Las redes sociales hay que matarlas y si se quiere evitar que este año, dominicanos y haitianos se despedacen y por ese discurso de odio que los que menos tienen y cívicamente son unos irresponsables, están esparciendo

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Podría parecer duro que nos expresemos con tanta firmeza y radicalidad frente a individuos, la mayoría de la pequeña burguesía y otros viviendo en barrios marginados de nuestras ciudades y todos un gran grupo de resentidos inadaptados sociales que aspiran a airear sus miserias y creyendo, que, odiando al otro, podrán obtener el éxito que sus propias incapacidades y frustraciones no les permiten.

Vamos casi para un año, advirtiendo la sorprendente ocurrencia de estos descastados sociales, queriendo provocar un odio de muerte entre dominicanos y haitianos y lo que no tiene razón de ser y si se parte del hecho de que entre los dos pueblos y países hay un conglomerado social de haitianos de origen dominicano y de dominicanos de origen haitiano, quienes colectivamente pasan de los tres millones de personas y quienes, por la ola de odio  que se está generando desde las infames redes sociales, parecería que esta terminará por provocar lo que se quiere, algo así como una reedición tropical del odio entre sionistas y gazatíes.

Si se recuerda, por lo menos hasta hace tres años, nunca se había visto en este país, una iniciativa semejante y tan nefasta y la que deja muy atrás todo cuanto los dominicanos siempre hemos hecho a favor del pueblo haitiano en sus peores desgracias naturales y como sucedió cuando el terremoto de 2010, que familias dominicanas enteras en la franja fronteriza y del Cibao, aparte del gobierno, fueron los primeros grupos y país que llegó con todo a favor de Haití.

En este aspecto, creemos que en el gobierno del presidente Luis Abinader se ha pecado de tolerante, permitiendo que ese abusivo como desconsiderado discurso de odio tome cuerpo dentro de los lupanares mediáticos en las redes sociales y lo que de hecho no habla nada bien de nuestras autoridades.

Porque el asunto ya no es entre ricos y pobres o clases sociales, sino una determinación suicida de dominicanos de mentalidad extremista y racista y no obstante que son tan negros, mulatos y mestizos como los haitianos, quienes entendiendo sus medios digitales como si fueran armas de reglamento para lo peor, se le han lanzado a los dos pueblos y para querer precipitarlos en lo más hondo de una guerra fratricida, que en este país y en sus 203 años de independencia del reino de España, nunca había acontecido, salvo aquellos hechos propios de cuando la primera República.

Insistimos en llamar la atención sobre este particular, pero no solo al gobierno, sino también a las fuerzas vivas como a la sociedad civil y en especial a la partidocracia, pues si llegara a ocurrir que por irresponsabilidad colectiva se deja que gente descerebrada la mayoría (recuérdese que las estadísticas dicen que quienes viven en barrios marginados tienen peores indicadores de salud y son propensos a tener una demencia  fuera de tiempo) llegan a considerar y por el ambiente delincuencial en el que viven, que sus frustraciones y amarguras tienen que descargarlas en los miembros de la diáspora haitiana en nuestra nación y de la que una parte tienen hijos dominicanos de origen haitiano y casi todos sus padres con contratos de trabajo en las empresas que están registrados, podríamos encontrarnos con que todos ellos y ante el acoso y odio que se perpetra en su contra, se vean obligados a defenderse en su integridad física y al ver que el Estado dominicano les da la espalda.

Consecuentemente, llamamos a la dirigencia política, a los candidatos presidenciales y legislativos y al presidente Abinader a que se refieran a semejante campaña de odio tan abusiva, la condenen y exijan que el Poder Judicial y las autoridades represivas y cada una en su accionar, enfrenten a los sediciosos que quiere avivar un odio que nunca a existido entre haitianos y dominicanos y con la excepción de gobiernos y políticos de cuando la primera República.

Ni que decir, que en esto hay que ser absolutamente radical y aquí llamamos a la responsabilidad cívica y política, a medios, periodistas, comunicadores y redes sociales, a que detengan tanto abuso irracional por el que una minoría de racistas negros y mulatos dominicanos se le van al cuello a negros y mulatos haitianos  y peor, sin razón ni justificación algunos y que como medios, deberían obligar y tanto a la clase política como a la clase gobernante dominicana a implicarse de lleno, tomando las medidas más radicales y comenzando por la supresión de las redes sociales en su totalidad, por lo menos para los próximos dos años.

Y es que en este mundo tan convulso en el que se vive, en el que todo apunta a un incremento de la guerra entre Rusia frente a EEUU, Reino Unido y la Unión Europea a propósito de que el gran país eslavo ha querido recuperar sus antiguos territorios de Ucrania y ante la realidad, de que, en el 2014, Occidente declaró a ese país también eslavo como su especie de protectorado y en donde desde ese año, lo convirtió en la base de sus experimentos químicos, farmacéuticos, bacteriológicos y médicos.

Realidad que aumenta y con el genocidio patrocinado por el mismo Occidente a propósito del sionismo israelita en perjuicio del pueblo palestino en la Franja de Gaza y lo nuevo, del sionismo pretendiendo entrar de contrabando a la Argentina, partir aquel país sudaca y para convertirlo en el nuevo Israel para todos los judíos.

Son miles los analfabetos funcionales dominicanos que ponen el grito en el cielo ante una posible fusión entre haitianos y dominicanos, pero ninguno se alarma porque estadounidenses de origen dominicano y también haitianos, hacen los imposible y por medio de sus traficantes de influencia en Washington, para que las dos naciones isleñas  desaparezcan y sean parte como nuevos estados o como estado mixto de la Unión Americana y que sería una fusión que iría en contra de las respectivas idiosincrasias de dominicanos y haitianos.

Mientras tanto, esos estadounidenses impulsan el contrabando de armas para Haití y las que van a manos de las pandillas que la burguesía haitiana financia y con el objetivo a corto plazo, de generar la guerra civil que ya se ha iniciado, en tanto en la parte dominicana, incrementan el lavado de activos, la prostitución y el narcotráfico.

De ahí, que, frente a esta realidad tan abrumadoramente hostil contra el orden público y el estado de derecho, planteamos, que las redes sociales hay que matarlas y si se quiere evitar, que este año, dominicanos y haitianos se despedacen y por ese discurso de odio que los que menos tienen y cívicamente son unos irresponsables, están esparciendo. Con Dios. (DAG) 17.03.2024