y al anunciar el presidente, un plan estratégico de captar 20 mil nuevos efectivos policiales en el próximo cuatrienio.
¿Qué necesidad había de hablar de tal plan, cuando la atrapada opinión pública se encuentra preocupada y el sector mediático, aun el pagado por el régimen, con la restrictiva ley 1-24 que ya lleva cinco meses en vigor? La verdad, que no entendemos la lógica de los estrategas gubernamentales.
Para colmos, el gobierno se gana otra pata equivocada con la ola de suspensión de la publicidad o la violación de los contratos suscritos con la mayoría de los medios y de todos los grupos, colores y criterios, a quienes de golpe le han sido reducidos los montos de sus contratos y con pretextos baladíes que tampoco tienen razón de ser, ya que, en estos momentos, lo que el gobierno tiene que hacer es calmar los ánimos y buscar o hacerse amistoso con todos los sectores dentro de las fuerzas vivas y la sociedad civil.
Mientras tanto, creemos que las autoridades deben buscarle una solución a un problema de sociedad y ciudadanía que nunca debió de tener razón de ser y menos de originarse y lo decimos, porque al fin y al cabo no sería de desear que, por enconos de radicales, la República amaneciera un día patas arriba en materia de principios de ingobernabilidad.
Pues y por más que irrite el planteamiento, lo real es, que si de cada 100 dominicanos en capacidad de votar, lo hicieron 54 y 46 no y de los que lo votaron, la mayoría tiene una rabia sorda al saberse estafados y ni hablar de las municipales en donde 70 de cada 100 votantes se abstuvieron, ¿qué podría suceder?, la realidad es que el gobierno debe buscar la salida pacífica de lugar, ser humilde y ganar amigos. Con Dios. 05.06.2024
