Si quienes, desde los lupanares mediáticos en las redes sociales, viven destrozando el nombre, pueblo e idiosincrasia haitianos, conocieran de primera mano el fuerte sentimiento patriótico haitiano por su país, a ninguno se le ocurriera decir que desde el occidente de la isla se pretende algún tipo de “invasión” para “desparecer” a República Dominicana y unirla al país transfronterizo.
A lo máximo que llegan y esto, los que viven en la periferia de Puerto Príncipe, es querer trabajar en la industria y empresas dominicanas y siempre volviendo de retorno a su patria y quienes, si no tienen documentación legal en regla, se debe a la desidia de los mismos funcionarios haitianos.
Lo anterior se comprueba, si se visitara el interior del país transfronterizo, en el que su clase media y trabajadora, no tiene nada que envidiarle a su igual dominicana y quienes ni por asomo tienen alguna idea diferente que no sea la de llevar hacia adelante a su país.
Lamentablemente, quienes vocean desde las redes sociales, pregonando lo de la absurda “invasión”, confunden el estado de necesidad que muchos haitianos pobres de Puerto Príncipe tienen, con el querer trabajar en esta economía y la que siempre requiere mano de obra.
También ocurre, que los ultras anti haitianos y no obstante que la mayoría son mulatos o negros, tienen un profundo y absurdo sentimiento racista, que no les deja entender, que las dos naciones son dos países independientes y soberanos de idiosincrasias propias y quienes, por asuntos de la frontera común, sus relaciones son tan profundas, que ambos tienen miles de familias mixtas. Es decir, haitianas de origen dominicano o dominicanas de origen haitiano y viviendo en sus respectivos territorios.
Haití no es Puerto Príncipe. Es mucho más que eso y como nosotros, fieros nacionalistas y defensores de su cultura e idiosincrasia. ¿Por qué esos fanáticos son tan incapaces de entenderlo? (DAG-OJO)
