¿Cómo es posible que los gobiernos de Hipólito, Leonel, Danilo y Abinader y en conjunto, desde el año 2000 hasta el 2025 tengan responsabilidad compartida en los 28 mil millones de pesos que en subsidios han sido repartidos entre sus partidos políticos y asociados dentro de la partidocracia?
¿Quién puede explicar, que solo en los últimos cinco años, este gobierno de Abinader, el PRM y Competitividad y solo entre diputados y senadores, despilfarre mil millones de pesos por año y para proporcionar un enriquecimiento ilícito y de bastardos a semejante representación de lo mayor en materia de delincuencias política?
¿Alguien ha dicho que en el mismo derroche, a los gobiernos municipales, se les haya proporcionado dineros provenientes de los contribuyentes y especializados como fondos públicos. Por más de 100 mil millones de pesos?
¿A quienes hay que exigirle cuentas, para que por lo menos explique el por qué los millonarios miembros de Competitividad tienen el control del Presupuesto Nacional de cada año y al mismo tiempo decidan, quienes sí y quienes no, de todos ellos van a usufructuar los dineros de los contribuyentes disfrazados de contratas de obras y de servicios?
Pero hay más, ¿a qué se debe que la totalidad de los medios tradicionales de comunicación e información de masas e incluidos sus periodistas, reporteros, comunicadores y productores de radio y televisión, más sus clones en las redes sociales, han sido beneficiados en estos cinco años, con más de 60 mil millones de pesos en canonjías y privilegios de toda especie y con el único propósito de que ellos manipulen y tengan bajo control a toda la atrapada opinión pública?
Del gobierno, ¿alguien puede explicar el por qué, cerca del 25 % de los presupuestos de cada año de las instituciones militares, policiales y de seguridad hayan sido atrapados por la corrupción a gran escala que la partidocracia y a través de todos los gobiernos, les han impuesto y hasta corromper esas instituciones como nunca se había visto? Búsquense a los suplidores militares y policiales y de seguridad de los últimos 64 años y se descubrirá un conjunto de fortunas ilícitas que pasan del billón de pesos y todas sin pagar impuestos y para que se tenga idea de la cifra que decimos.
Y lo más significativo, que todos esos millonarios delincuentes de cuello blanco, son ahora los financistas de partidos, medios y periodistas y con ínfulas de consejeros de los gobiernos y teniendo el tupé de también aconsejar, quien debe ir o no a una función pública, aparte de decidir suerte y destino de la oficialidad militar y policial y si lo anterior no fuera bastante, disponiendo de no menos de 10 mil efectivos de uniforme como sirvientes y sicarios dentro del ejército privado que controlan.
Es decir, toda la clase política, gobernante y la administración pública, no solo que sus integrantes han saqueado a la República desde el 1996, sino que al mismo tiempo, la partidocracia y aliada al empresariado lavador de activos, contrabandista y evasor fiscal o a los grupos de inmigrantes en EEUU, ya nacionalizados como estadounidenses y quienes son parte del entramado delictivo del narcotráfico, del contrabando de mercancías y de armas, el tráfico de indocumentados y la trata de personas y porque también tienen y esto nunca se ha dicho, a funcionarios de la embajada estadounidense que les han servido de alcahuetes y cómplices.
Toda esa plebe de saco y corbata, en conjunto han generado al mismo tiempo, un tráfico de dinero ilícito y en dólares de más de 50 mil millones de dólares y lo que se comprueba en más de 300 torres de apartamentos y solo en ciudades como la capital nacional, Santiago, La Romana, Puerto Plata, Samaná y San Juan y para citar las principales y como muestras palpables de la economía subterránea de lo ilícito, la droga, el contrabando, la extorsión y el mercado sexual desde hoteles y villas para ricos forajidos de cuello blanco.
¿Nadie va a dar explicaciones sobre todo este desorden amoral y tampoco el corrompido ministerio público a nivel nacional, compuesto por una gran mayoría de malandrines y si continuarán no cumpliendo su papel fiscalizador? ¿O no lo hacen porque es parte del entramado delincuencial que en los últimos cinco años ha tomado por asalto las instituciones de gobierno y del que el Poder Judicial no escapa?
Creemos, que es hora ya y si se quiere evitar el colapso general de las instituciones y la desaparición del Estado de Derecho, que los ciudadanos -civiles y de uniforme- y de buena voluntad como de conducta honrada, exijan públicamente una reorganización absoluta del Estado y comenzando, porque el gobierno esté compuesto por personas decentes y honradas como honorables.
Se ha llegado demasiado lejos con tanto saqueo de la República y la riqueza nacional y para comprobarlo, véanse los sectores turísticos y el minero y la ola de contrabandos y de robos que propician con total impunidad las 28 fortunas más grandes de este país y estas últimas, responsables y con el gobierno, de la perdida monstruosa de 4 billones 400 millones de pesos de dineros de los contribuyentes como de la entrada “secreta” del billón y 200 mil millones de pesos de dineros provenientes de fuentes del exterior y estas cifras presentadas solo a modo descriptivo y para comprobar.
Mientras como contraste, en el país hay no menos de dos millones de personas pasando hambre y otros cuatro millones que no llegan a fin de mes, mientras solo cinco millones se benefician de la ola de corrupción de todo tipo que el bandidaje oficial, político y empresarial le ha impuesto a la nación y por la cobardía y afán de enriquecimiento ilícito de la mayoría de sus ciudadanos.
Para colmos, las iglesias así como la sociedad civil y las fuerzas vivas, unas por cobardía y las otras por oportunismo han contribuido a la terrible degradación moral que se vive y la que entendemos que ha llegado la hora de parar y corregir drásticamente.
Es una vergüenza, que en este país solo hubo gente decente y honrada hasta junio de 1961 y de las generaciones anteriores y que en estos últimos 64 años, la República ha parido lo peor de lo peor como dominicanos delincuentes, amorales y desfalcadores y ahí los resultados de gobiernos que han convertido al Estado en delincuente y toda una ciudadanía prostituida al extremo.
De ahí, que hastiados y avergonzados de tanta amoralidad compartida, gritemos, que esto no puede continuar. Abinader corrige su gobierno o él y la partidocracia y los suyos, deberán irse. Ya basta de tanto latrocinio desde el poder. Estamos perdiendo nuestra nación. Con Dios. (DAG) 14.10.2025
última actualización: 09:40 am.
