Antes, en época de Balaguer, cuando se hablaba de revisión de costos y para reajustar los precios de los productos de diario consumo, lo primero que se hacía desde Industria y Comercio era advertir al comercio que se les prohibía aumentar los precios de las mercancías, mientras se hacia el estudio y luego se dictaba la disposición legal. Ahora no es así.
El gobierno del PRM deja que los comerciantes los aumenten abusivamente y por eso, a esta mañana, las amas de casa que llegaban a los supermercados ponían el grito en el cielo y convertidos estos en salas de terror.
La practica se llama acaparamiento de mercancías y agiotista, “la persona que especula con transacciones financieras (préstamos, cambio de moneda, etc.), obteniendo ganancias exageradas y con daño a terceros” y que en la práctica, es una forma de lavado de activos que el gobierno no sanciona y perjudicando de ese modo a los consumidores. (DAG-OJO)