Cómo de buenas a primeras el entramado de corrupción del gobierno plutocrático de Abinader se ha “masificado y diversificado” a un grado preocupante para los grupos económicos y financieros, todos estos se han visto obligados a recoger a las principales bocinas “independientes” especialistas en difamar e injuriar a gran escala y aun cuando a esos empresarios los hubiesen “zaheridos” y para crear a su vez sus propios entramados de bocinas para enfrentar las bocinas de sus competidores comerciales y financieros.
Es por eso, que un grupo de estos delincuentes de la palabra, abandonan los grupos de medios conocidos y para crear sus propias plataformas en you tube y de ahí que, de improviso, no menos de cinco de estos difamadores impenitentes han aparecido con sus programas en you tube y conectados o amplificados en empresas telefónicas que operan en el territorio nacional.
Digamos que los insultos “se han democratizado” y de esa forma, empresarios y banqueros tienen sus cuotas de difamadores preferidos y lo que es un grave error y por cuanto ya la audiencia y sobre todo la joven y también la más ilustrada, tiene conciencia de que todas esas bocinas bailan de acuerdo con los dineros que reciban y lo que al final, convierte la comunicación en un antro de desprestigio personal y moral como nunca se había visto.
¿Resultado?, ahora en el empresariado y la banca y también en el gobierno, buscan las voces alternativas entre verdaderos profesionales de la comunicación, quienes, y aun cuando profesionalmente son independientes de criterio, al menos, disponen de una credibilidad moral que los demás no tienen y por eso del nuevo entramado.
Desatada la guerra “por las mejores voces”, solo hay que esperar y ver que nuevas variables de opinión serán presentadas y si en verdad serán diferentes en moralidad a las existentes.
Por lo pronto, hay un profesional de voz y análisis doctos y de efecto hiriente, pero cuyos análisis pican más que el ají caribe y quien como no se deja ni manejar o manipular pero que sí da el sí es pragmático, que algunos ricos calculan arriesgarse. (DAG-OJO)