En el sistema parlamentario, cuando un gobierno falla y los ciudadanos notan que lleva a su país hacia el desastre, de inmediato y en el parlamento las fuerzas políticas deciden presentar una moción de censura, es decir unas elecciones internas en la que se decide el destino del régimen.
Pero en este país, al tener un sistema presidencialista, carece de esa eficiente herramienta de reconvención democrática y en cambio se apela a un accionar público de impugnación radical del gobierno que a ojos de los ciudadanos y francamente ha estado llevando a la nación hacia un abismo institucional.
Entonces y para evitar un desmadre institucional que pudiera provocar una ruptura del orden constitucional, se apela a una convocatoria popular de absoluta reprimenda y rechazo contra el régimen merecedor de medida tan sancionadora y que aquí solo ha tenido en estos 64 años la sola experiencia del Consejo de Estado imponiendo una reacción popular de renuncias a continuar en el aparato del Estado y cuya empleomanía renuncia colectivamente a seguir prestándole servicio a quien haya intentado ir en contra de la voluntad popular.
Por eso fue por lo que cuando el general Rodríguez Echavarría intentó dar el golpe de Estado al gobierno de facto del Consejo de Estado, la respuesta popular fue la de renuncia colectiva de toda la empleomanía pública y de ese modo, lográndose que el Consejo de Estado y como mal menor, se quedara en el poder hasta que se llegara a las primeras elecciones nacionales después de la dictadura y que le dieron el triunfo al PRD en el exilio y a su candidato Juan Bosch .
Ahora y paradójicamente, parecería que se está ante igual reto y por el convencimiento general ciudadano de que el gobierno plutocrático de Abinader, el PRM y Competitividad, ha fracasado de manera tan escandalosa, que se impone que las fuerzas vivas nacionales le exijan su renuncia y al mismo tiempo crear u organizar un gobierno provisional de emergencia que termine el periodo legal del actual y con el solo propósito de que el nuevo régimen provisional reordene la vida nacional, rescate a la nación de la terrible corrupción reinante y del abuso cometido por Abinader de ir en contra de sus atribuciones constitucionales y entregárselas a ese terrible equipo de 48 millonarios depredadores que controlan el Consejo Nacional de Competitividad y quienes aliados a iguales haitianos y todos miembros del gobierno plutocrático de Abinader, han terminado por avanzar extraordinariamente y en lo que parece, es su meta de fusionar las economías dominicana y haitiana y como primer paso para lograr luego la creación arbitraria de un estado binacional.
Por ejemplo, es inconcebible que Abinader hubiese autorizado que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, ya tengan entre sus efectivos a nada menos que cerca de 15 mil efectivos “dominicanos de origen haitiano” y que el nicho de empresarios depredadores en Competitividad, estén reclamando la entrada de 270 mil haitianos ilegales como mano de obra de trabajo, cuando quienes deben tener la oportunidad de trabajar siempre tiene y debe ser la mano de obra dominicana.
En semejante camino de destrucción de la nacionalidad dominicana, Abinader y de hecho a abandonado sus responsabilidades constitucionales y se las ha cedido a los 48 millonarios en Competitividad y por lo que ante semejante hecho tan ignominioso, la nación, los ciudadanos y el Congreso Nacional deben de exigirle su renuncia al cargo y en demostración absoluta de lo más parecido a una moción de censura.
Todos hemos visto como Abinader ha llevado a la República hacia un retroceso tan extraordinario y en todos los órdenes, por el que y de golpe los dominicanos hemos retrocedido en nuestro otrora alto nivel y calidad de vidas, encima Abinader a elevado la deuda externa en cerca de 70 mil millones de dólares y desde el 2020 ha provocado la pérdida de cerca de 2.5 billones de pesos que nadie conoce a que manos han ido a parar y lo que ha ocurrido porque él y de abusador le entregó el control de las finanzas públicas y los recursos del gobierno a los miembros de Competitividad quienes son y junto a sus socios haitianos de grupo Biggio, cuyo representante lo tiene en el propio gabinete presidencial y quienes en realidad son quienes mandan en el país y hacen lo que les viene en ganas.
Ante semejante desastre institucional, los dominicanos tenemos que dar un paso al frente y obligar a Abinader a que renuncie y como medida desesperada menor, a que el odio popular pudiera llevarnos a una poblada o a una revolución.
En este sentido, creemos que se impone un gobierno de emergencia nacional conformado por las mejores voluntades y que el mismo fuera encabezado por el expresidente Danilo Medina y para que en el 2028, entonces el expresidente Leonel Fernández pasara como candidato presidencial unitario para un nuevo periodo constitucional que de seguimiento al gobierno provisional de Medina.
No es que queremos que el orden constitucional se destruya, sino que ante el desorden inconstitucional que Abinader y sus socios de Competitividad están realizando, es hora y por razón de patria, qué el presidente deba y tenga que ceder su mandato y ante la realidad, de que ha llevado a la República a lo que se entiende, es el mayor atentado contra la institucionalidad y la vida constitucional de la nación.
Por eso, planteamos, que es hora de pensar en una atípica moción de censura o juicio popular contra Abinader y para dar paso a un gobierno de emergencia y de rescate nacional que complete el periodo actual y salve a la República del caos al que se la empuja. Con Dios. 02.07.2025





