La Semana Mundial de la Alfabetización Mediática e Informacional, proclamada por la Unesco en 2011 y reconocida por la ONU en 2021, se celebra cada año del 24 al 31 de octubre con el objetivo de fomentar el pensamiento crítico y responsable ante la información que consumimos.
En 2025, el lema “Piensa ante la IA” refleja la preocupación global por cómo la inteligencia artificial está transformando el panorama informativo y la necesidad de una ciudadanía crítica frente al contenido generado por estas herramientas.
La democratización de la IA ha facilitado la generación de contenidos digitales, lo que conlleva tanto oportunidades como riesgos. Por un lado, estas herramientas pueden mejorar la creatividad y la accesibilidad informativa; por otro, su mal uso alimenta la desinformación.
Ejemplos recientes sobran: apenas esta semana, una imagen falsa de una explosión cerca del Pentágono, generada con IA, provocó pánico bursátil antes de ser desmentida. Casos así evidencian el peligro de dar por cierto todo lo que aparece en redes y subrayan la urgencia de educar en alfabetización mediática desde temprana edad.
Frente a la avalancha de contenidos amplificados por IA, el periodismo ético y profesional es más imprescindible que nunca como filtro de la verdad. Los medios deben verificar hechos, contextualizar la información y frenar la propagación de engaños tecnológicos. Esa labor es crucial ante la “toxicidad informativa” de la desinformación, que divide y erosiona la democracia. En la era de la IA, solo una prensa libre y apegada a la verdad puede servir de antídoto.
La alfabetización mediática es una responsabilidad compartida. Los medios deben elevar sus estándares éticos, invertir en verificación y producir contenidos que enseñen pensamiento crítico. Las escuelas y universidades han de integrar la alfabetización informacional en sus currículos. Los gobiernos, por su parte, deben impulsar políticas públicas de educación digital, apoyar iniciativas de formación mediática y regular la IA con transparencia.
En esta semana, el llamado es claro: solo un esfuerzo conjunto de prensa, educación y Estado formará ciudadanos capaces de usar, interpretar y crear contenido digital de forma ética y crítica, para blindar así la democracia frente a la desinformación. (EC-OJO-jj)





