Ha llegado el momento de que la grave corrupción de los altos jefes militares sea desnudada y castigada y comenzando con los casos Coral y Coral 5G e igual lo de la localización de deudas no pagadas y para que una mafia burocrática en el ministerio de Hacienda se beneficiara escandalosamente
En este sentido, es un bochorno, que desde el 2000 el erario de la nación hubiese perdido no menos 200 mil millones de pesos a manos de todos esos jefes militares bandoleros, quienes aprovechando sus posiciones burocráticas y administrativas se han enriquecido de una forma demencialmente indecente y ni hablar de lo ocurrido recién en Hacienda, donde más de 17 mil millones de pesos fueron “distraídos” por personeros del gobierno anterior y en contubernio con abogados y depredadores de toda laya, que convirtieron la dependencia en una agencia de cobros de deudas y bajo la tolerancia del Poder Ejecutivo en ambos casos.
Si lo anterior y ya conocidos detalles daban nauseas, ahora la situación de inmoralidad a gran escala es peor y debido a que funcionarios del gobierno iniciado en el 2020 y en determinados casos, han superado en ilícitos a funcionarios bandidos de escritorios desde el año 2000 al presente.
Y al ver como todos esos grupos han devenido en una terrible asociación de malhechores y con ramificaciones en areas y también en sectores colaterales administrativos del mismo Poder Ejecutivo como del Poder Judicial y llegándose al extremo, de que como el presupuesto general de la nación para este año pasa del billón de pesos, parecería que absolutamente ningún poder del Estado se encuentra en condiciones de impedir que mediante la cuneta de la corrupción de Estado, conocedores de la situación proyecten, que por lo menos 300 mil millones de pesos serán desviados y solo este año hacia manos delictuales privadas y ante tanto saqueo haya que poner el grito en el cielo y no solo denunciarlo.
¿Cómo es posible que semejante latrocinio se esté llevando a cabo y sin que nadie lo detenga o le ponga punto final?, porque los políticos entendieron y comencemos por el Congreso Nacional, que si querían beneficiarse de los dineros públicos, lo primero que debían de hacer era comprarse a los dueños de los medios de comunicación y de información de masas y a partir de estos, a cuanto productor de radio y televisión, comentarista o periodista con influencia pública que les sirvan de agentes de “concientización” para fines de mantener bajo control a la atrapada opinión pública.
Ahora más, después del estallido de las redes sociales desde los últimos diez años, donde los personajes influenciadores han creado los lupanares en las redes sociales y logrando arrastrar a un público entre adolescentes y jóvenes-maduros, que les ha servido de parapeto e instrumento de apoyo para presentar la terrible inversión de valores morales que ya ahoga a la nación.
Al mismo tiempo, este destape de amoralidad sin control se ha visto reforzado por la terrible influencia delincuencial proveniente de los llamados dominicanyorks, básicamente estadounidenses de origen dominicano, quienes de moral laxa y provocadoramente inmoral, han sido el vehículo de penetración, de no solo las “drogas tradicionales”, sino de las nuevas y conocidas como fentanilo o burundanga, que como soporte de la corrupción desde el poder, ya no da espacio para que la decencia, la honradez, la integridad y las buenas costumbres pudieran mantenerse con la misma fortaleza de años atrás, cuando la educación de hogar y la educación del Estado eran los frenos naturales para que la inmoralidad no campeara por sus fueros.
Téngase presente por igual, que la peligrosa inversión de valores morales que se vive, arrancó desde el gobierno de Hipólito Mejía y el PRD (2000-2004) y continuó a más en los gobiernos de Leonel Fernández y el PLD del 2004 al 2012 y continuó en mayor dimensión en los gobiernos, también del PLD, pero encabezados y dirigidos por Danilo Medina (2012-2020) y hasta llegar al presente gobierno de Luis Abinader y el PRM (2020-2024) donde los bandidos de escritorios de la corrupción en el Estado ha continuado pero dentro de un perfil menos asqueante si cabe el término.
Todo lo anterior quiere significar, que concomitantemente con “el efecto corrupción gobierno”, se apuntaló la corrupción desde el sector privado de la economía y aquí con la variable de la evasión fiscal, el contrabando y la asociación ilícita con el narcotráfico y ya en unos términos, que, si Dios no mete su mano, parecería que República Dominicana va derecho a convertirse en un estado fallido, donde la mayor corrupción tiene que ver con el robo y los fraudes electorales de absoluta impunidad y la trata de personas y comercio sexual.
Para colmos, ahora los gobiernos se han aliado a los lupanares mediáticos en las redes sociales, apuntalando de este modo la corrupción mediática y a unos niveles, por los que francamente es imposible decir, que si en este país hay cien periodistas (no comunicadores) absolutamente honestos e íntegros, sería mucho.
Consecuentemente, es imposible decir que la República vaya por buen camino y menos, que del nuevo gobierno 2024-2028 que se iniciará el día 16, se pueda esperar una lucha real contra la corrupción, cuando se comprobó que los resultados electorales de mayo, el PRM los robó mediante un fraude electoral masivo y al extremo, de que su autoridad principal pretende efectuar una reforma constitucional con miras de apuntalarse en el poder y con fines de iniciarse en el 2028 como el nuevo caudillo que impondrá una autoridad fáctica lo más parecida a un califato, donde una sola voz se le impondrá a rajatablas a la nación.
Por semejante vacío moral, observamos con preocupación, como unos 800 mil haitianos ilegales y apoyados por organismos internacionales, pretenden buscar su especie de espacio vital, por el que poco a poco la misma población dominicana sea desplazada y lo que se agrava por la complicidad abierta y pública del gobierno de Abinader, que para nada permite que esa población flotante fuera controlada y ahora, queriendo esos vecinos extranjeros y en base a violencia física y el saber que el gobierno les apoya y en cierto aspecto, mucho más que lo que debería garantizarle a los ciudadanos de esta nación.
Decir que hay que mantener la atención constante sobre los dos aspectos que nos han merecido este análisis político de Estado, es hacer ver, que en cierto modo lo hacemos con el pesimismo de entender que poco falta para que los dominicanos seamos expulsados de nuestra misma nación y por una población flotante extranjera a la que Abinader no quiere encarar y tampoco ponerle freno y control.
De ahí que solo digamos: Espacio vital: Corrupción militar e invasión pacifica haitiana. Con Dios. (DAG) 07.08.2024
