Cuando se anunció el pasado lunes la comparecencia electrónica del ministro presidencial Paliza, no fue que una mayoría nacional quedó como que no había escuchado bien, sino que simplemente, mucha gente no creía que se pudiera llegar a un nivel tan descarado de cara dura y que fue lo que ocurrió.
¿Cómo es posible, que un partido de gobierno al que EEUU ya le solicitó en extradición a una veintena de sus miembros y al que en la actualidad le quedan pendientes entre siete y diez en el Poder Legislativo y otra amalgama en el Poder Municipal y sospechosamente uno que otro en el Poder Ejecutivo, su presidente nominal (PRM) hubiese tenido el tupé de salir al frente a las criticas y señalamientos de toda una nación reclamándole decencia y compostura y sobre todo apego a la verdad, para presentarse en una pobre audición televisa y de esas que dan más pena que vergüenza?
Desde luego, se entiende que por algún lado la soga tenía que romperse, pero no que se llegara al extremo, de que sabiéndose que dentro de poco, EEUU volverá a solicitar más delincuentes de “cuello blanco” por extraditar, Abinader se hubiese decidido por tirar al pozo de los leones, a todo un grupete de desalmados y como su mayor recurso para eludir responsabilidades institucionales propias.
Porque de esto es lo que se trata y que fue la razón de la infeliz perorata y de un Paliza, que ya es inequívoco que parecería que conoce de lo dicho por determinados extraditados ya presos y quienes de una u otra manera le implican directamente en un accionar delictiva con narcotraficantes políticos y no de cualquier tipo, sino de esos “especiales” de a 50 millones de dólares de donaciones electorales para el PRM.
Y es, que si algo quedó claro de la susodicha comparecencia, fue, que parecería, que ya en el Poder Ejecutivo no saben como desprenderse o eludir ciertos señalamientos gravosos y de esos que dan pie a presuntas acusaciones por complicidad.
Mientras tanto, parecería evidente que “alguien” en el Palacio Nacional ha creído pertinente que Paliza pudiera ser el objetivo inmediato para derribar y mucho más, cuando con el anuncio de la insólita visita del ministro de Guerra estadounidense, Pete Hegseth. también se conoce de la “rabisa” de pedidos de narcos que la misma entraña.
Naturalmente, cuando de lo que se trata, es de un gobierno casi en pleno y visto como posible imputado de prohijar narcos, las formas se guardan, se hace como si se respetaran los procedimientos y hasta se tiene la condescendencia de alargar las expectativas para un tiempo más factible, mientras, sí se hace entender, que en el caso estadounidense, su gobierno está decidido a erradicar de su socio el gobierno de Abinader, todo lo que pudiera significar, que el mismo Estado Dominicano ya se le entienda como uno criminal y compuesto por delincuentes.
Por eso, la anunciada visita del alto cargo estadounidense se disfraza de la búsqueda de políticas comunes para enfrentar el narcotráfico en el área caribeña y entendiéndose, que no es que se le estuviera dando un paño con pasta a las probables implicaciones oficialistas y queriéndolas dejar a ocultas, sino que más bien, habrá un momento por el que a Abinader se le colocará entre la espada y la pared y para que él mismo decida a quienes de los extraditables que faltan, él autorizará su salida.
El porqué de este retruécano es más que evidente, parecería que EEUU quiere salvarle la cara al mismo Abinader, pero al mismo tiempo, sin que este olvide, que tanto su gobierno como el mismo, tienen la soga a rastras.
Entonces, cuando esto se razona, debería ocurrir un milagro para que el actual presidente de la República pudiera hacer “un gesto heroico” para librarse de posibles culpas personales y políticas y por eso, de que las presiones de Washington ya no son tan sutiles.
Entretanto, lo que sí es más que verdadero, es que si por ejemplo, Abinader hiciera una limpieza drástica sobre presencias incómodas dentro de su administración, sería factible que las presiones disminuyeran y lo que en cierto modo está sucediendo a lo interno y si se comprueba, que el gobierno no tiene oposición política real y sí más bien ciudadana y de todas las corrientes políticas y sociales y todas parapetadas como armas de ataque desde las redes sociales.
Generándose pues, lo que parecería un problema de difícil solución, pues no se puede olvidar, que Abinader también tiene la “presión silente” de los “allegados del narco” dentro del empresariado y las altas finanzas y mostrándose esta con cierta altanería cantinflesca desde el llamado Consejo Nacional de Competitividad, en donde el que no vuela planea y tanto, que ahora casi la cuarta parte de sus miembros están inmersos en una lucha fratricida entre pares y para ver quien sale limpio de las imputaciones que les han caído.
En este punto, los tropezones son tantos y las complicidades tan vastas, que ni los mecanismos mediáticos que se han identificado con Competitividad, ya quienes los dirigen, no saben que otro pretexto crear y a modo de distracción como especie de globo de ensayo y es que si nuestros lectores conocieran lo vasto de las complicidades del dinero sucio con el narco y el lavado de activos en el gobierno, el empresariado y el PRM y también dentro del PLD y FP, no quedarían espantados, para cuando llegue el momento de descubrir y arrancar cabezas.
Consecuentemente, nuestro consejo es, que después de la comparecencia de Paliza y ahora con las expectativas creadas por la anunciada visita -mas bien de inspección- del secretario de Guerra estadounidense, que todos deberíamos prepararnos mentalmente para la especie de terremoto político y social que podría sobrevenir y si además, Abinader no cede ante los nuevos planteamientos y de cumplimiento obligatorio, que ahora le harán conocer y con relación a la geopolítica caribeña de guerra privada de Trump, supuestamente «contra el narcotráfico». No se olvide que EEUU tiene un ingreso neto y para este año de 500 mil millones de dólares por ingresos del narcotráfico y que su banca es la que financia el ramal interno del narco y a modo de subsidio para enfrentar a los millones de consumidores de drogas estadounidenses.
Creemos, que no estamos muy lejos de la verdad y al advertir, que lo de Paliza fue una comparecencia absolutamente innecesaria y corrosivamente perversa, pues demostró, que el PRM es la versión actualizada de un partido de narco delincuentes y lo que ha dado espacio para que EEUU presione más. Con Dios. (DAG) 26.11.2025
