En política todo se condiciona y al igual que como se hace con los números y cálculos entre contables y auditores y ni hablar entre economistas. Por lo tanto, siempre hay un accionar interpretativo que condicionará lo que sea al interés más predominante en un momento dado y si esto es así, no hay asunto que no se pueda discutir y reinterpretar en materia de la política del poder.
Un ejemplo, el presidente Luis Abinader y fallando en la puesta en escena de su pretensión de aparentemente no repetir en el cargo, se expresó ligera y demagógicamente el pasado 16 de agosto, al reinstalarse para un segundo periodo de gobierno y hasta la misma fecha, pero en el 2028.
Sin embargo y si queremos ser indulgentes y hasta presumirle buenas intenciones, falló de plano con su anuncio tan extemporáneo y el que tres meses después le ha dado por resultado, que en su nuevo gobierno se ha desatado una desesperación entre la mayoría de sus funcionarios, unos por enriquecerse lo más rápido posible o los más atrevidos, de aspirar a la candidatura presidencial para el 2028 y de lo que ya hay una fila de 28 seudos aspirantes.
Semejante estallido de “democracia aspiracional personalizada”, ha dado por resultado. Que en todo el PRM y para no hablar del resto del país político, ha quedado fijo, que ya Abinader y antes de comenzar su nuevo gobierno, es un presidente que termina a fecha fija y lo que significa, que su poder institucional, cada día estará más que disminuido.
Precisamente por semejante realismo tan surrealista, a lo dominicano, el conflicto entre aspirantes es ya una realidad que tiene en estremecimiento continuo a partido y gobierno y cuya mejor expresión la acabamos de ver en el pugilato por el control del gobierno municipal de la ciudad de La Vega, en donde dos aspirantes presidenciables, Yayo Sanz y Collado-Vicini, en la lucha librada han puesto en peligro el control político de ese municipio por parte del PRM.
Entonces, no es ya que las disputas se libran tras bambalinas, sino que abierta y públicamente, dos probables precandidatos se han desafiado y llevando el meta mensaje al resto de los 26 aspirantes restantes de que ellos pueden hacer igual y sin importar lo que Abinader piense y porque este, él mismo se retiró antes de tiempo.
Incluso, los datos que tenemos, es que el presidente se las ha visto y se las ha deseado por el sorpresivo dolor de cabeza creado por los dos aspirantes y quienes prácticamente habían logrado desestabilizar la funcionalidad política del gobierno. Siendo entonces la situación, de que parecería, que Abinader entienda para sí, que se precipitó con el anuncio que hizo, pues en vez de fortalecer su autoridad, de improviso, la misma se ha visto resquebrajada y enviándose un mensaje de desesperación al resto del país político y en particular, a sus lideres y partidos opositores.
De hecho “el efecto La Vega”, impulsó a la parte de la oposición del PLD a lanzársele al cuello al PRM y al gobierno y audazmente, imponiendo la duda respecto al qué hacer en cuanto a la manera constitucionalmente viable para sustituir a la vicealcaldesa, que por exceso de cálculo renunció atendiendo instrucciones del partido minoritario que ella representa y en la creencia, de que si hay nuevas elecciones, esa bandería pudiera arrebatarle el control político del municipio en cuestión al oficialismo…..pero lo mismo pensaron los estrategas del PLD y de ahí el juego de máscaras llenas de perfidia que todos estos actores han escenificado.
Desde luego, a estas alturas, Abinader debe estarse preguntando como salir airoso del tollo que él mismo creó y en este aspecto, entendemos que la mejor solución es rehabilitarle a él y de parte del PRM como su mejor activo para encabezar la candidatura presidencial y sin importar lo que haya dicho o prometido y solo y tanto como presidente ad vitan y militante, ateniéndose a que un congreso o convención ó asamblea nacional del PRM, le designe desde ahora como su segura opción presidencial y mediante un congreso o asamblea general extraordinaria, por medio del cual, el 90 % de los participantes lo elijan como su candidato presidencial para el 2028.
A nuestro modo de ver, solo dando este paso, es que el PRM podrá garantizarse una nueva reelección en el 2028 y al mismo tiempo, librando a Abinader de que se le vea como que se desdijo de lo que había prometido y por la simple razón, de que como es el principal dirigente nacional del PRM, sus poderes e influencias no llegan a sublevarse contra la decisión unánime de un congreso, convención o asamblea nacional extraordinaria.
¿Por qué este medio hace la sugerencia?, para que se evite que el gobierno se descalabre, el partido oficial se afecte en extremo y en el país político, se asuma la anarquía electoralista antes de tiempo y lo que sería fatal para el inelástico clima de gobernabilidad que ahora existe.
Naturalmente y lo decimos con absoluta honradez, si por nuestros intereses fuera, no deberíamos hacer una propuesta de esta naturaleza y sabiendo que tanto Abinader, su gobierno y su partido, han sido extremadamente violentos con quien escribe y lo que revelamos por primera vez y al extremo de ahogarle publicitariamente y haber fomentado y desde la primera quincena de su gobierno del 2020, la crueldad de motivar un abusivo e injustificado desalojo expreso de su domicilio familiar, pretextando una supuesta deuda en base a interés compuesto y que un correligionario del PRM y como prestamista usurero, había logrado.
Y lo significativo, sin importarle a los del gobierno, que, en esos momentos, quien escribe no estaba en condiciones de salud para enfrentar tal embestida. Entonces y si partimos de esa vileza, no deberíamos ayudar a Abinader, su partido y su gobierno a que logren salir del tollo en el que el presidente se metió y los metiera, pero siempre hemos colocado los intereses permanentes de nuestra nación frente a los personales y en lo que nos sentimos absolutamente obligados y por profunda responsabilidad cívica y social.
De ahí que formulemos esta propuesta y solo entendiendo, que a la República hay que ayudarla cuando un gobierno de desaprensivos y delincuentes en gran mayoría, toma por asalto sus instituciones.
En consecuencia y como dominicano y periodista y medio de comunicación y con carreras de 60 y 52 años respectivamente, no podíamos desviarnos de nuestra responsabilidad cívica y profesional y por más animadversión que debiésemos de tener en lo personal, pues nuestros padres nos enseñaron, que la patria, la honradez e integridad y la decencia, están primero que todo y por ello, hoy sugerimos, que el PRM tiene una salida a la pretensión de Abinader: Convocar un congreso, asamblea o convención nacional especial e imponerlo como candidato presidencial para el 2028 y si se quiere que la gobernabilidad continúe. Con Dios. (DAG) 17.11.2024