En República Dominicana hay no menos de 2 millones de ciudadanos que son dominicanos de origen árabe-sirio-libanes-palestino y turco y ninguno ha salido a protestar

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Todavía más, este país tiene un presidente de origen libanes y todos sus ancestros llegaron a esta tierra bendita y como su nación de acogida hace cien años y ni así la cobardía imperante ante el temor de qué haría EEUU si aquí hubiesen manifestaciones publicas abiertas y de profunda demostración del rechazo absoluto ante tanto crimen del Estado, no ha permitido que esos dominicanos muestren su repulsa por una guerra, que lo peor del sionismo ha creado y por el hecho cierto, de que el grupo combatiente o terrorista Hamas y según el criterio de cada quien, hubiese invadido con éxito a Israel y propiciado una fuerte derrota moral y militar.

En este sentido, es increíble como el gobierno dominicano ha callado ante semejante ignominia, cuando como debería de ser correcto, esta nación también debería sentirse herida muy íntimamente frente a una parte suya de dominicanos de origen en el Medio Oriente.

Pero si el gobierno nacional se merece una crítica dura a este respecto, mucho peor es la actitud silenciosa y de cobardes de más de un millón de esos dominicanos de origen palestino y árabe y de quien todos conocemos sus nombres y familias. Y lo que habla pésimo de la baja calidad moral de esos paisanos o conciudadanos, a quienes, en estos momentos, el ejército sionista acribilla sus familias originarias y al tiempo que el grueso de la prensa dominicana también guarda un silencio traumático y sin sentido, a favor de Israel y su socio protector, EEUU.

¿Cuál es el bendito temor que gobierno, prensa y ciudadanos tienen, de no emitir critica condenatoria alguna al terrible genocidio que el estado sionista está provocando y del que no hay nadie, moral y espiritualmente sensible, que ante las imágenes de sangre, horror y terror que los bombardeos sionistas provocan, no muestre su repulsa e indignación o llore ante tantas familias, niños y personas masacradas?

Quién escribe, una parte de sus ancestros son de origen sefardí y como tal, vergüenza a lo absoluto es lo que experimenta y ante este cuadro de muerte, desolación y aniquilamiento y exterminio que solo por los registros históricos, es que conocíamos lo que en la era moderna había desatado la Alemania nazi y precisamente contra la población de origen judío en Europa y sin olvidar el genocidio continúo perpetrado por Bélgica y su rey Leopoldo contra el Congo.

También se sabe y desde hace 75 años, que Israel, cuyo nacimiento como estado moderno en la ONU, en el 1947, República Dominicana fue el voto 33 que le favoreció, como también hay que recordar, que fue República Dominicana en el gobierno de Trujillo, quien abrió sus puertas para que no menos de cien mil judíos perseguidos de los nazis pudieran radicarse aquí y de los cuales, unos cinco mil se acogieron y radicándose inicialmente en la comunidad de Sosua, Puerto Plata y cuyos descendientes, por el orden de los cien mil, son y al igual que los descendientes árabes y turcos, dominicanos de pleno derecho y todos ellos, personas de las que como nación nos sentimos orgullosos.

Sin embargo, duele que esta nación calle ante la barbarie que está ocurriendo y que seamos de los pocos pueblos en el mundo, que aún no manifiesta públicamente su rechazo y repulsa ante la barbarie sionista-nazi y la que nada tiene que ver con el judaísmo, salvo la vigilia publica que hubo el pasado 19 de octubre.

Por eso, planteamos, que es hora de que los dominicanos elevemos nuestras voces, rechazando de plano la barbarie sionista-nazi y exigiendo un alto al fuego definitivo, al mismo tiempo que al igual que esta nación lo hiciera en los años cuarenta del siglo pasado a favor de los judíos perseguidos por la Alemania nazi, ahora los dominicanos le exijamos al gobierno del presidente Luis Abinader que abra las puertas del país a la inmigración palestina que está siendo perseguida y asesinada por Israel.

Igualmente, el Estado Dominicano y mientras dure la situación de guerra inhumana tan presente, suspenda temporalmente sus relaciones con el Estado de Israel y lo que para Abinader y para todos los que como él, son dominicanos de tercera generación hijos de árabes, palestinos y turcos, debería de ser de su primordial interés.

En la vida, no hay ser humano que no cierre su ciclo natural de nacer y morir y lo que al final será el recuerdo de nuestras acciones, que de una u otra forma rememorarán nuestros descendientes y ahora que toda una nación y su pueblo palestino y tan antiguo o más que Israel, está siendo exterminado conscientemente y mientras el resto del mundo calla, clamamos a Dios para que los pueblos del mundo exijan a EEUU e Israel, que cesen la terrible orgía de sangre, que definitivamente, ha manchado el nombre de Israel y para que el resto del mundo nunca olvide la barbarie sionista-nazi que se está perpetrando y que a todo ser humano de bien, nos llena de profunda vergüenza, impotencia e indignación.

Es hora pues de que República Dominicana se pronuncie y ahora más, cuando lo peor de la clase gobernante de Haití pretende incentivar un choque armado con este país y prevalida de una interpretación torcida de nuestros límites fronterizos, ahora más definidos con una zona de amortiguamiento que va paralela dentro de nuestro territorio.

La provocación que el gobierno haitiano provisional dirigido por Ariel Henry, el conspirador a favor del asesinato del presidente Jovenal Moïse,  que está queriendo desconocer los límites fronterizos, es para provocar una guerra que obligue a una intervención militar extranjera, que a su vez genere en un levantamiento patriótico nacional y por el que a los dos pueblos de la isla solo les quedará aportar y recoger sus cadáveres, mientras nuestras naciones podrían quedar sujetas a fideicomiso y lo que ciertamente, absolutamente nadie, a uno y otro lado de la isla, permitiría, salvo a los que son gánsteres, pandilleros y asesinos.

Situación que nos hace recordar y advertir, el otro aspecto de la presente ecuación, que en República Dominicana hay no menos de 2 millones de ciudadanos que son dominicanos de origen árabe-sirio-libanes-palestino y turco y ninguno ha salido a protestar por el genocidio que perpetra el estado sionista de Israel contra el pueblo palestino. Y cerca, la amenaza haitiana. (DAG) 11.11.2023