HAITÍ. Suerte que no los molieron a golpes y solo los acusaron de traficantes de documentos dizque falsos. En la Cuarta Brigada del Ejército deben parar en seco, las persecuciones contra ciudadanos haitianos y documentarse mejor

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Desde el momento que conocimos la noticia, no le dimos credibilidad alguna a los informado por fuentes militares respecto a la detención de unos supuestos “traficantes de documentos falsos haitianos” y menos, conociendo que las autoridades del país transfronterizo tienen más de seis meses intentando por regularizar los documentos de los jornaleros haitianos en la línea noroeste como en otras partes de esta nación, descartamos de plano semejante versión tan repugnantemente abusiva.

Por eso nuestro titular en la sección El País Político dice: “Apresan a dos empleados del consulado haitiano en Dajabón con once pasaportes supuestamente falsos” y lo que rápidamente fue dado como un hecho, tanto por militares y policías y medios de comunicación, cuando lo correcto debió de haber sido, que se investigara el asunto y no se tirara a rodar una versión mentirosa por parte de autoridades militares dominicanas, profundamente anti haitianas.

Ya sabíamos que en otras oportunidades, militares destacados en la frontera, no una sino varias veces, se extralimitaban persiguiendo y deteniendo a funcionarios consulares haitianos y para nada aceptaban sus respuestas sobre las imputaciones falsas como también groseras de que eran victimas e igual conocíamos, que desde el ministerio de Defensa, cuando ocurría una de estas situaciones, aparte de las excusas hipócritas, se le daba continuidad a tales abusos y para nada se les reconocía su autoridad legitima a los empleados de los consulados haitianos en este país.

Habría que esperar, no solo que, desde la Cancillería dominicana, su autoridad principal ofrezca una versión correcta de lo sucedido y desde luego, ofreciendo las excusas de lugar, sino que también y de una vez y por todas, semejante mala práctica persecutoria anti haitiana y a nivel oficial cese de una vez y por todas.

Sobre todo, cuando es inconcebible que el gobierno dominicano no respete los usos internacionales en materia de relaciones consulares o diplomáticas entre Estados y lo que, de una manera específica, la Convención de Viena, ordena y obliga a que los estados respeten.

¿Por qué sucedió esta desagradable situación?, por el irrespeto oficial dominicano y mediático, a todo cuanto representa Haití como Estado libre y soberano y generando el tremendo grado de irresponsabilidad y abuso de poder, por el que tantas autoridades civiles y militares dominicanas se comportan hacia Haití como si la nación vecina fuera una totalmente inferior a la dominicana y a la que los dominicanos debemos discriminar abusivamente.

Y es que se supone, que cuando una patrulla militar en un puesto de chequeo por la frontera o en campos de caña en otras regiones de este país, se encuentra con ciudadanos haitianos que son parte de cualesquiera de los consulados haitianos en este país, las dudas se despejan desde el momento que pidan que se les muestre la documentación oficial que esos funcionarios y empleados ostentan y no como acaba de ocurrir, que se les trató como unos delincuentes de la peor especie y hasta conjeturando que los equipos e instrumentos de trabajo que estos portaban, así como pasaportes y documentación oficial haitianos, eran sencillamente ilegales.

En este sentido, los dominicanos deberíamos aprender, que, así como exigimos y nos ponemos ñoños cada vez que en territorio haitiano se da una situación de entre dicho y producto de la anormalidad social que hay allí y demandamos respeto y garantías hacia nuestros funcionarios y ciudadanos, igual nuestras autoridades deben actuar y ni hablar los medios de comunicación criollos, quienes estos últimos, han llegado al abuso de ver en todo haitiano a algún tipo de delincuente y que es la razón fundamental, del por qué se dan tantos desencuentros de nuestras autoridades policiales y militares fronterizas con iguales del vecino país.

Lo ocurrido y por cualquier aspecto de como se mire, nunca debió pasar, pero como de este lado del oriente de la isla compartida, existe esa terrible atmosfera y tan enrarecida, propiciada por los grupos de agitadores y fanáticos anti haitianos, de predicar un odio continuo a lo haitiano y ningún periódico escrito, digital suyo o estaciones de radio y televisión criollos, hace lo correctamente necesario para no agriar las relaciones entre los dos pueblos y naciones, se tuvo y por dos días seguidos, hablando barbaridades sobre “los dos criminales haitianos que se robaron de su consulado pasaportes y documentación”, cuando como ya se conoce, los dos empleados o funcionarios consulares haitianos, victimas del abusivo atropello, estaban cumpliendo lo propio del empadronamiento de sus ciudadanos y el otorgamiento de su documentación legal.

De ahí que expresemos, que nuestras autoridades deben ofrecer las satisfacciones y excusas de lugar e impartir instrucciones drásticas, de forma que, si algo así de mala interpretación volviera a ocurrir, bastara con la presentación de la documentación oficial de las autoridades consulares haitianas y nunca, la requisa de propiedades del Estado haitiano o el apresamiento de los dos funcionarios que están registrados como tales en nuestra cancillería.

Sí, es cierto, que, entre pueblos y funcionarios fronterizos, de cuando en vez ocurre una que otra desavenencia, pero nunca al nivel que acaba de ocurrir y que dicho sea de paso, también habla de la falta de comunicación entre funcionarios militares y civiles dominicanos, recalquémoslo, prejuiciados totalmente contra sus contrapartes haitianos y lo que a ese nivel nunca podría darse.

De todas maneras, hay que echarle agua al vino, restablecer la sana comunicación y que el desafortunado hecho, jamás vuelva a repetirse y por más prejuiciados y anti haitianos que sean los dominicanos civiles y militares dentro de la administración pública, allá en la frontera o en cualquier otro sitio del territorio nacional y en cuanto a la prensa dominicana, a todos esos analfabetos funcionales, hay que advertirles que su papel no es agitar para que dominicanos y haitianos nos vayamos de las manos, sino el ser los amables componedores que los más de medio millón de dominicanos de origen haitiano y cerca del millón de haitianos de origen dominicano desean que exista y para afianzar la paz entre los dos pueblos y naciones.

Lo que nos obliga a señalar, que, en lo referente a Haití, suerte que no los molieron a golpes y solo los acusaron de traficantes de documentos dizque falsos. En la Cuarta Brigada del Ejército, deben parar en seco, las persecuciones contra ciudadanos haitianos y documentarse mejor. (DAG)