No tenía un día que el canciller ruso había salido raudo del territorio nacional, guardando para sí el efecto agridulce del descortés tratamiento que las autoridades dominicanas le hicieran cuando llegó el pasado jueves al final de su gira por el continente y con el supuesto de inaugurar la sede de la embajada rusa y que luego del “cálido recibimiento” se hizo saber que la misma sería “simbólica”, para que el efecto de la misma se hiciera sentir con una llamada política, diplomática y oficial entre el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y el presidente Luis Abinader.
La llamada, hija del interés de la administración Trump de que su igual dominicana continúe manteniendo las mejores relaciones bilaterales, sin dudas y ha razonamiento a contrario, demostró que si Abinader quisiera hacer uso de sus raíces de mercaderes libaneses que lleva en su sangre, perfectamente que podría colocarse en la arriesgada posición de estar al mejor postor, pero cauto, prefirió sacarle los dientes a Trump y al tiempo que a Putin le hizo sentir que todavía no era seguro que pudiera acercársele y aun cuando Rusia y República Dominicana tienen 80 años que Trujillo abrió relaciones diplomáticas con la gran potencia eslava.
Al mismo tiempo, es obvio que los estadounidenses se han dado cuenta de que el acercamiento ruso no es nada fortuito y que, si a este se le suma el desplante grosero que se le hiciera a Lavrov, se hace evidente que la potencial nueva embajadora Leah Campos lo tendrá no tan fácil como en Washington pudieron haber supuesto.
Naturalmente, todo dependerá de cómo esté el temperamento de Abinader al momento que enfrente algún tipo de situación incómoda con la nueva diplomática de a dedo y que por lo que declaró en vistas públicas en el comité de relaciones exteriores del Senado, parecería que entiende que vendrá a este país en plan de «supervisora imperial» y que conociéndose el carácter de Abinader, lo menos que se puede decir, es que esa situación estaría por verse.
Abinader es un político que en sus cinco años en el poder ya aprendió los tejes y manejes de la política de Estado y sabe que, en materia de simpatías públicas, estas han descendido mucho. Sin embargo, bastaría que la nueva embajadora aprovechara la audiencia de entrega de credenciales y cometiera la torpeza de pretender dictarle normas al presidente y si no allí posteriormente en otro escenario, dígase, la Cámara de Comercio (AMCHARD) para que entonces Abinader aproveche la metedura de pata, ponga límites y despierte un fervor nacionalista, que provoque, que a lo inmediato su imagen aumente en popularidad y a EEUU le salga un maco debajo de una rama. Por eso, el secretario Rubio se mantiene no tan lejos de Abinader, pero tampoco tan cerca que en algún momento no pudiera guardar distancia.
Al fin y al cabo, Trump está vigilante y mucho más después del breve saludo e intercambio personal que a diligencias de Abinader tuvo en el Vaticano y en la que el estadounidense y siendo tan temperamental como es, se comportó adecuadamente con un Abinader todo obsequioso.
Todos sabemos que las potencias imperiales, no tienen amigos y tampoco enemigos, solo intereses y cualquier país de sus respectivas periferias que quiera buscarle el lado, sus presidentes deben saber que pisarán terreno minado. En eso los chinos han sido muy cautos y son la excepción, atan con contratos y construcción y saben retirarse a tiempo cuando las circunstancias no les favorecen. La posible embajadora Leah Campos, cree que lo tendrá fácil para quitarle a este país la provechosa influencia china que ya tiene. Muchos disentimos de pleno, pues si pretendiera ir muy rápido, fácilmente que fracasaría.
Nuestra sugerencia pues, es estar expectantes. Además, el presidente Trump y políticamente hablando no es para nada confiable, al fin y al cabo y aunque no se quiera reconocer, es un anciano con un carácter y como decimos los dominicanos “volao” y por lo que en cualquier momento puede convertirse en rabioso amigo o terrible enemigo. Pero también tiene su contra: Un presidente ruso Putin, frío, taimado y calculador y un presidente chino, Jimping, quien, de tan glacial, luce más como una esfinge, pero de golpes rápidos y mortales.
Ambos gobernantes, ruso y chino, hace rato que sus países tienen presencia en esta nación. Rusia desde hace 80 años y China Popular desde hace 07 y los dos y junto a sus cancillerías, vigilantes de que “el socio” estadounidense no les quisiera hacer trampas.
Entonces y en ese tira y jala entre poderes, Abinader pudiera aprovecharlo para consolidarse y obteniendo un amplio favor de la atrapada opinión pública, pero eso sí, siempre y cuando nuestro joven presidente sepa negociar y haga lo correcto para saber situarse.
Por lo pronto, debería de bajar un poco el tono de crispación que su gobierno mantiene contra amplios sectores nacionales e incluso, esto último de congraciarse con la prensa tradicional para arremeter contra la prensa alternativa en las redes sociales, apunta a ser una jugada arriesgada, que en estos momentos no le es nada conveniente y menos, cuando su aparato de propaganda ha comenzado a dar muestras de reprimir publicitariamente a otros medios y en específico en internet y quienes hasta ahora no se le muestran hostiles, pero que si sus propagandísticas (los de Abinader) intentaran presionarles, resultaría en un agitar de avispas extremadamente innecesario, pues de hacerlo, medios no beligerantes y como este de porelojodelacerradura y para poner un ejemplo, fácilmente que en su molestia pudieran pasarse a la acera de enfrente y como no hay enemigo chiquito que haya que menospreciar, Abinader debería tener mucho tacto en no dejarse arrastrar a ser protagonista de pleitos de otros y estos de los suyos.
Es decir, en líneas generales, Abinader debería manejarse con extrema cautela, tiene fuertes enemigos dentro de su gobierno y tantos recelosos entre los grupos económicos y financieros, como para que ahora le metan en un pleito inacabable con ese férreo y duro periodismo alternativo en las redes sociales, donde nadie es su amigo o colaborador propiamente y menos, si desde el poder se advierte que pretenda silenciarlos y como se está viendo con ese inapropiado y poco político proyecto de ley hijo de los barones mediáticos y sus lacayos de la asociación de diarios y del colegio de periodistas, que envió el viernes al Senado y con miras de destruir al necesario y popular periodismo alternativo y sus dinámicos influenciadores y quienes tienen desde las redes sociales y en estos momentos, el monopolio de una atrapada opinión pública a favor, que hace mucho tiempo los barones mediáticos y sus medios perdieron.
Y como estamos viendo que el horno no está para galleticas, terminamos observando, que El “efecto Lavrov” provocó que este viernes, Rubio y Abinader mantuvieran una “provechosa” conversación telefónica. Con Dios. (DAG) 04.05.2025
OJO: Ultima actualización a las 05:00 pm