jueves, marzo 20, 2025
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La grosera campaña anti dominicana que el gobierno le ha permitido a sus periodistas y voceros usaidianos incitando a la haitianización, le significará y si continua, una perdida bochornosa del poder

Hasta ahora, la absurda como abusiva campaña anti dominicana que los usaidianos y junto a su padrino Adriano Espaillat, legislador demócrata estadounidense, han estado llevando a efecto y unido a la otra silente y táctica, de convertir a una parte de las redes sociales, en lo peor de lo peor en materia de mala educación, perversidad, sexo descontrolado e insultos y groserías a más no poder, no ha llegado al nivel crítico de encontrarse con toda una nación enfrentándolas dura y abiertamente.

Sin embargo, la realidad indica, que si el presidente Luis Abinader no hubiese favorecido que las redes sociales hubiesen sido convertidas en lupanares mediáticos donde la amoralidad cunde y la perversión sexual prácticamente se impone y llevadas por alabarderos patrocinados por el PRM provenientes del narcotráfico, el lavado de activos y la delincuencia organizada, ciertamente que había podido evitarse a tiempo el desmadre de insultos, difamaciones e injurias que allí se difunden.

Agréguese a tanta perversidad, como el gobierno ha permitido la entrada del abominable sistema de borrachos y drogadictos pervertidos y mayoritariamente adolescentes y milenials, conocido como teteo, que sin duda han puesto de cabeza familias y ciudadanos y mayormente en los barrios populares en la periferia de nuestras ciudades.

A lo anterior, tómese en cuenta el terrible vuelco contra la moral, la decencia y las buenas costumbres que las autoridades han permitido y a un cuerpo policial, que para calificarlo de algún modo y siendo realistas, está compuesto por una mayoría de bandoleros y delincuentes de uniforme, que a su vez ha sido la levadura del incremento de la criminalidad como de los asesinatos por encargos y que cotidianamente y sin que la prensa mercancía se haga eco, suceden a un nivel, que nadie absolutamente nadie se siente seguro ni siquiera en su propia casa.

Para colmos, ahora resulta el surgimiento de un sector delincuencial haitiano y en el que la mayoría de sus componentes están dirigidos por exmilitares haitianos actuando como agentes durmientes, quienes de profunda raíz anti dominicana y ya dentro del corazón de la población (caso Verón en la provincia de la Altagracia) han comenzado a tener control de determinados antros de población haitiana ilegal y teniéndolos como base operativa para sus fechorías.

Y cuando se creía que el abuso oficial podría ser detenido o atenuado, ahora vemos como resurge la parte policial más criminal, toda esa compuesta por psicópatas que tiran a matar cuando entienden que alguien -persona o vehículo- es “sospechoso” y como recién ocurrió contra un vehículo privado conducido por una señora y que llevaba cuatro niños. Y esto ocurre y nadie en el gobierno impone consecuencias, en tanto el director policial (antiguo chofer y espaldero de la familia Abinader) se deshace en palabras huecas y expresiones vacías.

Es de este modo que el mismo gobierno nos está robando las instituciones e imponiendo la ley de la selva en la vida cotidiana, mientras la prensa mercancía calla y recibe su paga.

Lo grande es, que, con todo y este desastre de amoralidad continua desde el gobierno, todavía dentro de la población se hace el gran esfuerzo de pretender creer en las ejecutorias gubernamentales y en particular, en las decisiones cosméticas del presidente Abinader, quien cada vez se muestra como si fuera un incapaz que no supiera gobernar ni medianamente y que en cierto modo ha significado una gran decepción para tantos que creyeron en su taimado discurso electoral.

Sin embargo, Abinader  se reeligió en el 2024 en base a un tremendo fraude electoral motivado en una gigantesca operación de compra de votos y conciencia que fuera motorizado por los mass media y el presidente de la FP y el que se ha silenciado, por una razón elemental de supervivencia y estado de necesidad: Metió 400 mil ciudadanos en la administración pública y para un total de 800 mil burócratas y benefició a más de seiscientos mil con todo tipo de pensiones privilegiadas, o con esos recurrentes ascensos militares y policiales de cada año, que ya van por los 40 mil, más ese fuerte derroche de programas o políticas de asistencialismo social, que ahora y en conjunto, tiene a la mayoría teniendo que ser sumisos y por ser esclavos de su lastimoso estado de necesidad.

Abinader, quien realmente se encuentra acorralado y comenzando por su propia gente y el nicho desestabilizador de Hipólito, es evidente que no encuentra cómo salir de su grave problema institucional administrativo y como decimos los dominicanos, tan poco del “mal baun” en el que se metió. Sin embargo, tiene suerte, porque todavía una mayoría de periodistas, comunicadores y todos independientes, creemos -por lo menos hasta este día- que el remedio sería peor que la enfermedad si dejamos que su propia gente termine por socavarle su poder y hasta hacer que caiga por su mismo peso.

Nosotros en cambio y en esa tesitura, estamos por evitar que Abinader pierda el poder, sea porque la nación se hastíe o porque su partido y correligionarios quieran derrocarle mediante la imposición de  un nuevo paquete de impresentables dentro de los 27 ”amigos y seguidores de Abinader” que se consideran “presidenciales” que el PRM ya le tiene y los que ya se encuentran de y esta es otra expresión coloquial dominicana, “de paños y manteles” con el poder económico y oligárquico depredador, todo ese que solo quiere que todo cambie pero para que todo siga igual y ese poder sí manteniendo los 385 mil millones de pesos en subsidios, es decir, dinero de los contribuyentes y con lo que suplen su ausencia de capital de trabajo propio.

Y lo decimos, porque no obstante que no lo pareciera, Abinader todavía tiene recursos para salir a camino y terminar entregando al poder dentro de los parámetros constitucionales, pero él tiene que poner de su parte y no buscar enemigos donde no los tiene. Solo tiene que reconvertir su gobierno plutocrático y del PRM en uno realmente nacional y efectuar una administración frugal, eliminando el déficit energético, frenando el endeudamiento externo y racionalizando el gasto y sin pensar en ningún tipo de inversión reproductiva, pues para esto último ya no tiene tiempo.

Es posible, que, si a Abinader le cuentan y mal lo que decimos, torcerá el gesto y se mostrará más iracundo, pero él no tiene otra salida, que salir de lo que no sirve y comenzando por sus aliados periodistas y comunicadores usaidianos y su cabeza, la oenegé Participación Ciudadana-Finjus y afines, quienes ahora y actuando bajo la sombra, como nunca están impulsando su agenda desestabilizadora con su campaña tan venenosa de la haitianización de la vida nacional.

Preocupados entonces por lo que está ocurriendo, es que puntualizamos, respecto a que la grosera campaña anti dominicana que el gobierno le ha permitido a sus periodistas y voceros usaidianos, incitando a la haitianización, le significará y si continua, una perdida bochornosa del poder. Con Dios. (DAG) 06.03.2025

 

 

 

 

 

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