Que recordemos, quien escribe nunca ha tenido ni un sí o un no con el actual presidente de la República y si acaso un saludo no gestionado por Abinader, en nuestros tiempos de ser uno de los lideres de opinión de mayor arraigo ciudadano y cívico y que ocurriera, porque coincidimos con nuestras esposas e hijos en un centro vacacional de la zona este y salvo ese saludo cortes de menos de dos minutos, ha sido todo lo que hubo y hace ya más de treinta años.
Con su padre era distinto y lo facilitaba el contacto diario entre el periodista de asuntos políticos y gubernamentales y el funcionario y político y siempre ocasionalmente, hasta que ya el hijo candidato presidencial, el padre tuvo el interés de por lo menos hacer el intento de ver como podíamos tener un acercamiento con su hijo y el que siempre rehuíamos y porque siempre entendíamos y por su inexperiencia pública, nada confiable.
Sin embargo y en el 2019, Rafael, el padre de Luis y en un supermercado, nos contactó de manera casual y vía un mensaje que le dio a nuestra esposa y por el que sucintamente nos decía, que él aspiraba que apoyáramos a su hijo y recordándonos, que nuestro hermano más pequeño era muy cercano a su proyecto político.
Nunca dimos respuesta y porque con el paso del tiempo reforzamos nuestra convicción política independiente y para nada personal y esto así, porque siempre hemos creído que en la política como en los negocios, no se ama a los amigos y no se odia a los enemigos y porque al final, en este mundo tan cambiante, son los intereses los que siempre marcan el derrotero a seguir. Además, hay otra razón de peso, que el analista político de Estado, nunca anima rencor o desdén contra ningún personaje o persona determinada y mucho menos espera favores de ninguna naturaleza.
Aun así, reconocemos que por un asunto de intereses ligados a nuestra familia y en los que están implicados tierras expropiadas por el Estado, hubo un momento hace cinco años, por los cuales y a instancias del abogado en ese caso, Pedro Elías Montás y el comunicador José Luis Mendoza, ambos, solicitaron nuestro permiso para servir de intermediarios frente a Abinader y por esa mediación, y a ese momento con graves problemas de salud, recibiendo el interés del mandatario de saber cómo podría ayudarnos.
Los intermediarios nos expresaron palabras atribuidas al presidente, que el tiempo se encargó de desmentir, pues han pasado años y nunca hubo el menor contacto. además, nuestros problemas de salud terminal abarcaron hasta mediados de 2023 cuando comenzamos a recuperarnos y gracias a Dios hasta hoy. Lo que queremos decir, es que si bien a esos dos señores, a quienes agradecemos el gesto y quienes quisieron actuar de buena fe y como amables intermediarios y no como nuestros adversarios gratuitos y competidores profesionales harían para pretender destruirnos y actuar con mucha cizaña.
Ahora, que nuestros problemas son de liquidez y no de salud, lo lógico y de acuerdo con la mentalidad oportunista dominicana, que y hablando en criollo, “bajáramos la guardia” e intentáramos acercarnos al presidente y comprobar si fue verdad que Abinader les había dicho a los intermediarios la siguiente pregunta: “pregúntenle a Daniel Adriano, ¿cómo podríamos ayudarle?” y no lo hicimos y tampoco haríamos y como siempre hemos actuado, lo dejamos en la mano de Dios. Y también no lo hemos hecho y porque fieles a nosotros mismos, siempre hemos expresado que “yo administro mi hambre”, también, porque con la mayoría de los políticos hay que tener recelos y no puede creérseles nada de lo que digan y si promesas son, menos.
Avalamos nuestro criterio con la siguiente anécdota personal: Una mañana y en uno de los gobiernos del presidente Leonel Fernández, su consultor jurídico, el doctor Abel Rodríguez del Orbe, tuvo la gentileza de hacernos la siguiente pregunta: “Daniel Adriano, tú tienes pensión del Estado?”. La respuesta fue no y de inmediato, ese estimado funcionario y consultor, le ordenó a su secretaria allí presente: “Inclúyelo en el listado para el presidente y para fines de pensión, nosotros y entre sorprendidos y alelados no dijimos nada.
