Ayer en su gira fronteriza, el presidente Abinader trató con paños y manteles a los guardias destacados allí, cuando debió de haberles llamado la atención ríspidamente por el continuo pillaje, protección de todo tipo de contrabando y teniendo el negocio ilícito y millonario de trata y tráfico de personas y en lo particular, indocumentados.
Muchos entendemos, que hasta que a los uniformados, la autoridad principal de esta nación no les llame la atención y con dureza por sus inconductas y advirtiendo con la imposición de consejos de guerra, al tiempo que no se muestra firme advirtiendo que la oficialidad no debe ni puede continuar en las tratativas de tanto negocios ilícitos del que mucho son cómplices, autores y responsables, nunca habrá posibilidad alguna de que todos esos caras de perros con bríos de ratas, tampoco pudieran entender que el comandante en jefe les está llamando a capítulo.
Desde el año 2000 con el gobierno de Hipólito Mejía, esta nación ha estado experimentando la gran vergüenza de tener un nivel de corrupción militar a gran escala, del que pocos oficiales y de todos los rangos, pudieran decir que hayan salido indemnes de cualquier acusación de enriquecimiento ilícito. Y lo que ya tiene y debe terminar. Igual ha estado sucediendo en los gobiernos de Leonel, Danilo y ahora de Abinader.
Debido a esta falta de responsabilidad institucional, no sorprende que militares en academias como en edades de menos de 40 años, guarden silencio cómplice con tantos desafueros que desdicen del uniforme que llevan, cuando deberían de ser los primeros en exigirle al alto mando comportamiento cívico y limpieza de conducta moral y advirtiendo, que, de continuar la ola de corrupción, se insubordinarían en contra de la línea de mando.
La policía y para decirlo suavemente, es un asco en toda regla y sus miembros se comportan como una fuerza de ocupación en territorio ocupado y la que trata a los ciudadanos -quienes les pagan- como enemigos y lo que tiene y debe terminar drásticamente. Esa represión abusiva que la ministra de Interior, Faride, la Raful; le ordenó a la policía que actuara en la pasada semana santa, lesionando la integridad física de las personas, invadiendo domicilios privados y reprimiendo salvajemente y porque la ministra no quería a nadie en las calles y menos en solaz esparcimiento, es una inconducta que debe ser erradicada de plano.
Y como aquí muchos se meten sus lenguas entre sus bolsillos y se dejan pisotear y aprovechando ya, el gran despertar cívico que la población mostró ayer en la gran marcha dominicanista impulsada por la vieja orden dominicana, que haya que advertir, que la próxima vez que ocurra cualquiera de todos los excesos y arbitrariedades que denunciamos, la nación ajustará cuentas y sin importar que el Diablo se lleve al Demonio.
Tanto abuso de poder no debe ni puede continuar y mucho menos que el gobierno plutocrático de Abinader, que es un dominicano de padre árabe y madre haitiana y que tiene socios de la alta burguesía haitiana, a la que para colmos, le ha entregado el registro civil y la confección y entrega de la cedula de identidad y electoral y con un control expreso de la misma Junta Central Electoral en materia de procesos electorales y que a nuestro modo de ver, ello solo, es una formidable traición a esta nación.
Además, ¿cómo se puede creer en un gobernante, que, violando las leyes, eliminó el Escudo Nacional de todos los documentos oficiales y en su lugar colocó una cúpula como símbolo del poder?
Al mismo tiempo, es hora de que la ciudadanía emprenda una campaña vigorosa de críticas y rechazo a un Congreso Nacional, en el que senadores y diputados son alabarderos del presidente Abinader y por lo que a cambio, se les permite que se roben -todos- más de mil quinientos millones de pesos cada año en salarios, canonjías y privilegios de toda especie, mientras sistemáticamente y por entenderse sirvientes del delincuencial poder económico, retrasan leyes y sepultan proyectos de reformas de los códigos legales y para complacer a los miembros del CONEP y sus 78 organizaciones afiliadas, más al grupito de grandes fortunas -40- que controlan el infame Consejo Nacional de Competitividad (CNC) el verdadero gobierno en la sombra que controla el presupuesto nacional y dicta las normas para beneficiarse de los contratos de servicios y contratos de obras públicas y en un formidable saqueo sistemático que pasa de los 50 mil millones de dólares anuales cada año.
Con el también gobierno del PRM, la República y sus instituciones ha sido secuestrada por el CNC y llegándose a la grave situación, de que los departamentos de inteligencia y data del sistema financiero y con el Banco Popular a la cabeza, pretende erradicar el dinero en efectivo y que todo el mundo se maneje con tarjetas de crédito y comprobantes y facturas electrónicas y lo peor, que los bancos quieren que aquí se adopte el sistema español, de que ninguno dueño de dinero depositado en los bancos, no pueda utilizar su dinero y si primero no solicita permiso del banco en el que tenga su cuenta para retirarlo. Y lo nuevo, que todo emprendedor cuyo negocio se encuentra en internet, encima de que paga impuestos a EEUU por el uso de las grandes plataformas digitales, ojo los influenciadores y emprendedores digitales, ahora Abinader quiere que Impuestos Internos les cobre otro impuesto y que sería una absurda doble tributación.
Igualmente, hay que denunciar que los miembros del CNC, que son los dueños de todo el sistema mediático “tradicional”, a jura de Dios quieren continuar manipulando a la atrapada opinión pública y manteniendo la autocensura a sus periodistas y comunicadores, para que la prensa no sea libre y profesionalmente objetiva.
No es posible que, en este país, el rico sea aquel individuo quien con conexiones en el CNC logra que el gobierno le facilite del presupuesto nacional el capital de trabajo para sus negocios e “inversiones”, en vez de que y al igual que en otros países, los negocios e inversiones nacen del capital propio de cada inversionista y emprendedor y del crédito bancario subsiguiente.
Hablando en dominicano y damos excusas por la expresión tan colorida, la partidocracia y el empresariado se lo están metiendo frío a la población y manteniéndola dentro de un grave estado de necesidad por el que más del 60 % de la población que trabaja no llega al fin de mes y de paso, con un gobierno botarate que, así como coge empréstitos en el exterior, impone impuestos como cosa de locos.
Ya no se puede aguantar más tanto abuso de poder, es hora de que la nación se levante y lo que ayer, por primera vez desde el 2020, todos hemos visto con los miles de dominicanos que marcharon hacia el Palacio Nacional oponiéndose a la infame y grosera política de haitianización del territorio nacional, que parecería, que al fin en el ánimo ciudadano, el espíritu de la rebelión está tomando espacio.
Por eso decimos y para poner los hechos en su contexto real, que guardias y policías y mucho más los fronterizos. Con caras de perros y bríos de ratas y con jefes corruptos que entienden que controlan un ejército de mercenarios. Con Dios. (DAG) 25.04.2025
