Siempre hemos dicho que lo peor que le ha pasado a esta nación, es no tener ni siquiera un recuerdo vivo de no menos ochenta años y respecto a los resultados de una guerra cruenta contra otro país y que impusiera una destrucción criminal de la vida en el nuestro y que debido a tal ausencia de experiencia viva de lo que es su país atacado militarmente, ha impedido que los dominicanos podamos tener siquiera el mínimo respeto para entender la gravedad, de que escenario semejante se presentara.
Pues bien, casi lo tenemos a la puerta y desde que la administración Trump autorizó ejercicios militares con Trinidad Tobago, país isleño que esta a menos de cien millas náuticas de Venezuela, al tiempo que se avivan las expresiones belicistas con el anuncio de la puesta en marcha de la llamada “Operación Lanza del Sur” y que es una nueva operación de guerra a responsabilidad de la Fuerza de Tarea Conjunta que conducirá el Comando Sur.
Para la mayoría de los dominicanos, semejante escenario de guerra con toda una fuerza expedicionaria de no menos 10 mil efectivos y el grueso de un armamento de guerra compuesto por un portaviones, un submarino atómico, destructores y todas clases de navíos y de fuerzas especiales, etc., es algo así como una especie de anécdota sobre lo que pudiera pasar entre EEUU y el tándem Venezuela-Colombia en la oficial “guerra contra el narcotráfico que está destruyendo al pueblo estadounidense”.
Sin embargo, queremos llamar la atención de los lectores dominicanos, que si ese apresto de guerra realmente llegara a estallar y por aquello de que EEUU tiene equipo aéreo de guerra y misiles de mediana distancia estacionados en Puerto Rico, mientras el territorio nacional y con anuencia del presidente Abinader, es de hecho, una especie de base de tierra para cualquier tipo de incursión guerrerista y ya con soldados estadounidenses en nuestro territorio.
Que entonces hay que advertir a los que se sienten alegres por la guerra que se está armando, que tan pronto la primera bomba estalle o misil sea disparado y tanto a Venezuela y luego a Colombia, saldría la visión fantasmagórica, de que por primera vez el territorio nacional sea victima de respuesta militar aérea y de misiles de los dos países sudacas y como reacción posible a la participación “durmiente” de este país en la guerra que Trump ha fabricado para el área caribeña y la que también comenzó con los 64 asesinados por sus tropas con los ataques a las supuestas “narcolanchas” que desde el Pentágono viven pregonando.
Es decir, cabe la posibilidad realista, de que sobre esta nación caigan misiles de respuesta y ya la guerra desatada y estamos observando, que nadie entre los responsables de esta nación y mucho menos en su sistema mediático, ha puesto atención y especulado sobre la probabilidad de que por primera vez este país sea afectado por una guerra tan “asimétrica” como la que podría presentarse.
¿Qué respuesta tiene el gobierno ante una situación de tragedia como la que planteamos?, por lo que sabemos, absolutamente nada. Sin embargo, parte de nuestros militares destacados en la frontera, sí que están atentos a la trata y tráfico de personas y que es un negocio ilegal de participación militar, policial y de inspectores de migración que genera beneficios a gran escala y en el que los mandos militares y policiales de la capital y hasta áreas del Palacio Nacional se encontrarían involucrados.
Mientras tanto y en cualquier momento y dado el ego de un Trump desesperado porque su pasado de pedófilo e individuo condenado como delincuente por un tribunal, no continue aireándose, no debería descartarse que el conflicto multinacional estalle y al suceder, entonces sí, que Dios reparta suertes.
Nosotros entendemos, que un solo misil que estalle en cualquier parte del territorio nacional y principalmente en el Gran Santo Domingo o la zona Este, no solo que generará pánico dentro de la población, sino que ocasionará serios daños en la mentalidad dominicana nunca acostumbrada a este tipo de conflagración.
Y como la situación está pasando de castaño a oscuro, hay que abrir un debate o discusión sobre la probabilidad que apuntamos, pues a fin de cuentas, si Venezuela y Colombia quisieran “avivar” la guerra que EEUU les ha abierto y para llamar más la atención frente a lo que sería la descomunal embestida militar estadounidense, ¿no sería probable que un misil de uno de esos dos países fuera dirigido a este país y en concreto, contra el Palacio Nacional? ¿y de esto ocurrir, que reacción se tendría?
Entonces, instamos al gobierno como a las fuerzas vivas, a que al menos por un momento piensen en las serias implicaciones para nuestra nación que la guerra que Trump está por provocar podría representarnos y ante tal probabilidad, suponemos que ya deberían de estarse elaborando planes y medidas de emergencia, pues conociendo la cobardía dominicana metida en la psiquis nacional en estos últimos 64 años, seguro que semejante situación desataría una histeria y de tal magnitud, que aquí y en materia de anarquía nada podría no suponerse. Histeria que incluso sería aprovechada por EEUU para ocupar el territorio nacional y justo en el tiempo de que ya ocupa todo Haití y si este terrible escenario llegara a presentarse, a ese momento, Abinader, su PRM y gobierno solo será historia.
Por eso y preocupados por la surrealista situación de ahora, que solicitemos al gobierno, que diga que contramedidas tendría a mano y frente a los efectos de una guerra que no provocamos, pero que bien mirado, con aquello de los tres muertos en la primera narcolancha destruida en nuestras aguas territoriales y que el gobierno de inmediato declaró que sucedió con coparticipación dominicana, automáticamente y como nación, hemos quedado implicados en una guerra y sea de amenazas o ideológica y hasta terminar en hechos y todo, porque Abinader y con esa aprobación, se graduó de presidente vasallo al servicio de Trump.
Aguardamos la declaración oficial pertinente y porque desde el momento que el pueblo se sienta amenazado, será Abinader y no nadie más, el primero al que la nación y en su histeria a ese momento, le exigiría cuentas y nos preguntamos, ¿el señor presidente se habrá dado cuenta de la posibilidad de tal escenario?
De ahí que concluyamos diciendo, que los “ejercicios militares” EEUU-Trinidad Tobago son el preludio de la fractura total entre EEUU y Latinoamérica y para República Dominicana, una amenaza cierta a la violación y daño de su territorio. Con Dios. (DAG) 15.11.2025
última actualización: 12:22 pm.
