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La nueva cédula de identidad electoral, pero preferentemente la cédula de identidad para los extranjeros, es la culminación del proceso abusivo por parte del gobierno, de haitianizar la vida nacional mediante el registro masivo de haitianos ilegales como dominicanos

Nos resistíamos a creerlo, pero al mostrársenos evidencias concretas de que en la Junta Central Electoral, su juez presidente y los demás, se prestaron a la alta traición de haber registrado cerca de dos millones de haitianos ilegales e hijos de estos y como dominicanos de nacimiento y origen, poco que menos, hemos podido comprobar, que efectivamente es el gobierno plutocrático de Abinader, PRM y Competitividad, el autor material de semejante ataque contra nuestra soberanía y nacionalidad.

Al entenderlo, consideramos como de máxima necesidad nacional y por un asunto estrictamente de la alta seguridad del Estado, que los dominicanos que tengan conciencia de defender y amar su país, debemos y tenemos que hacer lo imposible para que ese documento, el gobierno lo suspenda y hasta tanto un cuerpo de auditores forenses tome el control de la JCE y las oficialías de Estado Civil y hasta que no se auditen los registros existentes sobre dominicanos y extranjeros residentes, esa cédula y para nada, no debe ser aceptada como tal.

Y esto así, porque si la nación aceptara el nuevo documento, que a prueba a contrario lo entendemos absolutamente fraudulento, y para comenzar, las elecciones generales de 2028 quedarían absolutamente, sus resultados, de sufrir vicios de ilegalidad e ilegitimidad extremos.

En este sentido, nuestras sospechas más fundadas las tenemos con la empresa extranjera de origen haitiano o de experiencia al proveer los documentos de identidad y de viaje haitianos y la que al tener, el registro civil haitiano completo, nada le impediría “relocalizar” no menos de otros dos millones de haitianos y registrándoles como dominicanos y dado que es el gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader, el autor material del proceso de haitianización acelerado de la vida dominicana.

Obligándonos a exigir, que los dominicanos a los que nos duele nuestra nación, debemos de enfrentar y exigirle a las autoridades (JCE o Poder Ejecutivo) que hasta que las sospechas que se tienen no sean dilucidadas, el nuevo documento ciudadano, uno de identidad y electoral para los dominicanos y el otro de identidad para extranjeros viviendo en el territorio nacional, no sea expedido  por ninguna circunstancia y una sugerencia, que cuando se vaya a expedir, primero se le entregue a los dominicanos y treinta días de terminado ese proceso, a los extranjeros viviendo legalmente en el territorio nacional.

A todo esto, lo más extraño, es comprobar como todos los medios de prensa tradicionales se encuentran coludidos con el gobierno y por eso, han sepultado bajo un manto de silencio cómplice, el más grave atentado que contra nuestra nación, su identidad, origen, nacionalidad y soberanía, el dominicano de origen árabe y haitiano, Luis Abinader, ha tenido mano libre para llevar a efecto su siniestro y traidor plan de haitianización de la vida nacional y que lo ha estado haciendo contando también con la complicidad del empresariado y desde el CONEP y sus 78 organizaciones apéndices y su círculo de control férreo de la administración del Estado y las finanzas nacionales, desde el Consejo Nacional Competitividad.

Más lo inexplicable, contando también con el apoyo tácito y abierto de los tres expresidentes de la República y por eso de sus silencios de bastardos y traidores y que es también la razón, para que sus partidos estén silenciados y prohibidos de tocar el tema.

Es un plan tan siniestro y perfectamente calculado, que ya los que deciden en Competitividad, lograron que Abinader autorizara que la administración de la policía le haya sido entregada con el disfraz de fideicomiso y por eso que la mujer que lo dirige, Elena Viyella de Paliza, también una dominicana de primera generación pero de profundas raíces españolas, no le ha importado acceder al requerimiento de que la policía actúe, no como un cuerpo preventivo para evitar el delito y sí como uno absolutamente represivo y por eso de tantos cientos de asesinados por la represión policial y afectación de la libertad de tránsito de los ciudadanos.

Correspondiéndose a un plan urdido y para que tan pronto la ciudadanía caiga en cuenta de que al gobierno, su plan de haitianización progresiva ya culminará con el registro de millones de haitianos ilegales disfrazados de dominicanos y con apariencias legal y legitima, que entonces y al momento que los dominicanos se tiren a las calles protestando vehementemente, el brazo policial represivo sea lo suficientemente acentuado y sin importar los miles de muertos que semejante represión desate.

Realmente y esto hay que decirlo con crudeza, el gobierno tiene cinco años elaborando su plan de haitianización progresiva de la vida nacional y el que ahora se oculta con el estallido de inmoralidad oficial representado por la corrupción a gran escala desde SENASA y dentro de unos días, con dos escándalos de corrupción desde el Estado, casi peores que lo ocurrido en el seguro público de salud.

El gobierno y para imponer su propósito tan nefasto de anular la dominicanidad, confía que la población está acobardada y anestesiada y como idiotizada por la ingesta de drogas ilícitas, los subsidios oficiales y la corrupción reinante desde los teteos, que a su vez son alentados por el nuevo aparato de propaganda oculto detrás de programas en you tube de telerrealidad que tienen de base operativa un llamado “edificio rojo”, que es el arma secreta de Abinader para sonsacar a la población o para decirlo en lenguaje de barrio popular: penetrar en frío a la gente.

Frente a semejante conspiración contra la patria y propiciada desde el mismo gobierno, entendemos que es hora ya de que la nación actúe virilmente y enfrente a quienes quieren destruirla, pues entendemos, que de continuar el plan socavador para destruir nuestra nación, su soberanía y nacionalidad y nadie -ciudadanos o instituciones tutelares- no respondan para salvar a la República, el plan de haitianización y ya avanzado con el anuncio de nueva cedula para abril de 2026, provocará el terrible baño de sangre que pocos supusimos que alguna vez pudiera ocurrir.

De ahí que planteemos la grave situación que amenaza la misma existencia de la República y digamos, que la nueva cédula de identidad electoral, pero preferentemente la cédula de identidad para los extranjeros, es la culminación del proceso abusivo por parte del gobierno, de haitianizar la vida nacional mediante el registro masivo de haitianos ilegales como dominicanos. Con Dios. (DAG) 22.12.2025

última actualización: 10:14 am.

 

 

 

 

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