Al día siguiente, Abelito nos mandó a buscar y nos enteró, que el presidente había concedido la pensión. Agradecimos el gesto presidencial, pero mucho más al doctor Rodríguez del Orbe y el que nunca se dejaría de agradecer y por lo espontáneo de cómo fue y cuando horas luego tuvimos copia del decreto con el listado, de inmediato escribimos en esta columna de opinión y expresamos en nuestro teleradioperiodico, que agradecíamos el gesto presidencial, pero haciendo saber, que para nosotros, su aceptación no significaba en modo alguno que cambiaríamos de opinión sobre las políticas de aquel mandatario.
Al rememorar esta anécdota, lo hacemos y con el solo interés de enfatizar, que no hay interés personal o que pareciera político que haga variar nuestras convicciones, creemos que lo que decimos es lo correcto en materia de crítica política y sobre hechos políticos, nunca personales y por eso nunca hemos alquilado nuestra palabra.
El presidente Abinader podrá ser una buena persona, pero como presidente, es uno y pésimo y hasta ingenuo y por eso casi siempre lo engañan y no es verdad que variaríamos nuestro criterio, porque hubiese de por medio alguna decisión que pudiéramos favorecernos, por eso tenemos nuestra conciencia tranquila y por eso también y por ello, tanto en las elecciones del 2020 como en las del 2024 nos abstuvimos de concurrir a las urnas.
Pensamos, que Abinader pudo haber hecho un mejor gobierno y con la experiencia obtenida de su primer mandato, sí que esperábamos, que este de ahora debería de ser extraordinario y no partidista y sí nacional. Sin embargo, no ha ocurrido así y como hemos visto que él no es realmente el presidente de la República que debió de ser y sí el presidente que una oligarquía atrapada entre sus ambiciones y retos tiene a su dominio, al tiempo que se muestra como un muchacho de mandados de su partido, el PRM, así como del nunca confiable expresidente Hipólito Mejía y con marcado énfasis, en sus socios en Competitividad y quienes junto a él y su partido, son los integrantes del gobierno plutocrático, que entonces haya que mantener distancia y opinar sobre lo necesario de ser precavido respecto a sus decisiones de Estado.
Lamentablemente, para él y por sus ejecutorias, lo han convertido en un extraño para quienes votaron por él y con más dudas que vergüenza por parte de quienes en estos cinco años, han dilapidado la increíble suma de 4 billones de pesos y llevando a la nación a asumir una deuda que cada día crece y que ahora se encuentra en 70 mil millones de dólares, mientras los más de mil millones, 400 millones de pesos de ingresos por impuestos y disfrazados de gasto tributario, obtenidos por el Estado en el mismo lapso y que nadie sabe dónde se encuentran o quien en el gobierno pudiera dar explicaciones creíbles, Abinader y al haber consentido la terrible debacle social, institucional y de estafa generalizada, que tales excesos han producido y de los que no hay manera que nadie no le vea como uno de sus autores y responsables, parecería que se ha labrado su propia suerte de indefección personal de ahora.
Realmente, los dominicanos y su economía nos encontramos atrapados y casi sin salida y al ver la incapacidad e incompetencia gubernamental y por eso y en gesto desesperado, son tantos lo que le reclaman al joven presidente su renuncia del cargo, mientras otros quisieran la del gobierno en pleno.
Insistimos, Abinader pudo, debió de haber hecho un buen gobierno, pero al convertir su gobierno en uno plutocrático y para colmos, con socios de la alta burguesía haitiana y no nacional como debió de ser, ya no es posible que se pudiera pensar que haya tiempo más que para ninguna otra cosa. Sin embargo, Dios es misericordioso y todavía y por su libre albedrío, creemos que él tiene opciones para resurgir, pero las que fallan al no tener buenos consejeros y lamentablemente para él, Danilo Medina y llevado de Hipólito Mejía, no hace por darle una mano, en tanto Leonel, insidioso como siempre, ya actúa como si lo hubiese soltado en banda.
Por eso y con el debido respeto nos preguntamos, de, si ¿habrá entendido el presidente Luis Abinader, que la mayoría de sus conciudadanos no creen en él y que muchos y en su falta de juicio, anhelan que renunciara o adelantara las elecciones? ¿Sabrá, que otros, lo que quisieran, es un accionar radical de la purificación por el fuego, es decir, una poblada generalizada? Suerte le deseamos. Con Dios. (DAG) 12.10.2025
última actualización: 09:21 am.