Saliendo de la estación radial Mi Radio, nuestro editor, redactor y director Ejecutivo, DAG y junto a su chofer, un señor de apellido Pichardo, debió de enfrentarse a tiros contra una celada ordenada desde la jefatura de la Fuerza Aérea y por instrucciones del Palacio Nacional en el gobierno del PRD de Antonio Guzmán, quienes le querían muerto y por “el delito” de informar profesionalmente sobre la situación política nacional, mientras todo el resto de la prensa tradicional de la época se plegaba ante el nuevo intento de dictadura.
La radioemisora se encontraba en Los Mina y lo significó que el periodista y gracias a la conducción experta de su chofer, pudo cruzar toda la ciudadanía y hasta llegar a la residencia del expresidente Balaguer y llegando allí con arma en mano, pidió ser conducido ante el estadista, quien al verle, Gómez le enteró de lo que sucedía y teniendo de inmediato la respuesta del líder nacional y presidente del PRSC: “Quédate aquí y junto a los militares en su cuartel”.
Días luego, Balaguer salió a sus chequeos médicos en Miami, Florida y en el momento que se había iniciado una batida contra unos supuestos golpistas militares, quienes en una noche de tragos la borrachera les dio por gritar que «al gobierno había que acabarlo”.
De inmediato el DNI informó que Gómez había sido el que redactó una supuesta proclama y lo que fue suficiente para que la residencia de Balaguer fuera rodeada por militares exigiendo la entrega Gómez y a lo que Balaguer -desde Miami- se negó rotundamente y con esta expresión: “todos pueden caer presos, menos él”.
De esa manera DAG debió experimentar “en vivo” la furia del Huracán David y desde el garaje de la casa.
Meses después Balaguer retornó y y en rueda de prensa dijo, que si se continuaba con las acusaciones contra los militares, él y como abogado, “iré a estrados a defenderlos” y ahí paró todo.
Días luego, una comisión de notables reformistas que encabezaba Papi Estrella y Fernando Álvarez Bogaert y junto a uno de los hermanos del periodista, Guillermo, se presentó ante Balaguer y solicitando “que estudiara la posibilidad de hacer que Daniel Adriano saliera de la casa”. Balaguer guardó silencio.
Pero enterado Daniel Adriano, de inmediato tomó una decisión arriesgada, llamar directa y telefónicamente al coronel Oscar Padilla, director del DNI y pidiéndole que le dijera al presidente Guzmán que él quería que le permitiera trasladarse a su vivienda familiar. La respuesta fue positiva y en honor a la verdad, sorprendiendo el presidente Guzmán y al ordenarle a Padilla que “cada 25 le harás llegar esta cantidad para la manutención suya y de su familia” y de inmediato DAG se trasladó a su apartamento en la Leopoldo Navarro frente a la embajada estadounidense…y donde quedó en calidad de arresto domiciliario por cerca de dos años y experimentando el silencio cómplice y cobarde de todos los medios de comunicación y de información de masas y hasta que llegó al poder, su primo Salvador Jorge Blanco, quien le liberó de cargos. Salvo Estrella, los demás actores están vivos y pueden corroborar o no lo que aquí decimos. (DAG-OJO)